¿Qué significa 1 Corintios 9:18?
LBLA: ¿Cuál es, entonces, mi recompensa ? Que al predicar el evangelio, pueda ofrecerlo gratuitamente sin hacer pleno uso de mi derecho en el evangelio.
NBLA: ¿Cuál es, entonces, mi recompensa? Que al predicar el evangelio (anunciar las buenas nuevas), pueda ofrecerlo gratuitamente sin hacer pleno uso de mi derecho como predicador del evangelio.
NVI: ¿Cuál es, entonces, mi recompensa? Pues que al predicar el evangelio pueda presentarlo gratuitamente, sin hacer valer mi derecho.
RV1960: ¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio.
JBS: ¿Qué premio, pues, tendré? Que predicando el Evangelio, ponga el Evangelio del Cristo de balde, por no usar mal de mi potestad en el Evangelio.
Comentario del verso:
Pablo no pensaba que él estuviera haciendo nada por sí mismo: tanto el contenido del mensaje del evangelio acerca de la salvación a través de la fe en Cristo por la gracia de Dios como la capacidad de comunicárselo a los demás habían sido regalos de Dios. Pablo tampoco se atribuyó el mérito de los resultados que se producían después de predicar donde predicara; incluso dijo rotundamente que ni siquiera pensaba que estuviera haciendo algo para ayudar que la predicación del evangelio ocurriera, ya que simplemente no tenía otra opción. Cristo lo había obligado, como un siervo de confianza, a realizar esa tarea. Por lo tanto, no iba a recibir una recompensa por ello, ya que es algo que no salió de la propia nobleza de su corazón.

Ahora, Pablo añade que sí que recibió una recompensa en cierto sentido. Al negarse a ejercer su derecho a recibir apoyo financiero de aquellos a quienes servía, Pablo sí que podía enorgullecerse de haber logrado adquirir cierto grado de autosacrificio, ya que estaba renunciando legítimamente a algo bueno en el nombre del Señor. Esto no debe entenderse como un alarde arrogante y egoísta, sino como una declaración llena de alegría por el hecho de que estaba sacrificando algo que en realidad no estaba obligado a rechazar. Dios no le ordenó a Pablo que rechazara donaciones para su ministerio. Los versículos anteriores nos demostraron que Dios quiere que los ministros del evangelio reciban ayuda de las personas a las que sirven (1 Corintios 9:9, 14). Pablo lo estaba haciendo de buena gana y recibió "la recompensa" de saber que lo que estaba haciendo era algo bueno.

Pablo estaba recibiendo el premio de la gratificación de saber que estaba compartiendo las buenas nuevas acerca de Jesús. En parte, su recompensa incluía el derecho a enorgullecerse —justamente, con alegría, no con arrogancia— de haberlo hecho de manera desinteresada.
Resumen de contexto:
1 Corintios 9:1–18 habla sobre la razón por la que Pablo, siendo un apóstol, tenía derecho a pedir apoyo financiero de las personas a las que servía, incluidos los cristianos de Corinto. Aunque podía pedirles ayuda, Pablo se negó a usar un derecho que en realidad le pertenecía. Pablo no quería que nada se interpusiera en el camino de alguien que escuchara el evangelio. Debía predicar el evangelio, y punto. Sin embargo, Pablo quería ofrecer y compartir el evangelio gratis a pesar de que tenía el derecho a pedirles ayuda financiera. Este pasaje establece el hecho de que los creyentes tienen la obligación de apoyar económicamente a aquellos que sirven a través del ministerio. El hecho de que Pablo no se beneficiara de este derecho, el cual en realidad le pertenecía, hizo que su mensaje fuera aún más válido.
Resumen del capítulo:
Pablo anima a los cristianos de Corinto a que renuncien voluntariamente a sus "derechos" por el bien de las personas que eran más débiles en su fe. Pablo demuestra que él también había renunciado a sus derechos, incluido el derecho que los apóstoles tenían a recibir apoyo financiero de aquellos a quienes servían. En cambio, Pablo se alegró de que sirvió a los corintios sin haber recibido ninguna compensación de ellos, incluso aunque había sido difícil para él. Pablo se describe a sí mismo como un atleta que está compitiendo para conseguir el premio de una corona en la eternidad. La idea que quería compartir es que los creyentes siempre deben tratar de buscar la piedad y el bien de los demás siguiendo ese mismo compromiso.
Contexto del capítulo:
1 Corintios 8 terminó con la declaración de que Pablo renunciaría a su derecho a comer carne antes de hacer tropezar a un hermano o hermana en Cristo. Pablo nos muestra en este capítulo que, de hecho, ya estaba renunciando a sus derechos de apóstol, ya que no les estaba pidiendo dinero para ayudarlo. Pablo no quería que nada se interpusiera en el camino de que alguien creyera en el evangelio. Pablo limitó aún más sus libertades "convirtiéndose", en cierta manera, en las personas a las que predicaba, para que todos ellos y todas ellas llegaran a la fe en Cristo. Además, Pablo se disciplinaba tal y como lo hacía un atleta cuando se entrenaba, para obtener un premio y evitar ser descalificado. Los siguientes pasajes ampliarán esta idea de distinguir lo que está "permitido" de lo que es "mejor".
Resumen del libro:
La primera carta de los Corintios es uno de los libros más prácticos del Nuevo Testamento. Pablo le escribió una carta a una iglesia que estaba inmersa en una ciudad que se asociaba con el comercio, pero también con la corrupción y la inmoralidad. Estos creyentes estaban teniendo algunos problemas a la hora de aplicar apropiadamente los dones espirituales que Dios les había ofrecido y de resistirse a las prácticas impías de la cultura que los rodeaba. La carta de Pablo les ofrece instrucciones para asuntos de la vida real como el matrimonio y la espiritualidad. También se ocupa de la importancia de la unidad y ofrece una de las descripciones del amor más conocidas de la Biblia en el capítulo 13.
Accessed 11/22/2024 6:00:30 AM
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