2 Pedro 3:18 - Printer Friendly

LBLA: antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A El sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

NBLA: Antes bien, crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A El sea la gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

NVI: Más bien, crezcan en la gracia y en el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea la gloria ahora y para siempre! Amén.

RV1960: Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

JBS: Mas creced en la gracia, y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesús, el Cristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.

En los versículos 17 y 18, Pedro concluye su carta, por lo que ambos versículos deben leerse juntos. Pedro nos hace una advertencia en contra del peligro que suponen las mentiras de los falsos maestros, y también nos anima a seguir creciendo en Cristo. Específicamente, Pedro anima a sus lectores a crecer en dos áreas: la gracia de Jesús y nuestro conocimiento de Él.

Crecer en la gracia no significa necesariamente obtener más y más gracia de Dios. La gracia, por definición, no se gana, ni tampoco debemos esforzarnos por recibirla. A través de Su gracia, Dios ha perdonado nuestros pecados y nos ha dado plenos derechos debido a que somos Sus hijos en Cristo. Por tanto, no hay nada que podamos conseguir más allá de eso. Sin embargo, vivir bajo la gracia de Jesús nos brinda una gran oportunidad de crecer espiritualmente y volvernos más fuertes y profundos. Pedro dijo en el capítulo 1 que no nos falta nada para vivir la vida que Dios quiere vivamos, ya que ahora es el momento de hacerlo.

Una manera de crecer bajo la gracia de Dios es crecer en nuestro conocimiento de Cristo, lo cual implica dos ideas. Una de ellas es saber cada vez más acerca de Cristo con nuestra mente: saber más información sobre quién es y lo que quiere, y la otra es conocer cada vez mejor a Jesús mediante la relación que tenemos con Él. Estas dos cosas nos permiten convertirnos en siervos más productivos (1 Pedro 1:8).

Pedro dice que Jesús es nuestro Señor y nuestro Salvador y, para conocerlo realmente, debemos seguir creciendo en nuestra comprensión de lo que significa vivir en relación con Jesús, quien es nuestro Señor y Salvador.

Entonces, nosotros, tal y como Pedro, podemos llegar a una única conclusión: Jesús es a quien le corresponde recibir toda la gloria en este momento y para siempre.

2 Pedro 3:14–18 concluye la carta de Pedro. Dado que los cristianos anhelamos los cielos nuevos y la tierra nueva, debemos esforzarnos ahora por abandonar el pecado y vivir en paz con Dios. Pedro reconoce que Pablo es autor de las Escrituras. Los falsos maestros tergiversan la Palabra de Dios. Sin embargo, puesto que los cristianos conocemos la Palabra de Dios, tenemos la responsabilidad de no dejarnos engañar por los falsos maestros. En cambio, debemos seguir creciendo en la gracia y el conocimiento de Jesús y darle gloria.

Pedro critica los argumentos que los falsos maestros de la iglesia del primer siglo estaban usando para engañar a los cristianos de la iglesia. Esos falsos maestros se burlaban de que Cristo todavía no había regresado, y que por tanto no iba a regresar. Pedro les recuerda a sus lectores que Dios creó el mundo, y que el diluvio de los días de Noé también es evidencia de que Dios está dispuesto a enjuiciar a la Tierra por sus pecados. Dios nunca se retrasa, sino que es paciente y misericordioso. Sin embargo, el Día del Señor acabará llegando, y todo será destruido. Después de eso, Dios establecerá un nuevo cielo y una nueva Tierra. Por tanto, los cristianos deben vivir pensando en esa realidad que pronto experimentaremos.

Después de condenar muy seriamente a los falsos maestros en el capítulo 2, Pedro ahora comienza a desmantelar sus argumentos. Esos falsos maestros se burlaban de que Cristo todavía no había regresado según lo prometido. Por tanto, deberíamos dudar del regreso de Cristo, decían, ya que el mundo seguía como siempre lo había hecho y siempre lo seguirá haciendo. Pedro les recuerda a sus lectores que Dios es quien hizo el mundo. El diluvio de Noé es evidencia de que Dios puede alterar el curso de la naturaleza para juzgar a la humanidad por sus pecados. Los cristianos deben esperar con ansias los nuevos cielos y la nueva Tierra, rechazar las falsas enseñanzas y llevar una vida santa.

Aparentemente, Pedro escribió 2 Pedro poco antes de su muerte en los años 60 d. C., y quizás la escribió para la misma audiencia que escribió 1 Pedro: cristianos que se habían dispersado por toda Asia Menor debido a las persecuciones que estaban sufriendo. Pedro escribe esta carta para animar a los cristianos a que vivan sus vidas de acuerdo con el propósito que todas y todos ellos habían recibido en Cristo. Pedro les advierte a los lectores que tengan cuidado con los maestros que dicen ser creyentes, pero al mismo tiempo presentan una versión falsa del cristianismo. Finalmente, Pedro les pide a todos los cristianos que velen y esperen ansiosamente el regreso del Señor.