2 Timoteo 3:15 - Printer Friendly

LBLA: y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.

NBLA: Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.

NVI: Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.

RV1960: y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.

JBS: y que sabes las Sagradas Escrituras desde la niñez, las cuales te pueden hacer sabio para la salud por la fe que es en Cristo Jesús.

Además de todo lo que le enseñaron Pablo y otros líderes de la iglesia a Timoteo sobre Jesús, Timoteo creció siguiendo la Torá desde una edad temprana gracias a su madre y a su abuela (2 Timoteo 1:5). En este versículo, Pablo dice que Timoteo siempre estuvo inmerso en la palabra de Dios. De hecho, es probable que Timoteo incluso aprendiera a leer y a escribir, algo que no era tan común en su época tal y como lo es en la actualidad. Seguramente, Timoteo oyó y probablemente leyó la Torá en la sinagoga local de Listra (Hechos 16:1). Lo que sí sabemos es que, como mínimo, su madre y su abuela le enseñaron las escrituras judías desde que era pequeño. Timoteo tenía un padre griego y no fue circuncidado hasta que fue adulto, pero siempre estuvo influenciado por el judaísmo debido a la familia de su madre.

Pablo también habla sobre el objetivo principal de la palabra escrita de Dios, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento: hacer que las personas conozcan a Dios y la salvación que se encuentra en Jesucristo. Los escritos del Antiguo Testamento ya comenzaron a exponernos algunos puntos clave con respecto a la salvación, pero la salvación misma vino a través de Jesucristo (Efesios 2:8–9). Pablo destaca aquí la importancia del Antiguo Testamento, al tiempo que enfatiza el papel salvador de Jesús, debido a que Jesús cumplió tanto la Ley y como las profecías de los Profetas (Mateo 5:17–20).

En 2 Timoteo 3:10–17, Pablo hace un contraste entre las conductas mundanas y malvadas de los falsos maestros y la conducta que Timoteo había visto en Pablo. Timoteo no solo había sido testigo de primera mano de todo el sufrimiento por el que Pablo tuvo que pasar a causa de Cristo, sino que también había tenido que soportarlo él mismo. Todo esto sirve para aumentar la validez de las enseñanzas de Pablo, y por eso Pablo anima a Timoteo a que se aferre a todas ellas. Por encima de todo, Timoteo debía confiar en la Escrituras, las cuales fueron "inspiradas por Dios", porque son la defensa más segura, confiable e inmutable que existe para defendernos de los errores y las falsas enseñanzas.

Durante el capítulo 3, Pablo nos presenta dos secciones que tratan temas muy diferentes. Durante la primera sección, Pablo nos describe al detalle una serie de pecados que se asocian con la apostasía: las personas que abandonan la verdad de Dios. Haciendo mención de algunos de los temas que ya ha estado tratando durante los capítulos anteriores, Pablo le dice a Timoteo que evitara estos pecados y a las personas que participan de ellos. Durante la segunda sección, Pablo compara la fidelidad de Timoteo y su propia actitud con la manera de vivir de los falsos maestros. Para contrarrestar las falsas enseñanzas y la apostasía, Pablo dice que la palabra escrita de Dios es crucial, ya que es el recurso más poderoso que los creyentes pueden usar en su caminar cristiano.

Durante los capítulos anteriores, Pablo animó a Timoteo hablándole sobre su herencia espiritual, y también le dijo que se mantuviera centrado en la obra de Dios, en lugar de en participar en discusiones inútiles. Aquí, Pablo nos hace una serie de advertencias acerca de la actitud que tenían los falsos maestros y las personas que rechazan a Dios en favor de sus propias preferencias. Tal y como se lo enseñó anteriormente, Pablo le dice a Timoteo claramente que evitara esos tipos de comportamientos y a quienes participan en ellos. Este capítulo es el punto culminante de la carta de Pablo, el cual nos conduce hacia las conclusiones que comparte durante el capítulo 4.

2 Timoteo es la última carta del Nuevo Testamento que escribió Pablo mientras esperaba a que el sistema legal de Roma lo ejecutara. En ese momento, alrededor del año 67 d.C., Timoteo dirigía la iglesia de Éfeso. Pablo le escribe a Timoteo para animarlo. Pablo se estaba enfrentando a la peor de todas sus dificultades: su propia muerte, la cual iba a ocurrir de manera inminente. Por eso, Pablo anima a Timoteo a mantenerse firme en su fe confiando en la Palabra escrita de Dios. En esta carta, Pablo habla de muchos temas que mencionó en muchas otras de sus cartas.