¿Qué significa 1 Tesalonicenses 2:10?
LBLA: Vosotros sois testigos, y también Dios, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes;
NBLA: Ustedes son testigos, y también Dios, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos (nos hicimos) con ustedes los creyentes.
NVI: Dios y ustedes me son testigos de que nos comportamos con ustedes los creyentes en una forma santa, justa e irreprochable.
RV1960: Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes;
JBS: Vosotros sois testigos, y Dios, de cuán santa y justa e irreprensiblemente nos condujimos con vosotros que creisteis;
Comentario del verso:
Los creyentes de Tesalónica sabían que Pablo y sus colaboradores habían tenido una actitud irreprochable cuando estuvieron con ellos. Primero, sentían una profunda devoción por Dios, vivían según las normas de comportamiento que Dios había establecido, y nadie podía acusarlos legítimamente de haber hecho nada malo. Además, se comportaron admirablemente, dejando brillar su luz para que los tesalonicenses pudieran ver sus buenas obras y glorificar a Dios (ver Mateo 5:16).
Hubo un momento en que la iglesia en Jerusalén necesitó algunos hombres para que administraran el programa de bienestar de la iglesia sin prejuicios, y escogieron "a siete varones de buen testimonio, que estén llenos del Espíritu Santo y de sabiduría" (Hechos 6:3). La iglesia siempre ha necesitado tener líderes así, como estos siete hombres, Pablo y sus compañeros misioneros. En su primera carta para Timoteo, Pablo le advirtió que los diáconos deben ser irreprochables (1 Timoteo 3:2). Si bien eso se les aplica especialmente a aquellos que son llamados a ser líderes en la iglesia, todo el cuerpo de cristianos en su conjunto está llamado a ser irreprochable de la misma manera (Filipenses 2:14–15). Dios ha establecido unos estándares altos para Su pueblo, y Pablo y sus colaboradores definitivamente estuvieron a la altura.
Resumen de contexto:
En 1 Tesalonicenses 2:9–12, Pablo les pide a los cristianos de Tesalónica que recuerden la manera en que se habían comportado tanto él como sus compañeros de trabajo cuando estuvieron con ellos. Pablo describe lo duro que habían trabajado para mantenerse a sí mismos, para no ser una carga para los tesalonicenses. Pablo también les pide a sus lectores que recuerden el estilo de vida piadoso que llevaron en Tesalónica mientras se dedicaron a compartir el evangelio con el mundo. De hecho, nadie pudo acusarlos de haber cometido ningún delito. Tal y como lo haría un padre amoroso con sus hijos, habían alentado e instruido a los creyentes para que llevaran una vida que honrara a Dios, quien los había llamado para que formaran parte de Su reino y Su gloria.
Resumen del capítulo:
Pablo comienza a desarrollar las ideas generales de las que empezó a hablar en el capítulo 1. Durante los capítulos 2 y 3, Pablo explica con más detalles la manera en que llegó a predicar al pueblo de Tesalónica. Pablo dice que su buena conducta, lo cual demostró sus motivaciones altruistas, fue fundamental para que todo le fuera bien. La gente respondió bien ante la actitud de Pablo y creyeron en el evangelio, y eso provocó que Pablo quisiera poder visitarlos de nuevo. Desafortunadamente, Pablo no pudo hacerlo debido a Satanás. Una vez más, Pablo expresa su gratitud debido a la manera en que los cristianos tesalonicenses estaban honrando a Dios a pesar de todas las persecuciones que estaban sufriendo.
Contexto del capítulo:
En el capítulo 1 Pablo habló sobre la relación que tenía con los cristianos en Tesalónica. Esta introducción se amplía en el capítulo 2, donde Pablo nos ofrece algunos detalles adicionales sobre cómo llegó a predicar allí, por qué se fue y qué había oído acerca de su progreso espiritual. En el capítulo 3, Pablo acabará de hablar de todo lo que Timoteo le había contado, quien era amigo y alumno de Pablo.
Resumen del libro:
El segundo viaje misionero del apóstol Pablo incluyó una visita a la importante ciudad griega de Tesalónica, la cual se encontraba junto a una importante ruta terrestre y contaba con un concurrido puerto marítimo. Varias personas de allí creyeron el mensaje de Pablo (Hechos 17:1–4), pero un grupo de personas que estaban muy enfadados con Pablo lo obligó a abandonar la ciudad no mucho después de haber llegado allí. Más tarde, mientras estaba en Atenas, Pablo recibió buenas noticias sobre los tesalonicenses: estaban creciendo espiritualmente y sirviendo a Dios fervientemente. Sin embargo, tenían preguntas sobre el regreso del Señor, incluido qué les suceden a los creyentes que fallecen antes del regreso de Cristo. Y, como ocurre con todas las iglesias, había algunas áreas en las que se estaban quedando atrás. En la primera carta que Pablo les escribe a los Tesalonicenses, la cual escribió alrededor del año 51 d.C., Pablo habla sobre todo esto. Pablo está muy agradecido por el progreso espiritual de los creyentes tesalonicenses y hace referencia al inminente regreso de Cristo con frecuencia a lo largo de la carta.
Accessed 9/20/2025 2:49:52 AM
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