¿Qué significa 1 Corintios 7:4?
LBLA: La mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.
NBLA: La mujer no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino el marido. Y asimismo el marido no tiene autoridad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.
NVI: La mujer ya no tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposo. Tampoco el hombre tiene derecho sobre su propio cuerpo, sino su esposa.
RV1960: La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.
JBS: La mujer no tiene potestad de su propio cuerpo, sino el marido; e igualmente tampoco el marido tiene potestad de su propio cuerpo, sino la mujer.
Comentario del verso:
Pablo está revelándoles a los corintios, y por extensión a todos nosotros, la voluntad que Dios tiene para el sexo dentro del matrimonio. Pablo ha rechazado la idea de que los cristianos que estuvieran casados debieran abstenerse de tener relaciones sexuales. Las primeras herejías, tales como el gnosticismo, afirmaban que el cuerpo era algo malo y que se debía evitar el sexo, incluso en el matrimonio. En cambio, las Escrituras dicen totalmente lo contrario, porque la tentación de participar en el pecado sexual es muy fuerte y puede llegar a ser muy dañina.
En el versículo anterior, Pablo dijo que los esposos y las esposas deben tener relaciones sexuales entre sí, lo cual se expresa con frases como "derechos conyugales" o "deber marital". Ahora Pablo explica la razón por la que esto es cierto usando una analogía sobre la autoridad. En realidad, las esposas y los esposos no son completamente independientes cuando se trata del sexo. En cambio, la esposa tiene autoridad sobre el cuerpo del esposo y viceversa.
Las enseñanzas de la Biblia sobre este tema van en contra tanto de la cultura de la época de Pablo como en contra de la nuestra en la actualidad. Esta es una idea exclusivamente cristiana por varias razones.
Primero, en muchas culturas de entonces y en la actualidad, se pensaba que el cuerpo de una esposa era propiedad de su esposo, pero lo contrario no era verdad. En algunos casos, algunas culturas consideraban que el "adulterio masculino" no existía, y solo exigían la fidelidad de la mujer. En las enseñanzas cristianas, sin embargo, las dos personas están conectadas como si fueran una misma persona (Génesis 2:24), y los dos tienen una autoridad mutua sobre el cuerpo de la otra persona. Esto, tal y como se puede ver, va en contra del dominio masculino sobre las mujeres. Este versículo específico se centra específicamente en la idea de sumisión mutua en un área específica del matrimonio.
En segundo lugar, especialmente en la actualidad, la cultura a menudo se sorprende ante la sugerencia de que una persona no tenga una autonomía absoluta e ilimitada sobre su propio cuerpo. La enseñanza cristiana, sin embargo, es muy clara acerca de esta idea. Pablo escribió en el capítulo anterior que, al ser cristianos, no somos dueños de nuestros cuerpos, porque Dios nos rescató del pecado y de la muerte con la sangre de Jesús (2 Corintios 5:19–20; Efesios 1:7; Gálatas 3:13). Esto se expresa de dos formas: evitando el pecado y la expresión mutua de la sexualidad en el matrimonio.
El matrimonio está destinado a ser un reflejo de la relación que existe entre Cristo y la iglesia. Por lo tanto, el hombre y la mujer pierden la autoridad sobre sus propios cuerpos, en esta área específica del matrimonio, con el fin de honrar la idea de convertirse en uno a través del matrimonio.
Resumen de contexto:
En 1 Corintios 7:1–16, Pablo nos enseña a los cristianos cosas importantes sobre el sexo y el matrimonio. Al parecer, algunas personas en Corinto creían que los creyentes que estuvieran casados no debían tener relaciones sexuales. Pablo rechaza esa idea, e insiste en que los cristianos que están casados se pertenecen el uno al otro y no deben privarse el uno al otro de esta manera debido a que la tentación del pecado sexual es real. Además, los creyentes que estén casados no deben divorciarse con el fin de estar más cerca de Dios. El Señor quiere que el matrimonio sea para toda la vida. También, las personas que estén casados con incrédulos, al permanecer en ese matrimonio, quizás puedan guiar a la otra persona hacia Cristo.
Resumen del capítulo:
Pablo rechaza una idea que los creyentes de Corinto estaban considerando: que los cristianos que estuvieran casados no debían tener relaciones sexuales. Quizás algunos incluso pensaron que los matrimonios debían disolverse y evitarse por completo. Por el contrario, las Escrituras afirman que los cristianos que estén casados deben tener relaciones sexuales con regularidad para evitar la tentación sexual. Los que están casados deben permanecer casados. Sin embargo, los creyentes solteros que tengan el don del celibato deberían considerar la posibilidad de permanecer solteros para evitar los problemas del matrimonio. Esa es la preferencia personal de Pablo, aunque ese regalo no lo reciben todos los cristianos. Los creyentes que son solteros pueden dedicarse a servir a Cristo a tiempo completo sin distracciones. El tiempo es corto. Todos los creyentes deben vivir y servir a Cristo ahora como si este mundo se estuviera acabando, lo cual en realidad es cierto.
Contexto del capítulo:
1 Corintios 7 continúa compartiendo la enseñanza de Pablo que ya comenzó durante el capítulo anterior, que se centró principalmente en evitar la inmoralidad sexual. Aquí les ordena a los esposos y a las esposas que no se priven mutuamente del sexo ni se divorcien en un intento equivocado de ser personas más espirituales. Sin embargo, las personas solteras que pueden vivir contentas sin sexo deben considerar permanecer solteras para servirle a Cristo a tiempo completo. Casarse es bueno, pero el tiempo es corto. Las cosas de este mundo se están desvaneciendo. Las personas que están solteras deben considerar las cosas buenas y menos buenas del matrimonio para finalmente elegir servirle a Cristo de la mejor manera.
Resumen del libro:
La primera carta de los Corintios es uno de los libros más prácticos del Nuevo Testamento. Pablo le escribió una carta a una iglesia que estaba inmersa en una ciudad que se asociaba con el comercio, pero también con la corrupción y la inmoralidad. Estos creyentes estaban teniendo algunos problemas a la hora de aplicar apropiadamente los dones espirituales que Dios les había ofrecido y de resistirse a las prácticas impías de la cultura que los rodeaba. La carta de Pablo les ofrece instrucciones para asuntos de la vida real como el matrimonio y la espiritualidad. También se ocupa de la importancia de la unidad y ofrece una de las descripciones del amor más conocidas de la Biblia en el capítulo 13.
Accessed 11/22/2024 10:21:51 AM
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