¿Qué significa 2 Corintios 10:4?
LBLA: porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas ;
NBLA: Porque las armas de nuestra contienda no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas;
NVI: Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas.
RV1960: porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,
JBS: (Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas de parte de Dios para la destrucción de fortalezas);
Comentario del verso:
Las personas que estaban criticando el ministerio de Pablo, tal vez, también desafiaron su autoridad como apóstol, dando a entender que era un apóstol falso. Pablo sí estuvo de acuerdo con ellos en el hecho de que él y sus colaboradores del evangelio estaban limitados por sus cuerpos humanos, los cuales se estaban desgastando (2 Corintios 4:16). Sin embargo, Pablo dijo en el versículo anterior que no estaban luchando con sus cuerpos físicos. El cuerpo estaba involucrado, por supuesto, pero no era la forma principal en la que estaban luchando a nivel espiritual.
El hecho de que Pablo introdujera el concepto de la guerra en la conversación nos habla de la seriedad con la que Pablo pensaba sobre este conflicto. Las personas que estaban criticando el ministerio de Pablo no estaban simplemente compitiendo en su contra, sino que estaban perturbando el crecimiento y la salud de la iglesia en general. Pablo sabía que esto no es una simple competencia de poder, sino una batalla espiritual que al final tendría consecuencias eternas. Pablo y sus amigos emprendieron esta batalla armados con armas espirituales, no las armas de sus propios cuerpos.
Estas poderosas armas pueden "destruir fortalezas", traducido literalmente del griego kathairesin ochyrōmatōn. Esta frase implica la capacidad de vencer todo tipo de resistencia y romper barreras. La raíz griega de la palabra ochuroma también se refiere al tipo de argumentos que se utilizan durante un debate. En otras de sus cartas, Pablo afirma que la oración y la Palabra de Dios son como armas espirituales (Efesios 6:17–18). Estas armas acceden al poder de Dios para así poder destruir la resistencia procedente de los enemigos de Dios, demostrando así que todas ellas se basan en cosas que son falsas.
Resumen de contexto:
En 2 Corintios 10:1–18 Pablo responde a las acusaciones que algunos corintios habían hecho en su contra, quienes decían que, aunque sus cartas eran muy duras, él era muy humilde en persona. En realidad, Pablo no se opone a lo que estaban diciendo. Sin embargo, sí les hizo una advertencia: si fuera necesario, los visitaría con toda la valentía en Cristo para castigar todo tipo de desobediencia viera allí. De hecho, Pablo describe el conflicto que estaba teniendo con esos falsos apóstoles como si de una guerra espiritual se tratara. Pablo y sus asociados planeaban ganar esa batalla centrándose en capturar nuevamente los pensamientos de los corintios para que obedecieran a Cristo. Pablo nunca iba a parar de enorgullecerse en el Señor.
Resumen del capítulo:
Las personas que estaban criticando a Pablo desde Corinto decían que las cartas de Pablo eran muy duras, pero Pablo no les imponía nada de respeto en persona. Pablo les responde advirtiéndoles que no le hicieran mostrar lo valiente que podría llegar a ser cuando los visitara de nuevo. Pablo y sus compañeros luchaban continuamente en nombre de Dios y el evangelio usando armas espirituales que podían destruir todo tipo de argumentos falsos. Pablo se enorgullecía únicamente del Señor, y no de ningún otro apóstol falso. Los corintios deberían recordar que llegaron a la fe en Cristo como resultado del ministerio de Pablo, quien era un verdadero apóstol de Jesús.
Contexto del capítulo:
2 Corintios 10 continúa el patrón que Pablo ha estado siguiendo a lo largo de toda la carta, tratando cada tema de una manera ordenada. Después de concluir sus comentarios sobre la colecta que se estaba reuniendo para ayudar a los cristianos de Jerusalén, Pablo comienza a hablarles sobre una acusación personal que hicieron en su contra. Estos falsos maestros decían que en persona, Pablo no imponía nada, y que un verdadero apóstol debería tener mucha más presencia de la que tenía Pablo. Pablo no se avergüenza de eso, y les dice que si tuviera que disciplinarlos tal y como dijo que lo haría en las cartas, lo acabaría haciendo. Pablo estaba envuelto en una guerra espiritual que tenía el objetivo de conquistar las mentes de los corintios y su obediencia hacia Cristo y, por eso, se negó a alardearse a sí mismo tal y como lo estaban haciendo esos falsos apóstoles. Este tema continúa en el capítulo 11.
Resumen del libro:
La segunda carta de los Corintios vuelve a tratar sobre muchos de los temas que Pablo ya trató en la primera carta que le envió a esta misma iglesia. Pablo se alegró de saber que la iglesia de Corinto había seguido su consejo. Al mismo tiempo, Pablo se vio obligado a hablar sobre algunas de las acusaciones que le hicieron con respecto a su personalidad y a su legitimidad como apóstol. La mayor parte de este texto trata sobre este tema. El quinto capítulo, por el contrario, contiene un pasaje que los cristianos recitan muy a menudo cuando lo están pasando mal. Pablo también quiere que la iglesia de Corinto cumpliera su promesa de ayudar en la colecta que se estaba reuniendo para ayudar a los cristianos que estaban sufriendo en Jerusalén.
Accessed 11/23/2024 5:38:22 AM
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