¿Qué significa 2 Corintios 3?
Comentario del capítulo:
Deseoso de que los corintios entendieran que no se estaba promocionando a sí mismo, Pablo quiere que se tuvieran en cuenta a ellos mismos a la hora de validar su papel como apóstol de Jesús. De hecho, les dice Pablo, sus propias vidas eran toda la evidencia que necesitaban para darse cuenta de que Pablo era un verdadero apóstol de Cristo. Después de todo, los corintios se convirtieron en cartas de recomendación "vivientes" tanto para él como para sus compañeros de trabajo. Ellos mismos "eran cartas" que habían sido escritas por Cristo con el Espíritu Santo en sus corazones, en lugar de haber usado tinta y tablas para hacerlo (2 Corintios 3:1–3).
Pablo insiste en que todo esto no tenía nada que ver con el hecho de si él era fuerte o tenía talento, ya que Pablo y sus amigos no tenían lo que se necesitaba para llevar a cabo este trabajo. De hecho, ninguno de ellos era especial en ningún sentido. Dios era quien les permitía tener poder para para llevar a cabo Su obra. Dios fue quien les dio la potestad para convertirse en ministros del nuevo pacto (2 Corintios 3:4–6).
Después, Pablo pasa a comparar el nuevo pacto de salvación que vino a través de la fe en Cristo y la gracia de Dios con el antiguo pacto que Dios había hecho con Israel, un ministerio de muerte que fue tallado en letras sobre piedra. En realidad, ese pacto llegó con mucha gloria porque fue Dios mismo quien se lo ofreció a los israelitas. La gloria de ese pacto fue tan poderosa que los israelitas ni siquiera pudieron soportar mirar su reflejo en el rostro de Moisés después de que Moisés pasara un tiempo con Dios. Sin embargo, ese ministerio era un ministerio de muerte, porque requería la muerte de animales para pagar por cada uno de los pecados que los israelitas cometieron. Ese pacto nos hizo ver que, debido a nuestro pecado, los seres humanos no pueden llevar una vida justa, ni tampoco alcanzar la justicia necesaria como para estar con Dios (2 Corintios 3:7).
La gloria del nuevo pacto, la cual viene de la gracia y el perdón de Dios para los pecadores a través de la fe en Cristo, supera con creces la gloria que fue revelada a través del antiguo pacto de la ley. Ese antiguo ministerio de condenación estaba llegando a su fin, mientras que el ministerio de justicia, el cual se recibe como un don por medio de Cristo, continuará para siempre. Ese nuevo ministerio nos reveló una gloria eterna (2 Corintios 3:8–11).
Debido a que Pablo es un ministro del nuevo pacto, el cual les permite a las personas que están en Cristo ver la gloria de Dios, Pablo tenía la potestad para ser mucho más valiente que Moisés. Moisés, siendo un ministro del antiguo pacto, tuvo que cubrir su rostro con un velo para que los israelitas no vieran la gloria de Dios debido a sus pecados. Ese velo todavía estaba presente en el mundo, y se estaba interponiendo entre las personas que no estaban en Cristo y la gloria de Dios. Por tanto, el Espíritu Santo, a través de Cristo, es el único que puede quitárselo a las personas que tienen fe en Cristo (2 Corintios 3:12–17).
Por tanto, las personas que están en Cristo pueden mirarlo con el rostro descubierto. Ver a Cristo de esta manera es como si viéramos la gloria de Dios en la Tierra. De hecho, al mirar esa gloria se inicia una transformación en todos nosotros que nos lleva a parecernos más y más a Cristo gracias al poder del Espíritu Santo (2 Corintios 3:18).
Resumen de contexto:
2 Corintios 3:1–6 nos describe poéticamente que la única carta de recomendación que Pablo necesitaba para demostrar su legitimidad como apóstol eran los cristianos de Corinto. Pablo y sus amigos fueron los que los llevaron hacia la fe en Cristo. Los Corintios eran como una carta escrita por Cristo, no con tinta, sino con el sello del Espíritu Santo; no en tablas de piedra, sino en corazones humanos. Dios fue quien empoderó a Pablo para realizar el ministerio y quien los envió tanto a él como a sus amigos a compartir el evangelio por todo el mundo.
En 2 Corintios 3:7–18 Pablo compara la gloria de Dios tal y como se nos reveló a través dos pactos diferentes. El primero fue el antiguo pacto con Israel, el segundo es la gloria que se reveló en el nuevo pacto de la gracia de Dios a través de la fe en Cristo. La gloria del antiguo pacto se estaba desvaneciendo tal y como lo hizo en el rostro de Moisés después de haber estado con Dios. Las personas que se acercan a Dios a través de la fe en Cristo reciben el perdón de sus pecados y pueden contemplar la gloria de Dios. El Espíritu elimina el velo de la incredulidad a través de Cristo. Las personas que comienzan a observan a Cristo comienzan a volverse como Él.
Resumen del capítulo:
2 Corintios 3 comienza con Pablo insistiendo de nuevo en el hecho de que la presencia de Cristo moraba en los corazones de los corintios y que esa era toda la evidencia que necesitaban para saber que su ministerio había sido honesto y sincero. Luego, Pablo compara la gloria limitada que Dios compartió con el pueblo de Israel a través del antiguo pacto con la gran gloria que Dios nos ha revelado a todos nosotros a través de la fe en Cristo. Esa gloria se revela solamente cuando el velo de la incredulidad desaparece a través de Cristo gracias al poder del Espíritu Santo. Las personas que se centran en observar la gloria de Dios en Cristo comienzan un proceso de transformación que los lleva a parecerse a Cristo más y más con el paso del tiempo.
Contexto del capítulo:
Durante los capítulos anteriores, Pablo nos habló sobre la manera en que los corintios habían respondido cuando leyeron la carta que les había enviado a través de Tito y todas las instrucciones que en ella intentó comunicarles. Aquí, Pablo comienza a defenderse una vez más, centrándose en el hecho de que él era un verdadero apóstol de Cristo. Luego, Pablo compara el antiguo pacto de la ley de Moisés con el nuevo pacto de la fe en Cristo. El antiguo pacto reveló la seriedad del pecado humano, la condenación de Dios y el hecho de que para pagar por el pecado humano se necesitaban sacrificios de animales continuamente. El nuevo pacto, sin embargo, se basa en el perdón de Dios, quien les perdona los pecados a todas las personas que confían en Cristo, y les permite mirar Su gloria y comenzar a ser transformados en la imagen de Cristo a través del poder del Espíritu Santo. Después, Pablo habla sobre increíble valor del evangelio cuando lo comparamos con las dificultades que tenemos que pasar durante esta vida.
Resumen del libro:
La segunda carta de los Corintios vuelve a tratar sobre muchos de los temas que Pablo ya trató en la primera carta que le envió a esta misma iglesia. Pablo se alegró de saber que la iglesia de Corinto había seguido su consejo. Al mismo tiempo, Pablo se vio obligado a hablar sobre algunas de las acusaciones que le hicieron con respecto a su personalidad y a su legitimidad como apóstol. La mayor parte de este texto trata sobre este tema. El quinto capítulo, por el contrario, contiene un pasaje que los cristianos recitan muy a menudo cuando lo están pasando mal. Pablo también quiere que la iglesia de Corinto cumpliera su promesa de ayudar en la colecta que se estaba reuniendo para ayudar a los cristianos que estaban sufriendo en Jerusalén.
Accessed 11/23/2024 4:30:51 AM
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