2 Corintios 2:13 - Printer Friendly

LBLA: no tuve reposo en mi espíritu al no encontrar a Tito, mi hermano; despidiéndome, pues, de ellos, salí para Macedonia.

NBLA: no tuve reposo en mi espíritu al no encontrar a Tito, mi hermano. Despidiéndome, pues, de ellos, salí para Macedonia.

NVI: Aun así, me sentí intranquilo por no haber encontrado allí a mi hermano Tito, por lo cual me despedí de ellos y me fui a Macedonia.

RV1960: no tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado a mi hermano Tito; así, despidiéndome de ellos, partí para Macedonia.

JBS: no tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado a Tito, mi hermano; y así, despidiéndome de ellos, partí para Macedonia.

Pablo está explicándoles a los Corintios la razón por la que se había retrasado a la hora de ir a verlos. En resumen, quería saber lo que había pasado cuando leyeron su carta. ¿Se pusieron de su lado, o del hombre que se opuso a la autoridad que Pablo había recibido directamente del Señor? Pablo envió a Tito a Corinto y le dijo que les entregara una carta muy dura, y después planeó encontrarse con Tito en el pueblo de Troas para saber cómo habían respondido los corintios.

Al llegar a Troas, Pablo se encontró una puerta abierta en el evangelio. Algunas personas estaban listas para escuchar la verdad de Jesús y el evangelio. Sin embargo, Pablo no se encontró con Tito allí, y al no encontrarse con su compañero de trabajo en el ministerio, Pablo comenzó a sentirse inquieto en su espíritu. ¿Estaban yendo las cosas mal en Corinto? ¿Le había pasado algo a Tito?

Incapaz de concentrarse en el ministerio, Pablo se fue y regresó a Macedonia. Sin embargo, quería regresar a Troas más tarde, y Dios finalmente lo usó allí de una manera poderosa (Hechos 20:5–11). Aun así, Pablo normalmente no se iba de un lugar donde las personas quisieran escuchar el evangelio, incluso si tuviera que poner su vida en peligro para hacerlo. Pablo debió haberse preocupado muchísimo y, después de recibir la orden del Espíritu Santo, finalmente decidió irse de Troas.

2 Corintios 2:12–17 continúa brevemente la historia de Pablo acerca de su decisión de si quería ir o no ir a Corinto. Pablo estaba esperando a escuchar el informe de Tito cuando este regresara. Al ver que Tito no regresaba, Pablo comenzó a sentirse muy nervioso en su espíritu, y decidió irse de allí. Después de eso, Pablo dice que los cristianos son como el aroma de Cristo en la Tierra. Ese aroma evoca un olor a muerte en los que perecen y un olor de vida en los que se salvan. Pablo insiste en que Dios fue el que los envió tanto a él como a sus colaboradores.

Pablo explica aquí la razón por la que se demoró un poco a la hora de visitar a los corintios. Con gran angustia, les había escrito una carta bastante dolorosa para decirles que debían corregir a uno de los hombres que había entre ellos. Esta persona pudo haber desafiado la autoridad de Pablo como apóstol de Jesús. Los corintios disciplinaron al hombre y ese hombre finalmente se arrepintió. Pablo les dijo que lo perdonaran. Pablo también dice que Tito finalmente no se presentó en Troas con noticias sobre los corintios, y luego pasa a enseñarles que los cristianos son el aroma de Cristo en la Tierra para todas las personas que los conocen.

Pablo explica en este capítulo la razón por la que finalmente tuvo que demorarse un poco antes de ir a Corinto. Pablo quería saber primero si los corintios se habían puesto de su lado o del lado del hombre que desafió su autoridad. La iglesia decidió disciplinar a ese hombre, y al final se arrepintió. Pablo les ordena que lo perdonen y lo vuelvan a involucrar en la iglesia. Luego, Pablo dice que no pudo encontrar a Tito en Troas para escuchar lo que había pasado en Corinto. Después, Pablo comienza a enseñarles que los cristianos son el aroma de Cristo en la Tierra, un aroma que huele a muerte para los que están pereciendo y a vida para los que se salvan, lo cual lo lleva de regreso al tema de su propia autoridad durante el capítulo 3.

La segunda carta de los Corintios vuelve a tratar sobre muchos de los temas que Pablo ya trató en la primera carta que le envió a esta misma iglesia. Pablo se alegró de saber que la iglesia de Corinto había seguido su consejo. Al mismo tiempo, Pablo se vio obligado a hablar sobre algunas de las acusaciones que le hicieron con respecto a su personalidad y a su legitimidad como apóstol. La mayor parte de este texto trata sobre este tema. El quinto capítulo, por el contrario, contiene un pasaje que los cristianos recitan muy a menudo cuando lo están pasando mal. Pablo también quiere que la iglesia de Corinto cumpliera su promesa de ayudar en la colecta que se estaba reuniendo para ayudar a los cristianos que estaban sufriendo en Jerusalén.