¿Qué significa 1 Timoteo 3:8?
LBLA: De la misma manera, también los diáconos deben ser dignos, de una sola palabra, no dados al mucho vino, ni amantes de ganancias deshonestas,
NBLA: De la misma manera, también los diáconos deben ser dignos, de una sola palabra, no dados al mucho vino, ni amantes de ganancias deshonestas,
NVI: Los diáconos, igualmente, deben ser honorables, sinceros, no amigos del mucho vino ni codiciosos de las ganancias mal habidas.
RV1960: Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas;
JBS: Los diáconos asimismo, honestos, no de dos lenguas, no dados a mucho vino, no amadores de ganancias deshonestas;
Comentario del verso:
En este versículo, Pablo pasa de hablar de las cualificaciones de liderazgo de los ancianos a las de los diáconos. La palabra raíz que se utiliza en este pasaje es diakonos, que literalmente significa "siervo". Aunque Hechos 6:1–7 no dice que los hombres que se mencionan en ese pasaje sean "diáconos", esa pareció ser la primera vez que se creó un grupo de personas con esas características. Cabe señalar que Pablo comienza esta lista usando la expresión "de igual manera", lo cual significa que los diáconos también compartían muchas de los requisitos que tenían que cumplir los ancianos. En realidad, no se repiten todas las mismas ideas, pero las que se repiten deben aplicarse de manera similar.

En primer lugar, los diáconos deben ser "honestos", una palabra que significa que deben ser respetados u honorables. Al igual que como ocurre con los ancianos, esto se refiere a su reputación tanto dentro como fuera de la iglesia.

En segundo lugar, no deben tener una reputación "sin doblez", literalmente, "de doble lenguaje". En resumen, no deben ser hipócritas o mentirosos. Esto también puede referirse a las personas que ponen una "cara" diferente según con quién estén, lo cual demuestra que son personas engañosas o deshonestas. Los hombres que fueran así no eran y ni son aptos para ser diáconos.

Tercero, un diácono no debía ser propenso a beber vino. Al igual que ocurre con los ancianos (1 Timoteo 3:3), los líderes de la iglesia no deben tener problemas con el alcohol o ningún tipo de adicción. Nótese, de nuevo, que Pablo no condena el consumo de alcohol. De hecho, beber alcohol estaba permitido y a veces incluso se fomentaba (1 Timoteo 5:23). La embriaguez, sin embargo, es claramente un pecado y aquellos que son propensos a la adicción no son adecuados para desempeñar el papel de diácono. El Antiguo Testamento incluye muchos ejemplos de hombres piadosos que se emborracharon y sufrieron mucho debido a ello, tal y como les ocurrió a Noé y a Sansón.

Al igual que los ancianos, los diáconos no deben ser codiciosos. Ambos grupos de líderes se encargan de administrar los recursos de la iglesia y por eso no deben amar el dinero por encima del resto de las cosas, sobre todo, por encima de Dios (1 Timoteo 6:10).
Resumen de contexto:
En 1 Timoteo 3:8–13, Pablo nos presenta la lista de requisitos que deben cumplir las personas que quieren ser ''diáconos'' o ''siervos'' dentro de la iglesia, los cuales son bastante similares a los de los ancianos: deben tener una buena reputación y deben manejar y liderar bien sus propios hogares. A los diáconos también se les prohíbe tener dos caras, ser codiciosos y propensos a la adicción. A diferencia de los ancianos, que probablemente ya han sido 'puestos a prueba', Pablo dice que los diáconos deben someterse a un tiempo de prueba y comenzar a desempeñar su cargo cuando demuestren ser irreprochables a nivel moral y espiritual.
Resumen del capítulo:
En el capítulo 3 de 1 Timoteo, Pablo nos expresa los diferentes requisitos que son necesarios para desempeñar dos niveles diferentes de liderazgo dentro de la iglesia. Los primeros son los "ancianos" o "supervisores". Estos hombres deben ser cristianos experimentados, maestros respetables y capaces que tienen una buena reputación y una vida familiar bien ordenada. El segundo grupo son los "siervos" o "diáconos", quienes también comparten muchas de esas mismas expectativas. Sin embargo, a diferencia de los ancianos, los diáconos no tienen por qué enseñar. Además, deben "ponerse a prueba" antes de asumir su función.
Contexto del capítulo:
En el capítulo 3, Pablo termina de compartir sus ideas acerca de la estructura y el tipo de conducta que se debe poner en práctica en la iglesia. En los capítulos 1, 2 y 3, Pablo ha estado hablando sobre algunas ideas generales que Timoteo debía poner en práctica en su congregación. En este capítulo, Pablo habla específicamente sobre los requisitos que deben cumplir los líderes de la iglesia, tanto los ancianos como los diáconos. Durante los próximos capítulos, Pablo le hace una serie de advertencias a Timoteo sobre ciertos peligros que estaban acechando a la iglesia cristiana por aquel entonces.
Resumen del libro:
1 Timoteo es una de las tres "epístolas pastorales" que Pablo les escribió a dos personas específicas. Las otras cartas de Pablo, tal y como Romanos, Efesios y Colosenses, están dirigidas a una audiencia más amplia. En estas epístolas pastorales, Pablo les da consejos tanto a Timoteo como a Tito sobre cómo liderar mejor sus iglesias locales. Estas tres cartas se centran en cómo debe funcionar la iglesia y el tipo de líderes que deben dirigirla. 1 Timoteo, tal y como ocurre con 2 Timoteo y Tito, son cartas más personales, por tanto, son menos formales y sistemáticas que el resto. Pablo nos ayuda a entender la manera en que los pastores, los diáconos y los ancianos deben priorizar su tiempo y energía en la iglesia.
Accessed 9/19/2025 1:50:17 PM
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