1 Juan 4:18 - Printer Friendly

LBLA: En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor.

NBLA: En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor involucra castigo, y el que teme no es hecho perfecto en el amor.

NVI: sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor.

RV1960: En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.

JBS: En la caridad no hay temor; mas la perfecta caridad echa fuera el temor; porque el temor tiene pena; de donde el que teme, no está completo en caridad.

Cuando experimentamos el amor de Dios en nuestras vidas y lo compartimos con los demás, no debemos tener miedo. El castigo futuro que les espera a las personas que no creen no debe preocuparles a los creyentes que "permanecen" en Dios. Dios nos ama y nosotros amamos a Dios, lo cual debe darnos mucha confianza y seguridad a lo largo de nuestras vidas. La capacidad de vivir Su amor es una señal de la fe que hemos puesto en Él, y la mejor manera de seguir Su voluntad para así obtener las recompensas eternas que nos esperan.

El miedo está asociado con el castigo. Dios les perdona todos sus pecados a los creyentes. Por tanto, las personas que conocen a Cristo están en comunión y viven por y para Él, no necesitan temer el juicio venidero de Dios. Las personas que tienen miedo "no han sido perfeccionados en el amor". En otras palabras, las personas que temen el castigo de Dios todavía no han madurado en su relación con Dios. Esto se les puede aplicar a los incrédulos, pero también se les puede aplicar a los creyentes que no están creciendo en Cristo. Por tanto, los creyentes que siguen creciendo y madurando en su fe pueden mirar hacia el futuro con alegría en lugar de hacerlo con miedo.

1 Juan 4:11–19 se considera como el pilar fundamental de la carta de Juan. El mundo debe reconocer a los cristianos por la manera en que aman a los demás. Esto no se refiere simplemente a las cosas sentimos, sino a lo que hacemos por los demás. Es cierto que el amor basado en la bondad de Dios demuestra que hemos "nacido de nuevo" como hijo de Dios. Este amor viene de Dios, quien nos amó antes que nosotros lo amáramos a Él. Cuando vivimos obedeciendo a Dios, basándonos en Su amor, podemos tener confianza en que estamos en comunión con Él y, por lo tanto, no debemos temer Su juicio.

En el capítulo 4, Juan les advierte a los cristianos que no acepten todo lo que escuchen. En cambio, los creyentes deben comparar lo que escuchan con las verdades básicas del evangelio. Luego, Juan regresa de nuevo al tema del amor, donde nos explica la manera en que los creyentes deben poner en práctica el hecho de que Dios los ama. Además, vivir según el amor de Dios nos quita todo el miedo que podamos tener ante la realidad del juicio de Dios. Juan dice claramente que las personas que dicen amar a Dios, pero odian a los demás, en realidad están mintiendo.

En 1 Juan capítulo 4, Juan enfatiza la forma en que el amor de Dios elimina el miedo humano que sentimos hacia el rechazo. El miedo es un castigo en sí mismo, y aquellos que no creen tienen motivos para temer el juicio de Dios. Los creyentes, en cambio, deben tener confianza. Cristo no solo nos ha perdonado nuestros pecados, sino que también nos ha permitido recibir el amor de Dios. Al recibir este amor, eso nos conduce hacia la aceptación y la confianza, por lo que deja de haber lugar para el miedo. Este pasaje es la sección clave de la carta de Juan, el cual nos explica la manera en que, al ser creyentes, podemos vivir nuestras vidas con confianza.

En 1 Juan, Juan comparte que sabía que sus lectores ya estaban familiarizados con el evangelio. En lugar de reafirmar estos hechos, Juan quería fomentar la confianza de los creyentes cristianos. Al mismo tiempo, Juan anima a los creyentes a examinar sus propias vidas para saber si estaban siguiendo a Cristo o no. Juan también desafía a los falsos maestros y las mentiras que estaban diciendo sobre Jesús. Muchos de estos mismos temas también se encuentran en el Evangelio de Juan.