1 Timoteo 4 - Printer Friendly

El capítulo 4 marca una transición importante dentro de la carta de 1 Timoteo. Durante los capítulos que van del 1 al 3 de 1 de Timoteo, Pablo habla sobre una serie de asuntos personales que se relacionan con los momentos de adoración en la iglesia. Aquí, Pablo habla sobre el peligro que suponía dejarse influenciar por los falsos maestros y las responsabilidades específicas de las que se encargan varios grupos dentro de la iglesia. A menudo se considera que el capítulo 4 está escrito en dos partes: primero, Pablo hace una descripción de los falsos maestros de Éfeso (1 Timoteo 4:1–5) y después nos describe los pasos prácticos que hay que seguir para defenderse de estos falsos maestros (1 Timoteo 4:6–16).

Los versículos que van del 1 al 5 comienzan centrándose en lo que el Espíritu dice que sucederá en los últimos tiempos (1 Timoteo 4:1). Mientras esperamos el regreso de Cristo, muchos se alejarán de la fe. Algunas de estas personas intentarán imponer reglas falsas como condiciones para seguir a Dios. Uno de los primeros ejemplos de este tipo de personas, algo que incluso estaba presente cuando Pablo escribió esta carta, fueron los gnósticos. Este grupo enseñaba que toda la materia física era mala, lo cual los llevó a prohibir muchos tipos alimentos, así como el matrimonio. Sin embargo, según Pablo, "todo lo que Dios creó es bueno" (1 Timoteo 4:4; Génesis 1—2), y no debe rechazarse sin que haya una buena razón para hacerlo. Cuando usamos las cosas de la manera que Dios quiere que las usemos y con un espíritu agradecido, eso santifica o "aparta" esa cosa mediante la Palabra de Dios y la oración (1 Timoteo 4:5).

Durante los versículos que van del 6 al 16, Pablo se centra en combatir a estos falsos maestros y sus enseñanzas. El consejo que Pablo nos da aquí es extremadamente práctico. En su mayor parte, Pablo quería que Timoteo aplicara todo esto en su propia vida y en sus enseñanzas. Timoteo debía compartir estas verdades con los demás (1 Timoteo 4:6) y disciplinarse a sí mismo para ser piadoso (1 Timoteo 4:7). Pablo le pide a Timoteo que predicara con el ejemplo frente a los creyentes (1 Timoteo 4:12), se arraigara en la sana doctrina (1 Timoteo 4:13) y cumpliera con su llamado espiritual, el cual Dios le había encomendado especialmente a él (1 Timoteo 4:14).

Pablo también le pide a Timoteo que se concentrara en llevar a cabo esa misión (1 Timoteo 4:15) para ayudarse a sí mismo y ayudar a las personas a quienes ministraba (1 Timoteo 4:16).

En 1 Timoteo 4:1–5, Pablo hace una transición y comienza a centrarse en las falsas enseñanzas que estaban minando la iglesia por aquel entonces. En este pasaje, a Pablo parece preocuparle especialmente los maestros que fomentaban una práctica llamada ascetismo, la cual consistía en rechazar las comodidades del mundo con el fin de ser personas más espirituales. En la época de Pablo, había grupos como los gnósticos que enseñaban que la sexualidad y la comida eran cosas físicas y, por tanto, corruptas. Por el contrario, tal y como lo explica Pablo, todo lo que Dios ha creado puede ser algo más que "bueno", puede llegar a ser "santo", siempre y cuando se utilice tal y como Dios lo planeó desde el principio.

En 1 Timoteo 4:6–10, Pablo nos habla sobre la forma correcta en que debemos dirigir a la iglesia en el papel de ancianos. Pablo ya le ha hecho una advertencia a Timoteo acerca de los falsos maestros. Timoteo debía ser diligente a la hora de aprender, vivir, enseñar y defender la verdad. Pablo compara esa actitud con el entrenamiento físico. Estar en forma es algo bueno, ya que eso nos trae muchos beneficios. Sin embargo, nuestra condición física es algo temporal. La aptitud espiritual, por tanto, es mucho más beneficiosa, ya que sus efectos duran para siempre.

En 1 Timoteo 4:11–16, Pablo se centra en la conducta personal de Timoteo, quien era un líder de una iglesia cristiana. Pablo hace hincapié en ideas como la persistencia, la confianza y la diligencia. Es especialmente importante que Timoteo fuera un ejemplo para los demás creyentes. Uno de los argumentos más poderosos en contra de las falsas enseñanzas son los resultados positivos que vienen como resultado de seguir la verdad espiritual. Además de enseñar la verdad, Timoteo debía ponerla en práctica. Pablo le dice a Timoteo que, si se centra en seguir estos principios, Timoteo podría convertirse en una poderosa influencia en el mundo en nombre de Cristo.

1 Timoteo 4 nos ofrece una perspectiva importante acerca de las próximas instrucciones que Pablo compartirá a lo largo de este capítulo. Después de compartir algunos detalles con Timoteo sobre cómo elegir a los líderes de la iglesia, y la conducta apropiada que deben tener los miembros de la iglesia, este capítulo se centra principalmente en las propias opciones espirituales personales de Timoteo. En particular, Pablo le pide que sea diligente, fiel y esté preparado, ya que era mucho lo que estaba en juego, tanto para Timoteo como para las personas que Dios quiso que dirigiera. Este capítulo hace hincapié en la importancia que tiene el hecho de desarrollar una buena práctica espiritual, lo cual es clave en base a los consejos que Pablo comparte antes y después de este pequeño pasaje.

El capítulo 4 de Timoteo sirve como puente entre la introducción de Pablo y la última parte de su carta. Durante los capítulos anteriores, Pablo nos describió los requisitos que los líderes de la iglesia deben cumplir y compartió una serie de instrucciones sobre la forma adecuada de comportarse dentro de la iglesia. Aquí, en el capítulo 4, Pablo le recuerda a Timoteo que no se dejara llevar por las falsas enseñanzas que estaban influenciado a su iglesia. Pablo le hace una advertencia a Pablo mientras que lo anima, lo cual se convierte en la base del resto del mensaje que Pablo quiere compartir con Timoteo. Durante los dos últimos capítulos, Pablo comparte con Timoteo una manera eficaz de identificar y evitar errores en su vida espiritual.

1 Timoteo es una de las tres "epístolas pastorales" que Pablo les escribió a dos personas específicas. Las otras cartas de Pablo, tal y como Romanos, Efesios y Colosenses, están dirigidas a una audiencia más amplia. En estas epístolas pastorales, Pablo les da consejos tanto a Timoteo como a Tito sobre cómo liderar mejor sus iglesias locales. Estas tres cartas se centran en cómo debe funcionar la iglesia y el tipo de líderes que deben dirigirla. 1 Timoteo, tal y como ocurre con 2 Timoteo y Tito, son cartas más personales, por tanto, son menos formales y sistemáticas que el resto. Pablo nos ayuda a entender la manera en que los pastores, los diáconos y los ancianos deben priorizar su tiempo y energía en la iglesia.