¿Qué significa 2 Tesalonicenses 2:16?
LBLA: Y que nuestro Señor Jesucristo mismo, y Dios nuestro Padre, que nos amó y nos dio consuelo eterno y buena esperanza por gracia,
NBLA: Y que nuestro Señor Jesucristo mismo, y Dios nuestro Padre, que nos amó y nos dio consuelo eterno y buena esperanza por gracia,
NVI: Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, que nos amó y por su gracia nos dio consuelo eterno y una buena esperanza,
RV1960: Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia,
JBS: Y el mismo Señor nuestro, Jesús, el Cristo, y Dios y Padre nuestro, el cual nos amó, y nos dio la consolación eterna, y la buena esperanza por gracia,
Comentario del verso:
En este versículo Pablo comienza a compartir una bendición, en la que dice que el Señor Jesucristo y Dios nuestro Padre eran quienes los amaban a él, a sus compañeros de trabajo y a sus lectores. Es raro que Pablo colocara el nombre de Jesús antes del nombre del Padre, pero este orden nos demuestra que Jesús y el Padre son iguales en esencia, autoridad y poder. Además, en el idioma griego, el sujeto es plural pero los verbos son singulares, lo que indica que cada persona nombrada en el sujeto tiene el mismo valor.

Jesús y el Padre nos amaron cuando éramos pecadores (Romanos 5:8) y todavía nos siguen amando, por lo que nada puede separarnos de este amor (Romanos 8:38–39). Dios les otorgó a los tesalonicenses un consuelo eterno que va más allá de esta vida, y lo hizo debido a Su amor. Dios también les ofreció a los tesalonicenses la esperanza de vivir un futuro brillante, y se la impartió a través de Su gracia: Su favor inmerecido. La persecución y las pruebas no pudieron empañar la buena esperanza que Dios les había otorgado a los tesalonicenses.
Resumen de contexto:
2 Tesalonicenses 2:13–17 contrasta fuertemente con el pasaje anterior. Antes de esto, Pablo habló sobre el malvado hombre de pecado, sus malas acciones y las terribles consecuencias que le esperan tanto a él como a sus seguidores. Ahora Pablo se dirige a los creyentes tesalonicenses con un mensaje positivo y edificante acerca de su salvación, y los anima a adoptar una postura defensiva en contra las falsas enseñanzas y a adherirse a lo que él les había enseñado. Pablo concluye este capítulo con una bendición edificante, en la que invoca al Señor Jesucristo y a Dios Padre para que animen a los tesalonicenses y los establezcan en toda buena palabra y obra.
Resumen del capítulo:
Los cristianos de Tesalónica todavía no habían experimentado los acontecimientos de los que Pablo les habló durante su primera carta; ni ellos y ni nadie. A pesar de lo que algunos falsos maestros aparentemente pensaban, ellos no estaban pasando por el ''día del Señor'', el día en el que el Señor juzgará al mundo. Como prueba de esto, Pablo les ofrece una serie de instrucciones sobre las cosas que estaban por ocurrir pero que todavía no habían ocurrido, y que ocurrirían antes de la llegada del día del Señor. Lo primero es una rebelión, o una "apostasía". Lo segundo es la aparición de un ''hombre de pecado'', al que Satanás usará para cumplir sus propios propósitos. Dios dejará de restringir el poder del pecado para que, una vez llegue Su juicio, nadie tenga duda de que ese juicio era necesario.
Contexto del capítulo:
Durante el capítulo 1, Pablo se dedicó a elogiar a los cristianos de Tesalónica debido a su crecimiento espiritual y los actos de amor que estaban realizando. Este capítulo, sin embargo, busca corregir un malentendido que surgió en la iglesia después de que Pablo les mandara su primera carta. Pablo anima a estos creyentes diciéndoles que el día del Señor todavía no había llegado. Antes de que pueda comenzar ese tiempo catastrófico, deben ocurrir ciertos eventos: una apostasía espiritual generalizada y el surgimiento de una figura que tendrá poderes satánicos. En el capítulo 3, Pablo elogia el valor que tiene el hecho de tener una ética de trabajo sólida, tanto en un sentido espiritual como secular.
Resumen del libro:
2 Tesalonicenses es la carta que Pablo les escribió a los tesalonicenses justo después de haberles escrito la primera, durante la que Pablo los elogió por su fidelidad y les enseñó cosas importantes, sobre todo para tranquilizarlos, acerca del día del Señor. Pablo les habló sobre el rapto y habló de la muerte como si las personas estuvieran "durmiendo", que es la manera en que los cristianos deben entender la muerte. En esta segunda carta, Pablo corrige una serie de posibles malentendidos que surgieron sobre estas ideas después de que leyeran su primera carta. Pablo habla aquí sobre la importancia de tener una buena ética de trabajo y el inminente juicio que Dios iba a imponer sobre el pecado, incluido el juicio que dejará care sobre las personas que persiguen a la iglesia cristiana. Pablo también les asegura a los tesalonicenses que no se habían perdido el regreso de Cristo.
Accessed 9/5/2025 4:05:00 AM
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