¿Qué significa 2 Corintios 12?
Comentario del capítulo:
En este capítulo, Pablo continúa refutando algunas de las acusaciones que le hicieron los falsos apóstoles de Corinto, quienes estaban haciendo todo lo posible para alejar a los corintios de Cristo. A juzgar por el contexto, estos falsos apóstoles quizás cautivaron a su audiencia con relatos de experiencias sobrenaturales sobrecogedoras. En el capítulo anterior, Pablo escribió con sarcasmo que se iba a jactar de su ministerio para burlarse la manera en que esos hombres estaban alardeando sobre sí mismos. En lugar de afirmar ser mejor que esos falsos apóstoles, comenzó a describir todo lo que había tenido que sufrir en el nombre de Cristo. Ahora, Pablo dice que se iba a "jactar" de las visiones y las revelaciones que había recibido del Señor.

Pablo insiste en que no se iba a ganar nada con esto e incluso acaba diciendo que estaba loco debido a lo que estaba a punto de compartir con los corintios. Aunque su "jactancia" tenía un tono sarcástico, lo que estaba diciendo es verdad. De hecho, no nos describe lo que paso en primera persona, sino que lo describe como si le hubiera pasado a "un hombre", aunque nos queda bastante claro que Pablo estaba hablando de sí mismo (2 Corintios 12:1).

Esta experiencia le ocurrió catorce años antes de que escribiera esta carta, alrededor del 42–44 d.C. Pablo dice que un hombre que conocía —él mismo, tal y como nos los muestran los versículos que vienen a continuación— fue arrebatado al tercer cielo o paraíso. Dios era el único que sabía si eso le había ocurrido en su cuerpo físico o había sido una experiencia extracorpórea. Los lectores de Pablo seguramente entendieron que el tercer cielo o el paraíso se refería al lugar donde viven Dios y los ángeles. Mientras estuvo allí, Pablo escuchó y vio cosas que no podía contárselas a nadie (2 Corintios 12:2–4).

Pablo no quería jactarse de lo que le había pasado, aunque dice que estaría diciendo la verdad si finalmente decidiera hacerlo. Más allá de lo que Pablo viera o no viera, a Dios le preocupaba que Pablo se volviera arrogante debido a que tuvo esas visiones tan impresionantes. Entonces, Dios le clavó a Pablo un "aguijón" o una "estaca" en la carne. Las Escrituras no nos especifican qué era ese aguijón, ni siquiera si era algo puramente físico, espiritual o ambos. Pablo dice que su lucha con este aguijón en el cuerpo era como un "mensajero de Satanás" que Dios permitió que experimentara para que continuara siendo humilde (2 Corintios 12: 5–7).

Como era de esperar, Pablo le rogó a Dios que se lo quitara al menos tres veces. Dios se lo negó, insistiendo en que Su gracia era suficiente para Pablo incluso aunque estuviera sufriendo debido a ello. Dios dijo que Su poder se iba a perfeccionar en las debilidades de Pablo. Por eso, Pablo dice una vez más que quería gloriarse en sus debilidades, porque eso demostraba que el poder de Cristo estaba obrando en él. Pablo estaba contento por haber tenido que sufrir tanto, ya que sus debilidades se convertían en su fuerza debido a que Cristo estaba obrando a través de él (2 Corintios 12:8–10).

Después de describir la experiencia sobrenatural que tuvo, Pablo les pide de nuevo a los corintios que le abrieran sus corazones y eliminaran cualquier pecado de sus vidas antes de que é decidiera ir a visitarlos. De hecho, los corintios tenían que haber defendido a Pablo de los supuestos "grandes apóstoles" que surgieron en Corinto. Después de todo, vieron con sus propios ojos las señales y los prodigios sobrenaturales que Dios realizó a través de Pablo para establecer el hecho de que era un verdadero representante de Cristo. Pablo se pregunta si todavía estaban resentidos con él por no haber aceptado su dinero e insiste una vez más en que no los iba a cargar con esa responsabilidad. Pablo dice que como era su padre espiritual, él es quien debía ayudarlos a ellos y no al revés. Por lo tanto, él estaba dispuesto a darlo todo por los corintios (2 Corintios 12:11–15).

Pablo rechaza otra acusación que le habían hecho: que Pablo se estaba negando a recibir dinero de los corintios con el objetivo de engañarlos de otra manera más tarde. Pablo les vuelve a repetir que tanto él como sus colaboradores se comportaron con total integridad cuando estuvieron con ellos, y que no tenían ningún tipo de evidencia para confirmar lo contrario (2 Corintios 12:16–18).

