1 Corintios 4:10 - Printer Friendly

LBLA: Nosotros somos necios por amor de Cristo, mas vosotros, prudentes en Cristo ; nosotros somos débiles, mas vosotros, fuertes; vosotros sois distinguidos, mas nosotros, sin honra.

NBLA: Nosotros somos necios por amor de Cristo, pero ustedes, prudentes en Cristo. Nosotros somos débiles, pero ustedes, fuertes. Ustedes son distinguidos, pero nosotros, sin honra.

NVI: ¡Por causa de Cristo, nosotros somos los ignorantes; ustedes, en Cristo, son los inteligentes! ¡Los débiles somos nosotros; los fuertes son ustedes! ¡A ustedes se les estima; a nosotros se nos desprecia!

RV1960: Nosotros somos insensatos por amor de Cristo, mas vosotros prudentes en Cristo; nosotros débiles, mas vosotros fuertes; vosotros honorables, mas nosotros despreciados.

JBS: Nosotros locos por amor del Cristo, y vosotros prudentes en el Cristo; nosotros flacos, y vosotros fuertes; vosotros nobles, y nosotros viles.

Pablo está comparando el estilo de vida espiritual de los cristianos de Corinto con el de los apóstoles de Jesús. Pablo quería que vieran todo lo que habían tenido que experimentar para poderle servir a Cristo de esa manera. Pablo también quería que se preguntaran a quién estaban sirviendo realmente, ya que la riqueza y el poder estaban dominando sus vidas.

El mundo pensaría que el estilo de vida de Pablo no tenía sentido alguno, ya que no era ni rico ni tenía ningún estatus social según los estándares de su cultura (1 Corintios 1:18–25). Pablo dice que eso forma parte de servir a Cristo en este mundo.

Por el contrario, Pablo acusa a los corintios de ser "prudentes en Cristo". Quizás Pablo quería decir que otros cristianos pensaban que ellos eran personas sabias en Cristo, mientras que al mismo tiempo estaban viviendo sus vidas siguiendo los estándares del mundo y siguiendo el "éxito" donde la sociedad creía que se encontraba. Debido a que la cultura de Corinto era pagana e impura, Pablo quizás estaba preguntándoles: "¿cuál es el problema con todo esto?"

De manera similar, Pablo y los otros apóstoles eran considerados como personas débiles debido a que se comprometieron a enseñar las verdades espirituales de Dios al cien por cien. Los corintios parecían ser personas fuertes, a pesar de que supuestamente estaban haciendo las mismas cosas. Según esta interpretación, los cristianos de Corinto eran respetados por sus vecinos. Pablo y los otros apóstoles, por otro lado, no estaban siendo respetados por los demás, ni tampoco tenían una buena reputación o eran dignos de confianza de acuerdo con los valores de esa sociedad; y todo esto se debía a lo que estaban enseñando acerca de Cristo.

En resumen, ¿qué ocurre cuando una cultura malvada aprueba el estilo de vida y la fe de alguien que dice ser cristiano? Como mínimo, eso debería sugerirnos que hay una diferencia inmensa entre cómo debería vivir esa persona y cómo esa persona está viviendo.

Quizás Pablo estaba diciendo que los corintios estaban prosperando en su comunidad, en parte, debido a los grandes sacrificios que hicieron las personas que los habían ministrado. Dicho de otra manera, era importantes porque los más débiles (los apóstoles) le habían ayudado a ser lo que eran. El hecho de tener una comunidad cristiana que se amara mutuamente quizás les dio un sentido de éxito frente al mundo, mientras que los apóstoles continuaron obrando por el reino de Dios sufriendo persecuciones y ataques personales.

En cualquier caso, sí que nos llama la atención el contraste que había entre su estilo de vida y el de los apóstoles.

1 Corintios 4:1–13 comienza con Pablo insistiendo en que no le preocupaba lo que otros pensaran de él o de la manera que lo juzgaran. El Señor es quien lo juzgará, y eso es lo que verdaderamente importa. Los corintios se habían vuelto un poco arrogantes en su manera de juzgar, y se olvidaron de que todas las cosas buenas que tenían eran un regalo. Todos los corintios estaban bien a nivel económico y estatus social, pero Pablo y los otros apóstoles vivían en la pobreza y bajo persecución, y eran considerados escoria por el mundo. Aun así, imitaron a Jesús bendiciendo a quienes los maltrataban y continuaron sirviendo a Cristo sin importar lo que les ocurriera.

Pablo continúa demostrando la razón por la que los cristianos de Corinto no deberían dividirse por el hecho de a qué maestro siguieran. De hecho, el Señor es el único que puede juzgar a Sus siervos, incluido Pablo. Al hacerse jueces, estaban actuando como si tuvieran todo lo que necesitaban, y lo hacían con orgullo, un orgullo que procedía tanto de su reputación como de su estatus. En cambio, los apóstoles vivían para Cristo en la pobreza y bajo persecución. Pablo escribe como si un padre les estuviera escribiendo a sus niños pequeños, y los anima a cambiar de rumbo e imitar su vida. "¿Qué prefieren ustedes? ¿Que los visite con una vara, o con amor y con un espíritu apacible?"

En 1 Corintios 4 Pablo continúan insistiéndoles a los cristianos de Corinto que dejaran de hacerse jueces de los demás, ya que el único juicio que importa es el del Señor. De hecho, estaban viviendo como si su riqueza y estatus fueran todo lo que necesitaban, mientras que los apóstoles servían a Cristo en la pobreza y bajo persecución, tal y como lo hizo Cristo. Pablo los anima a cambiar de rumbo y a imitar su vida. Pablo continuará hablándoles muy seriamente en el capítulo 5, donde compartirá algunas de las cosas tan espantosas que estaban ocurriendo en la iglesia de Corinto.

La primera carta de los Corintios es uno de los libros más prácticos del Nuevo Testamento. Pablo le escribió una carta a una iglesia que estaba inmersa en una ciudad que se asociaba con el comercio, pero también con la corrupción y la inmoralidad. Estos creyentes estaban teniendo algunos problemas a la hora de aplicar apropiadamente los dones espirituales que Dios les había ofrecido y de resistirse a las prácticas impías de la cultura que los rodeaba. La carta de Pablo les ofrece instrucciones para asuntos de la vida real como el matrimonio y la espiritualidad. También se ocupa de la importancia de la unidad y ofrece una de las descripciones del amor más conocidas de la Biblia en el capítulo 13.