¿Qué significa 1 Tesalonicenses 2:3?
LBLA: Pues nuestra exhortación no procede de error ni de impureza ni es con engaño ;
NBLA: Pues nuestra exhortación no procede de error ni de impureza ni es con engaño,
NVI: Nuestra exhortación no se origina en el error ni en malas intenciones, ni procura engañar a nadie.
RV1960: Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño,
JBS: Porque nuestra exhortación no fue de error, ni de inmundicia, ni por engaño;
Comentario del verso:
Al parecer, los enemigos de Pablo lo habían acusado de predicar un mensaje falso diciendo que tenía motivos impuros y que estaba usando el engaño para ganarse la confianza de los tesalonicenses. Sin embargo, en este versículo Pablo dice que todo eso era falso.

Asimismo, en 2 Corintios 4:1–7, Pablo también trata de defender su ministerio en contra de todas las acusaciones falsas que estaba recibiendo. Pablo dice que él y sus compañeros de trabajo habían renunciado "a lo oculto y vergonzoso, y no andamos con engaños, ni falseamos la palabra de Dios". Pablo reconoció que él y sus compañeros misioneros eran simplemente vasijas de barro que contenían el tesoro del evangelio. Dios seria quien al final se llevaría toda la gloria.

Pablo compartió el evangelio con los Tesalonicenses, el cual define 1 Corintios 15:1–8 diciendo que está formado por cuatro elementos. Primero, que "Cristo murió por nuestros pecados conforme a las Escrituras". En segundo lugar, que "fue sepultado". En tercer lugar, que Cristo "resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras". Y cuarto, que Cristo se les apareció a los apóstoles, a quinientos creyentes, y al final se le apareció a él mismo.
Resumen de contexto:
En 1 Tesalonicenses 2:1–8, Pablo nos habla el momento en que visitó la ciudad de Tesalónica "durante tres días de reposo" (Hechos 17:2). Pablo sirvió al Señor honorablemente a pesar de haber sufrido una fuerte oposición. Pablo compartió el evangelio de Dios en Tesalónica en toda su pureza, y los creyentes tesalonicenses fueron testigos de la conducta santa de Pablo, la cual fue justa e irreprochable. Aquí, Pablo testifica que su intención solo fue agradar a Dios, no a los hombres, y que se esforzó por cuidar de los creyentes tesalonicenses como una madre cuidaría de su propio hijo.
Resumen del capítulo:
Pablo comienza a desarrollar las ideas generales de las que empezó a hablar en el capítulo 1. Durante los capítulos 2 y 3, Pablo explica con más detalles la manera en que llegó a predicar al pueblo de Tesalónica. Pablo dice que su buena conducta, lo cual demostró sus motivaciones altruistas, fue fundamental para que todo le fuera bien. La gente respondió bien ante la actitud de Pablo y creyeron en el evangelio, y eso provocó que Pablo quisiera poder visitarlos de nuevo. Desafortunadamente, Pablo no pudo hacerlo debido a Satanás. Una vez más, Pablo expresa su gratitud debido a la manera en que los cristianos tesalonicenses estaban honrando a Dios a pesar de todas las persecuciones que estaban sufriendo.
Contexto del capítulo:
En el capítulo 1 Pablo habló sobre la relación que tenía con los cristianos en Tesalónica. Esta introducción se amplía en el capítulo 2, donde Pablo nos ofrece algunos detalles adicionales sobre cómo llegó a predicar allí, por qué se fue y qué había oído acerca de su progreso espiritual. En el capítulo 3, Pablo acabará de hablar de todo lo que Timoteo le había contado, quien era amigo y alumno de Pablo.
Resumen del libro:
El segundo viaje misionero del apóstol Pablo incluyó una visita a la importante ciudad griega de Tesalónica, la cual se encontraba junto a una importante ruta terrestre y contaba con un concurrido puerto marítimo. Varias personas de allí creyeron el mensaje de Pablo (Hechos 17:1–4), pero un grupo de personas que estaban muy enfadados con Pablo lo obligó a abandonar la ciudad no mucho después de haber llegado allí. Más tarde, mientras estaba en Atenas, Pablo recibió buenas noticias sobre los tesalonicenses: estaban creciendo espiritualmente y sirviendo a Dios fervientemente. Sin embargo, tenían preguntas sobre el regreso del Señor, incluido qué les suceden a los creyentes que fallecen antes del regreso de Cristo. Y, como ocurre con todas las iglesias, había algunas áreas en las que se estaban quedando atrás. En la primera carta que Pablo les escribe a los Tesalonicenses, la cual escribió alrededor del año 51 d.C., Pablo habla sobre todo esto. Pablo está muy agradecido por el progreso espiritual de los creyentes tesalonicenses y hace referencia al inminente regreso de Cristo con frecuencia a lo largo de la carta.
Accessed 9/20/2025 1:04:34 AM
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