¿Qué significa 1 Tesalonicenses 2?
Comentario del capítulo:
En este capítulo, Pablo les habla a los tesalonicenses sobre el ministerio que realizó en su ciudad. Antes de estar allí, había sido maltratado en Filipos, pero ese sufrimiento no le impidió trasladarse a Tesalónica y comenzar a compartir el evangelio allí. A Pablo no le importaba sufrir si el objetivo era compartir el evangelio, y eso demostraba que no estaba motivado por el dinero ni por su propia gloria. Dios le había confiado el evangelio y él había sido fiel a la misión que Dios le había encomendado; su mensaje vino directamente de Dios, y sus motivos para predicar el evangelio eran puros. Pablo dice que los cristianos tesalonicenses se habían vuelto "muy queridos para nosotros" (1 Tesalonicenses 2:1–8).
Así como una madre cuida con amor de sus hijos, Pablo trataba de la misma manera a los creyentes tesalonicenses. Pablo no quería ser una carga para ellos, sino que trabajó para cuidarse a sí mismo. Lo más probable es que Pablo hiciera esto trabajando a tiempo parcial como fabricante de tiendas de campaña (Hechos 18:3), de la misma manera que muchos evangelistas modernos necesitan trabajar en algún tipo de campo secular para poder apoyar su trabajo ministerial. Los tesalonicenses pudieron ver que Pablo era un siervo íntegro de Dios, y tal y como un padre responsable anima e instruye a sus hijos, Pablo actuó como un padre para los creyentes en Tesalónica (1 Tesalonicenses 2:9–12).
Pablo le da gracias a Dios por los tesalonicenses, porque habían respondido positivamente a la Palabra de Dios y la Palabra había producido mucho fruto en sus vidas. De hecho, se habían vuelto como los creyentes de Judea, quienes se hicieron fuertes mientras que tuvieron que resistirse ante muchos tipos de persecuciones. Pablo les asegura a sus lectores que las personas que se oponen al evangelio serán objeto de la ira de Dios. Pablo dice que quería regresar a Tesalónica, pero Satanás se lo impidió. Pablo dice que los cristianos de Tesalónica eran su gloria y gozo (1 Tesalonicenses 2:13–20).
Resumen de contexto:
En 1 Tesalonicenses 2:1–8, Pablo nos habla el momento en que visitó la ciudad de Tesalónica "durante tres días de reposo" (Hechos 17:2). Pablo sirvió al Señor honorablemente a pesar de haber sufrido una fuerte oposición. Pablo compartió el evangelio de Dios en Tesalónica en toda su pureza, y los creyentes tesalonicenses fueron testigos de la conducta santa de Pablo, la cual fue justa e irreprochable. Aquí, Pablo testifica que su intención solo fue agradar a Dios, no a los hombres, y que se esforzó por cuidar de los creyentes tesalonicenses como una madre cuidaría de su propio hijo.
En 1 Tesalonicenses 2:9–12, Pablo les pide a los cristianos de Tesalónica que recuerden la manera en que se habían comportado tanto él como sus compañeros de trabajo cuando estuvieron con ellos. Pablo describe lo duro que habían trabajado para mantenerse a sí mismos, para no ser una carga para los tesalonicenses. Pablo también les pide a sus lectores que recuerden el estilo de vida piadoso que llevaron en Tesalónica mientras se dedicaron a compartir el evangelio con el mundo. De hecho, nadie pudo acusarlos de haber cometido ningún delito. Tal y como lo haría un padre amoroso con sus hijos, habían alentado e instruido a los creyentes para que llevaran una vida que honrara a Dios, quien los había llamado para que formaran parte de Su reino y Su gloria.
1 Tesalonicenses 2:13–16 nos explica la razón por la que Pablo estaba agradecido por los cristianos de Tesalónica: habían respondido positivamente a la Palabra de Dios y la Palabra había producido el fruto del Espíritu en sus vidas. De hecho, se habían vuelto como los creyentes de Judea, quienes tenían una fe tan fuerte en Cristo que pudieron aguantar todo tipo de persecuciones y dificultades. Pablo les asegura a sus lectores que las personas que se oponen al evangelio recibirán la ira de Dios.
1 Tesalonicenses 2:17–20 nos habla sobre la manera en que Pablo había sido expulsado de Tesalónica, pero él deseaba regresar para poder ver a los cristianos tesalonicenses de nuevo. Intentó regresar a Tesalónica muchas veces, pero no pudo hacerlo. Los cristianos de Tesalónica eran tan importantes para Pablo que tenía muchas ganas de darle la bienvenida a Cristo cuando volviera con la bendición de saber que había ayudado a estos creyentes a creer en Él. Los tesalonicenses eran la gloria y el gozo de Pablo.
Resumen del capítulo:
Pablo comienza a desarrollar las ideas generales de las que empezó a hablar en el capítulo 1. Durante los capítulos 2 y 3, Pablo explica con más detalles la manera en que llegó a predicar al pueblo de Tesalónica. Pablo dice que su buena conducta, lo cual demostró sus motivaciones altruistas, fue fundamental para que todo le fuera bien. La gente respondió bien ante la actitud de Pablo y creyeron en el evangelio, y eso provocó que Pablo quisiera poder visitarlos de nuevo. Desafortunadamente, Pablo no pudo hacerlo debido a Satanás. Una vez más, Pablo expresa su gratitud debido a la manera en que los cristianos tesalonicenses estaban honrando a Dios a pesar de todas las persecuciones que estaban sufriendo.
Contexto del capítulo:
En el capítulo 1 Pablo habló sobre la relación que tenía con los cristianos en Tesalónica. Esta introducción se amplía en el capítulo 2, donde Pablo nos ofrece algunos detalles adicionales sobre cómo llegó a predicar allí, por qué se fue y qué había oído acerca de su progreso espiritual. En el capítulo 3, Pablo acabará de hablar de todo lo que Timoteo le había contado, quien era amigo y alumno de Pablo.
Resumen del libro:
El segundo viaje misionero del apóstol Pablo incluyó una visita a la importante ciudad griega de Tesalónica, la cual se encontraba junto a una importante ruta terrestre y contaba con un concurrido puerto marítimo. Varias personas de allí creyeron el mensaje de Pablo (Hechos 17:1–4), pero un grupo de personas que estaban muy enfadados con Pablo lo obligó a abandonar la ciudad no mucho después de haber llegado allí. Más tarde, mientras estaba en Atenas, Pablo recibió buenas noticias sobre los tesalonicenses: estaban creciendo espiritualmente y sirviendo a Dios fervientemente. Sin embargo, tenían preguntas sobre el regreso del Señor, incluido qué les suceden a los creyentes que fallecen antes del regreso de Cristo. Y, como ocurre con todas las iglesias, había algunas áreas en las que se estaban quedando atrás. En la primera carta que Pablo les escribe a los Tesalonicenses, la cual escribió alrededor del año 51 d.C., Pablo habla sobre todo esto. Pablo está muy agradecido por el progreso espiritual de los creyentes tesalonicenses y hace referencia al inminente regreso de Cristo con frecuencia a lo largo de la carta.
Accessed 9/19/2025 6:45:28 PM
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