1 Juan 3:12 - Printer Friendly

LBLA: no como Caín que era del maligno, y mató a su hermano. ¿Y por qué causa lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.

NBLA: No como Caín que era del maligno, y mató a su hermano. ¿Y por qué causa lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.

NVI: No seamos como Caín que, por ser del maligno, asesinó a su hermano. ¿Y por qué lo hizo? Porque sus propias obras eran malas, y las de su hermano justas.

RV1960: No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.

JBS: No como Caín, que era del maligno, y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su Hermano eran justas.

Después de mencionar la importancia que tiene el hecho de amarnos los unos a los otros en el versículo 11, Juan pone de ejemplo al primer asesino: Caín. Caín sabía de Dios (Génesis 4), pero no lo seguía. En cambio, Caín demostró que no amaba a Dios cuando mató a su hermano. El odio que sentía hacia su hermano—espiritualmente hablando—ya fue condenado como algo satánico en 1 Juan 2:9. Todos los cristianos tienen la capacidad de cometer cualquier pecado, pero es muy posible que las personas que persisten en "caminar en la oscuridad" nunca alcanzaron la salvación.

Este versículo también comparte una pregunta y una respuesta sobre la razón por la que Caín mató a su hermano: Caín tenían un resentimiento celoso hacia Abel porque las ofrendas de Abel eran más aceptables que las de Caín. Los celos y el odio hacia nuestros hermanos y hermanas proceden "del maligno". La ofrenda de Caín no fue suficiente, probablemente porque no le ofreció al Señor lo mejor que tenía. Sin embargo, Dios consideró que la ofrenda de Abel era justa. Juan hace ese contraste para mostrar la diferencia que existe entre las actitudes que vienen motivadas por Dios y aquellas que vienen motivadas por Satanás. Cuando una persona odia el bien que hacen los demás, eso es una señal de que esa persona no está en comunión con Cristo.

En 1 Juan 3:11–18, Juan nos describe el contraste que existe entre el odio y el amor, y cómo se debería ver el amor en la vida de un creyente cristiano. El mal odia con pasión al bien. Por eso Caín mató a Abel y por eso el odio se considera el equivalente espiritual del asesinato. Por tanto, se espera que los cristianos no solo sientan amor, sino que actúen con amor, un amor sacrificado y desinteresado.

El tercer capítulo de 1 Juan se centra en el concepto de amor. Debido a Su amor, Dios no solo nos considera Sus hijos, sino que realmente somos Sus hijos. Juan también nos explica la manera en que el pecado, incluido el odio, nunca surge como consecuencia de tener una relación con Dios. Además, se supone que los cristianos, a diferencia del mundo, no solo deben "sentir" amor, sino que también debemos actuar en consecuencia.

Durante los capítulos 1 y 2, Juan dejó claras la diferencias que existen entre las personas que verdaderamente están comunión con Cristo y las personas que viven "en tinieblas". El capítulo 3 continúa hablando sobre este mismo tema, pero haciendo énfasis en el tema del amor. Todo esto sirve de puente para conectar la manera en que Juan describe la vida de las personas que viven en tinieblas y aquellas que viven en la luz, y la explicación sobre cómo la fidelidad de Dios nos da confianza a los cristianos.

En 1 Juan, Juan comparte que sabía que sus lectores ya estaban familiarizados con el evangelio. En lugar de reafirmar estos hechos, Juan quería fomentar la confianza de los creyentes cristianos. Al mismo tiempo, Juan anima a los creyentes a examinar sus propias vidas para saber si estaban siguiendo a Cristo o no. Juan también desafía a los falsos maestros y las mentiras que estaban diciendo sobre Jesús. Muchos de estos mismos temas también se encuentran en el Evangelio de Juan.