1 Juan 5:9 - Printer Friendly

LBLA: Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio de Dios: que El ha dado testimonio acerca de su Hijo.

NBLA: Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque éste es el testimonio de Dios: que El ha dado testimonio acerca de Su Hijo.

NVI: Aceptamos el testimonio humano, pero el testimonio de Dios vale mucho más, precisamente porque es el testimonio de Dios, que él ha dado acerca de su Hijo.

RV1960: Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque éste es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo.

JBS: Si recibimos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios es mayor; porque éste es el testimonio de Dios, que ha testificado de su Hijo.

Juan dice aquí que, debido a que el mundo recibe el testimonio de otras personas, entonces deberían estar abiertos a aceptar las declaraciones de Dios. Juan dice que "el testimonio de Dios es mayor". Los cristianos saben que lo que dice Dios está por encima de lo que dice cualquier otra persona o ser, tanto del mundo físico como del espiritual.

La segunda parte de este versículo nos brinda evidencia adicional sobre el hecho de que el agua y la sangre, tal y como se puede leer en el versículo 6, no se refieren directamente a Jesús. En cambio, sirven para establecer una conexión entre Dios Padre y Dios Espíritu, y Su testimonio acerca de Jesús. Dios Padre se comunicó claramente a través del "agua", el bautismo de Jesús, cuando le dijo a Jesús: "mi Hijo amado" (Mateo 3:17). Durante la muerte de Jesús, el centurión declaró: "¡En verdad, éste era Hijo de Dios!" (Mateo 27:54). Juan Bautista habló también del testimonio del Espíritu durante el bautismo de Jesús: "vi al Espíritu descender del cielo como paloma, y permanecer sobre él" (Juan 1:32). Juan el Bautista también dijo: "y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios" (Juan 1:34).

En 1 Juan 5:6–12, Juan nos presenta evidencia para confirmar que Jesucristo es, de hecho, el Hijo de Dios. La voz de Dios en el bautismo de Jesús, los acontecimientos de la muerte y la resurrección de Jesús y el testimonio interno del Espíritu Santo son los tres testigos que lo demuestran. Gracias a estos testimonios, los cristianos pueden tener confianza en lo que se les ha enseñado y, por tanto, quienes rechazan estos hechos están acusando a Dios de haber mentido.

El capítulo 5 concluye el libro de 1 Juan, y Juan enfatiza una vez más la supremacía del amor en la vida cristiana. Las personas que ponen su fe en Cristo pueden saber, con seguridad, que han alcanzado la vida eterna. Podemos estar seguros debido a que confiamos en todo lo que hizo Jesucristo, y porque el Espíritu Santo mora dentro de nosotros. Cuando seguimos los mandamientos de Dios, particularmente el amor, eso nos ayuda a confiar más en nuestra salvación y nos fortalece en contra de las tentaciones del mundo.

El capítulo 5 concluye el libro de 1 Juan, enfatizando una vez más la supremacía que tiene el amor en la vida cristiana. Las personas que ponen su fe en Cristo pueden saber, con seguridad, que ya han alcanzado la vida eterna. Esta seguridad se obtiene al confiar en las cosas que sabemos de la vida de Jesucristo, así como en la evidencia del Espíritu Santo, quien mora dentro de nosotros. Cuando obedecemos los mandamientos de Dios, particularmente el amor, eso resulta en que confiamos en nuestra salvación, y eso nos da fuerzas para luchar contra las tentaciones de este mundo.

En 1 Juan, Juan comparte que sabía que sus lectores ya estaban familiarizados con el evangelio. En lugar de reafirmar estos hechos, Juan quería fomentar la confianza de los creyentes cristianos. Al mismo tiempo, Juan anima a los creyentes a examinar sus propias vidas para saber si estaban siguiendo a Cristo o no. Juan también desafía a los falsos maestros y las mentiras que estaban diciendo sobre Jesús. Muchos de estos mismos temas también se encuentran en el Evangelio de Juan.