Finalmente, Pablo les recuerda que ellos no eran sus jueces. Siendo realistas, Pablo estaba en una mejor posición para juzgarlos, ya que él era un apóstol de Cristo. A Pablo le preocupaba que cuando fuera a visitarlos, se encontrara a algunos de ellos pecando sin mostrar ningún tipo de arrepentimiento al respecto (2 Corintios 12: 19–21).
Resumen de contexto:
En 2 Corintios 12:1–10 Pablo nos describe algo asombroso. Fue transportado, en cierto sentido, al tercer cielo o paraíso, donde recibió una revelación de Dios que era inefable. Para que siguiera siendo una persona humilde, Dios le clavó un "aguijón en el cuerpo" y se negó a quitárselo a pesar de las súplicas de Pablo. En cambio, Dios le dijo a Pablo que Su gracia era más que suficiente y que Su poder se perfeccionaba en las debilidades de Pablo. Pablo dice una vez más que se gloriaría en su debilidad y se contentaría con su sufrimiento, porque cuando Pablo era débil se demostraba con claridad el poder y la fuerza de Cristo.
En 2 Corintios 12:11–21 Pablo dice que se había desilusionado porque los corintios no lo defendieron frente a las acusaciones que recibió por parte de los falsos apóstoles que surgieron en Corinto. De hecho, los creyentes de Corinto incluso llegaron a presenciar varios milagros que Dios realizó a través de Pablo. Pablo dice de nuevo que no quería aceptar dinero de ellos. Un padre provee para sus hijos, no al revés. Además, Pablo desmiente el hecho de que él y Tito pudieran haber estado planeando estafarlos y, finalmente, muestra su preocupación por el hecho de que la próxima vez que los visitara, muchos de ellos siguieran pecando.
Resumen del capítulo:
Con la mayor humildad posible, Pablo nos describe una de sus mayores experiencias en el ministerio. Fue llevado hasta el "tercer cielo" y recibió una revelación de Dios que no podía revelar en la Tierra. Pablo se niega a alardear de ello, pero lo menciona para así poder hablar de las consecuencias que vinieron después de haber tenido esa experiencia. Para mantener humilde a Pablo, Dios le clavó un "aguijón en el cuerpo", algún tipo de enfermedad que la Biblia no nos específica cuál es. Pablo tuvo que aprender a contentarse con su sufrimiento ya que el poder de Dios se perfeccionaba en su debilidad. Después de eso, Pablo reprende a los corintios por no haberlo apoyado durante los conflictos que surgieron con los falsos maestros de Corinto. Después, les dice que él nunca se aprovechó de nadie y expresa que estaba preocupado de volver a Corinto y ver que algunas personas seguían viviendo en pecado.
Contexto del capítulo:
En 2 Corintios 12 Pablo sigue "jactándose" sarcásticamente acerca de todo lo que había tenido que sufrir por Cristo. Pablo no quería atribuirse el mérito de haber experimentado esa visión tan impresionante. Dios le clavó un "aguijón en el cuerpo" para que siguiera siendo humilde y Pablo aprendió a estar contento con su sufrimiento ya que el poder de Dios se perfecciona a través de sus debilidades. Aun así, los corintios deberían haberlo defendido ante los falsos apóstoles y no haber creído ninguna de las mentiras que les contaron acerca de que él les había estafado sin tener ninguna evidencia para demostrarlo. A Pablo le preocupaba que cuando fuera a visitarlos, finalmente se encontrara a algunas personas pecando dentro de la iglesia de Corinto. En el capítulo 13, Pablo comparte una serie de advertencias y unos saludos antes de despedirse.
Resumen del libro:
La segunda carta de los Corintios vuelve a tratar sobre muchos de los temas que Pablo ya trató en la primera carta que le envió a esta misma iglesia. Pablo se alegró de saber que la iglesia de Corinto había seguido su consejo. Al mismo tiempo, Pablo se vio obligado a hablar sobre algunas de las acusaciones que le hicieron con respecto a su personalidad y a su legitimidad como apóstol. La mayor parte de este texto trata sobre este tema. El quinto capítulo, por el contrario, contiene un pasaje que los cristianos recitan muy a menudo cuando lo están pasando mal. Pablo también quiere que la iglesia de Corinto cumpliera su promesa de ayudar en la colecta que se estaba reuniendo para ayudar a los cristianos que estaban sufriendo en Jerusalén.
Accessed 11/21/2024 7:00:28 AM
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