¿Qué significa 1 Corintios 9:16?
LBLA: Porque si predico el evangelio, no tengo nada de qué gloriarme, pues estoy bajo el deber de hacerlo; pues ¡ay de mí si no predico el evangelio !
NBLA: Porque si predico el evangelio (anuncio las buenas nuevas), no tengo nada de qué gloriarme, pues estoy bajo el deber de hacerlo. Pues ¡ay de mí si no predico el evangelio!
NVI: Sin embargo, cuando predico el evangelio, no tengo de qué enorgullecerme, ya que estoy bajo la obligación de hacerlo. ¡Ay de mí si no predico el evangelio!
RV1960: Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!
JBS: Pues bien que anuncio el Evangelio, no tengo por qué gloriarme porque me es impuesta obligación; porque ¡ay de mí si no anunciare el Evangelio!
Comentario del verso:
Pablo escribió en el versículo anterior que preferiría morirse antes de perder los motivos que tenía para enorgullecerse. Ahora deja claro que él estaba orgulloso de que él mismo no hubiera sido el que decidió predicar el evangelio. Cristo fue quien le obligó a Pablo a predicar el evangelio, y él no tenía otra opción. El Señor mismo envió a Pablo por todo el mundo para que predicara el mensaje de la gracia de Dios. Tanto la misión como la capacidad de llevarla a cabo provienen de Dios, por lo que Pablo no podía presumir de ninguna de las dos.

Pablo usa la terminología de los profetas del Antiguo Testamento para describir lo que le sucedería si dejara de predicar el evangelio: "¡Ay de mí!". En el contexto del Antiguo Testamento, este suspiro implica que el Señor castigaría a Pablo si se negara a llevar a cabo la misión que Jesús le había encomendado. En cualquier caso, Pablo sabía que simplemente no podía dejar de predicar el evangelio, eso no era un opción para él en absoluto. Lo que sí estaba bajo su control, sin embargo, era el tema que nos ocupa en este pasaje: aceptar o no una compensación económica por el trabajo que estaba haciendo.
Resumen de contexto:
1 Corintios 9:1–18 habla sobre la razón por la que Pablo, siendo un apóstol, tenía derecho a pedir apoyo financiero de las personas a las que servía, incluidos los cristianos de Corinto. Aunque podía pedirles ayuda, Pablo se negó a usar un derecho que en realidad le pertenecía. Pablo no quería que nada se interpusiera en el camino de alguien que escuchara el evangelio. Debía predicar el evangelio, y punto. Sin embargo, Pablo quería ofrecer y compartir el evangelio gratis a pesar de que tenía el derecho a pedirles ayuda financiera. Este pasaje establece el hecho de que los creyentes tienen la obligación de apoyar económicamente a aquellos que sirven a través del ministerio. El hecho de que Pablo no se beneficiara de este derecho, el cual en realidad le pertenecía, hizo que su mensaje fuera aún más válido.
Resumen del capítulo:
Pablo anima a los cristianos de Corinto a que renuncien voluntariamente a sus "derechos" por el bien de las personas que eran más débiles en su fe. Pablo demuestra que él también había renunciado a sus derechos, incluido el derecho que los apóstoles tenían a recibir apoyo financiero de aquellos a quienes servían. En cambio, Pablo se alegró de que sirvió a los corintios sin haber recibido ninguna compensación de ellos, incluso aunque había sido difícil para él. Pablo se describe a sí mismo como un atleta que está compitiendo para conseguir el premio de una corona en la eternidad. La idea que quería compartir es que los creyentes siempre deben tratar de buscar la piedad y el bien de los demás siguiendo ese mismo compromiso.
Contexto del capítulo:
1 Corintios 8 terminó con la declaración de que Pablo renunciaría a su derecho a comer carne antes de hacer tropezar a un hermano o hermana en Cristo. Pablo nos muestra en este capítulo que, de hecho, ya estaba renunciando a sus derechos de apóstol, ya que no les estaba pidiendo dinero para ayudarlo. Pablo no quería que nada se interpusiera en el camino de que alguien creyera en el evangelio. Pablo limitó aún más sus libertades "convirtiéndose", en cierta manera, en las personas a las que predicaba, para que todos ellos y todas ellas llegaran a la fe en Cristo. Además, Pablo se disciplinaba tal y como lo hacía un atleta cuando se entrenaba, para obtener un premio y evitar ser descalificado. Los siguientes pasajes ampliarán esta idea de distinguir lo que está "permitido" de lo que es "mejor".
Resumen del libro:
La primera carta de los Corintios es uno de los libros más prácticos del Nuevo Testamento. Pablo le escribió una carta a una iglesia que estaba inmersa en una ciudad que se asociaba con el comercio, pero también con la corrupción y la inmoralidad. Estos creyentes estaban teniendo algunos problemas a la hora de aplicar apropiadamente los dones espirituales que Dios les había ofrecido y de resistirse a las prácticas impías de la cultura que los rodeaba. La carta de Pablo les ofrece instrucciones para asuntos de la vida real como el matrimonio y la espiritualidad. También se ocupa de la importancia de la unidad y ofrece una de las descripciones del amor más conocidas de la Biblia en el capítulo 13.
Accessed 11/22/2024 5:39:37 AM
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