1 Corintios 10:31 - Printer Friendly

LBLA: Entonces, ya sea que comáis, que bebáis, o que hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.

NBLA: Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.

NVI: En conclusión, ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.

RV1960: Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.

JBS: Pues si coméis, o si bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.

Pablo ha compartido algunas pautas específicas en los versículos anteriores acerca de cuándo deberían los cristianos comer o abstenerse de comerse alimentos que se les haya ofrecido a los ídolos. Pablo dijo que los cristianos que fueran "fuertes" en la fe eran libres de hacer lo que quisieran ya que Dios fue quien lo ha creado todo (1 Timoteo 4:4). Sin embargo, las Escrituras también nos han proporcionado una serie de advertencias para moderar el uso de esa libertad. Aquí, Pablo resume todo lo que ha dicho en un solo principio que debería impulsar todas las decisiones que tomamos.

Los creyentes deberían darle toda la gloria a Dios en todo lo que hacen o deciden no hacer, incluyendo el comer, el beber, o el hecho de no hacer ninguna de esas cosas. Nuestra libertad en Cristo, sin embargo, siempre debe tener en cuenta las motivaciones y el contexto de cada situación ¿Hacer esto o lo otro me va a ayudar o va a acabar dominándome (1 Corintios 6:12)? ¿Hacer esto o lo otro edificará a los demás y será bueno tanto para mi prójimo como para mí mismo (1 Corintios 10:23–24)? La siguiente pregunta que se nos plantea en este versículo es la siguiente: ¿haga lo que haga, le traerá gloria a Dios?

En todos los casos, el placer, las ganancia materiales o estatus social no deben ser los factores que rijan la libertad de las personas que son libres en Cristo. Tal y como pecamos cuando hacemos algo sobre lo que no estamos seguros (Romanos 14:23), los cristianos tampoco deberíamos participar en actividades que no glorifiquen a Dios en todo momento.

1 Corintios 10:23—11:1 dice que la pregunta "¿me está permitido hacer eso?" no es la única pregunta que deben hacerse los cristianos, sino que también deben preguntarse: "¿glorificará esto a Dios?" y "¿edificará esto al resto de la iglesia?" Pablo los anima a actuar en consecuencia, y a que evitaran comer carne que supieran que se les había ofrecido a los ídolos. La razón para esto era evitar que alguien pensara que los cristianos no tenían problema con la adoración de los ídolos. Sin embargo, sí eran libres de comer de cualquier tipo de carne con la conciencia tranquila y con un corazón agradecido hacia Dios, incluso aunque no supieran si esa carne se le había ofrecido a un ídolo o no. El mensaje clave de este pasaje es que nuestras intenciones y los efectos que nuestras acciones tienen sobre los demás son más importantes que las cosas físicas que hacemos y en las que participamos.

La adoración de ídolos es un pecado extremadamente grave. Pablo les está recordando eso mismo a los cristianos de Corinto, quienes vivían en una ciudad que estaba completamente saturada de ídolos. Para ello, está usando la historia de los israelitas que tuvieron que vagar por el desierto. Aunque Dios bendijo a los israelitas, ellos adoraron a ídolos falsos. Dios mató a muchos de ellos por hacerlo. Pablo les ordena a sus lectores que hagan todo lo posible para no formar parte de la adoración de ídolos. La adoración de ídolos involucra pasar tiempo con demonios. Dios siempre provee alguna forma de evitar el pecado, es por eso por lo que debían evitar darle la impresión a alguien de que la adoración de ídolos se podía aceptar una vez se formaba parte de la familia de Dios, incluso aunque se supiera que esos ídolos no existían. La primera pregunta que debemos hacernos siempre que estemos haciendo algo es la siguiente: "¿glorificará esto a Dios de alguna manera?"

El capítulo anterior terminó con Pablo animándolos a seguir controlándose y ser disciplinados para ser eficaces en el ministerio. Aquí, Pablo comienza el capítulo 10 recordándoles a los corintios la manera en que los israelitas sufrieron las consecuencias de sus propias acciones en el desierto. Entre sus muchos pecados estaba la adoración de ídolos, y Dios mató a muchos de ellos por culpa de eso. Los corintios debían huir de la adoración de ídolos y de cualquier acción que apoyara de alguna manera cualquier tipo de práctica demoníaca. Por lo tanto, eran libres de comer carne si no sabían que era comida de ídolos. Al mismo tiempo, debían estar dispuestos a dejar de lado sus propias libertades y derechos siempre que al hacerlo glorificaran a Dios y pudieran ayudar a más personas a confiar en Cristo para su salvación.

La primera carta de los Corintios es uno de los libros más prácticos del Nuevo Testamento. Pablo le escribió una carta a una iglesia que estaba inmersa en una ciudad que se asociaba con el comercio, pero también con la corrupción y la inmoralidad. Estos creyentes estaban teniendo algunos problemas a la hora de aplicar apropiadamente los dones espirituales que Dios les había ofrecido y de resistirse a las prácticas impías de la cultura que los rodeaba. La carta de Pablo les ofrece instrucciones para asuntos de la vida real como el matrimonio y la espiritualidad. También se ocupa de la importancia de la unidad y ofrece una de las descripciones del amor más conocidas de la Biblia en el capítulo 13.