1 Pedro 3:21 - Printer Friendly

LBLA: Y correspondiendo a esto, el bautismo ahora os salva (no quitando la suciedad de la carne, sino como una petición a Dios de una buena conciencia ) mediante la resurrección de Jesucristo,

NBLA: Y correspondiendo a esto, el bautismo ahora los salva a ustedes, no quitando la suciedad de la carne, sino como una petición a Dios de una buena conciencia, mediante la resurrección de Jesucristo,

NVI: la cual simboliza el bautismo que ahora los salva también a ustedes. El bautismo no consiste en la limpieza del cuerpo, sino en el compromiso de tener una buena conciencia delante de Dios. Esta salvación es posible por la resurrección de Jesucristo,

RV1960: El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena conciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo,

JBS: A la figura de la cual el bautismo que ahora corresponde nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, mas dando testimonio de una buena conciencia delante de Dios,) por la resurrección de Jesús, el Cristo,

Pedro acaba de concluir un pasaje que es difícil de entender en donde hizo una referencia al arca de Noé. En esta embarcación, ocho personas pudieron salvarse a pesar de tener que experimentar diluvio. En este versículo dice que el diluvio de Noé es un símbolo del bautismo.

Este versículo también es difícil de entender, y los eruditos de la Biblia nos ofrecen diferentes interpretaciones para entenderlo. Parte del problema es que el Nuevo Testamento nos enseña continuamente que la salvación solo se alcanza a través de la fe en Cristo, por la gracia de Dios (Efesios 2:8–9). Al mismo tiempo, los cristianos sabían que debían bautizarse. Sin embargo, el acto del bautismo es una expresión de fe y obediencia, no un medio de salvación (véase Colosenses 2:12; Gálatas 3:27; Romanos 6:3–5.) ¿Se está oponiendo Pedro a esta idea debido a que dice que el bautismo nos salva?

Claramente, basándose en sus otros escritos, Pedro no está sugiriendo que el acto de ser bautizados es lo que hace que una persona alcance la salvación y la vida eterna. En cambio, tomando el versículo dentro de su contexto, lo que Pedro parece estar diciendo es que la resurrección de Jesucristo de entre los muertos es lo que nos salva. A través de la resurrección los cristianos expresan públicamente su fe al ser bautizados. Pedro apoya esta idea añadiendo la frase "esto es un símbolo del bautismo".

Otra manera de entender el verbo "salvar" es que, en este caso, Pedro no se está refiriendo a la salvación eterna. En cambio, Pedro estaría diciendo que el acto de identificarnos públicamente con Cristo, a través del bautismo, nos salva de ser tentados a ocultar nuestra fe para evitar el sufrimiento y la persecución que estaban experimentando los cristianos a los que Pedro se estaba dirigiendo con esta carta.

En cualquier caso, este bautismo no tiene como objetivo limpiar a una persona físicamente, sino que se trata de pedirle a Dios que nos permita tener buena conciencia, o que nos permita identificarnos con Él mientras tenemos una buena conciencia. En 1 Pedro 3:16, Pedro dijo que los cristianos debemos vivir en el mundo teniendo una buena conciencia para que nadie pueda acusarnos de haber hecho nada malo. El acto de ser bautizado públicamente forma parte del proceso que nos ayuda a conseguir esto, ya que es un acto público por el que Dios mismo nos pide pasar y ocurre frente al mundo para que todos lo vean.

Y, nuevamente, tal y como dice la frase final del versículo, todo esto es posible gracias a la resurrección de Jesús de entre los muertos, la cual nos revela el poder que Dios tiene para ofrecernos la vida eterna.

En 1 Pedro 3:8–22, Pedro se dirige a todos los creyentes y les ordena que estén unidos y que nos busquen vengarse de los demás cuando les hagan daño. Pedro cita tanto a David como a Isaías para demostrar que Dios siempre ha querido que Su pueblo rechace el mal y haga el bien, incluso cuando estamos sufriendo. De hecho, puede ser la voluntad de Dios que Su pueblo sufra, en parte, para demostrar Su poder. Al dar un buen ejemplo a través de nuestra conducta, podemos convencer a otros para que ellos también se arrepientan. Cristo también sufrió, murió, resucitó y ascendió para recibir todo el poder y la autoridad en el cielo.

En este capítulo, Pedro continúa enseñando cosas importantes sobre la manera en que los cristianos deben someterse a las autoridades humanas, y ahora se dirige a las esposas cristianas. Las esposas creyentes deben someterse a sus propios esposos, incluso si el esposo no es un seguidor de Cristo. De hecho, los esposos podrían convencerse de la bondad y el poder de Cristo a través del ejemplo de conducta de sus esposas. Los maridos cristianos deben honrar a sus esposas. Todos los creyentes deben vivir juntos en unidad y evitar vengarse de los demás en todo momento. En parte, Dios quiere usar nuestra conducta ante el sufrimiento para provocar que el mundo vea Su poder a través de nosotros. Cristo también sufrió y murió, pero luego resucitó y ascendió al cielo.

En la carta que Pedro le escribió a un grupo de cristianos que estaban siendo perseguidos, Pedro les habla sobre cómo soportar el sufrimiento que viene a raíz de nuestra fe en Cristo. Hasta ahora, Pedro nos ha asegurado a los cristianos que nuestro futuro está seguro en la eternidad con Dios. Somos Su pueblo santo, apartados para cumplir Sus propósitos. Por eso, es importante que vivamos esa verdad, incluso cuando suframos. Los cristianos deben vivir en sumisión a toda autoridad humana, incluidos los reyes, los gobernadores y los amos de los esclavos y sirvientes.

Unos 30 años después de la resurrección de Jesús, los cristianos comenzaron a ser perseguidos por su fe con más fuerza que nunca. ¿Cómo debían responder ante tal situación? ¿Cómo debemos responder ante el sufrimiento en la actualidad? El apóstol Pedro escribió esta carta para consolar a los creyentes y animarlos a que se mantuvieran fuertes. Pedro los anima a poner toda su esperanza en el futuro perfecto que pasarán con Cristo, y a obedecerlo y confiar en Él en el presente, incluso durante sus sufrimientos. Cristo sufrió mucho y, ahora, los seguidores de Cristo tienen la oportunidad de seguirlo incluso a través de ese sufrimiento, y de mostrar Su gracia y Su poder a través de la manera en que ponen su esperanza en Él, la manera en que lo obedecen y depositan su fe en Cristo.