2 Timoteo 4:15 - Printer Friendly

LBLA: Tú también cuídate de él, pues se opone vigorosamente a nuestra enseñanza.

NBLA: Tú también cuídate de él, pues se opone vigorosamente a nuestra enseñanza (nuestras palabras).

NVI: Tú también cuídate de él, porque se opuso tenazmente a nuestro mensaje.

RV1960: Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras.

JBS: Guárdate tú también de él; que en grande manera ha resistido a nuestras palabras.

Alejandro le causó muchos problemas a Pablo (2 Timoteo 4:14) y aparentemente seguía haciéndolo durante los momentos en los que Pablo escribió esta carta. Como resultado, Pablo también le advirtió a Timoteo que tuviera mucho cuidado con él. Alejandro no era simplemente un escéptico, sino que "se oponía firmemente" al evangelio. Era un calderero que pudo haberse opuesto a Pablo porque se ganaba la vida creando dioses y diosas de cobre que más tarde le vendía a su comunidad, de manera similar a Demetrio el platero, quien se menciona en Hechos 19:23–41.

Si este hombre es el mismo Alejandro de 1 Timoteo 1:20, entonces era un falso maestro y calderero de Éfeso que le había causado problemas tanto a Pablo como a Timoteo, estaba en contra del evangelio y trató de causarle muchos problemas a la iglesia. Dios lo iba a juzgar (2 Timoteo 4:14), algo que se relaciona con lo que Pablo dice en 1 Timoteo 1:20 acerca de que Himeneo y Alejandro: "a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar". En el versículo anterior, Pablo citó el Salmo 28 mientras hablaba de Alejandro, indicando claramente que Alejandro no era creyente.

En 2 Timoteo 4:9–18, Pablo comparte con Timoteo detalles sobre algunos de sus compañeros de ministerio, así como de personas con las que tuvo que enfrentarse. Pablo envió a algunos de sus amigos en viajes misioneros. Otros, como Demas, le dieron la espalda a Pablo y lo abandonaron. Lucas, el autor del Evangelio de Lucas y del libro de los Hechos, fue la única persona que estaba con él en esos momentos. Pablo le advierte específicamente a Timoteo que tuviera mucho cuidado con Alejandro el calderero. Pablo sabía muy bien que la justicia romana iba a acabar con su vida más tarde o más temprano. Sin embargo, en lugar de desesperarse, Pablo seguía regocijándose en Su salvación y continuó alabando a Dios durante todo este proceso.

Pablo resume todas las instrucciones que le dio a Timoteo centrándose en una aplicación práctica de todo lo que había enseñado hasta ese momento. Pablo le "encarga" a Timoteo que en todo momento se dedicara a defender su fe contra todo error y falsa enseñanza. Timoteo tendría que enfrentarse a muchos problemas a causa de Cristo y la verdad del Evangelio. Pablo admite abiertamente que su vida casi estaba a punto de terminar, por lo que Timoteo tendría que seguir adelante sin él. Después de esto, Pablo habla un poco sobre su situación personal y le da a Timoteo algunas instrucciones y consejos sobre una serie de personas en particular. Pablo le pide a Timoteo que lo visite, luego termina su carta (tal y como terminaría su vida) centrándose en la gracia de Dios.

Durante el capítulo 4, Pablo llega a una serie de conclusiones e intenta aplicar muchas de las enseñanzas que ha compartido hasta ahora. Pablo animó a Timoteo hablándole acerca de su herencia espiritual, y le dijo que fuera valiente y se resistiera. Pablo también habló específicamente sobre los pecados de los falsos maestros y los comparó con los frutos de su propio ministerio. Sabiendo todas estas cosas, Pablo concluye diciendo que Timoteo tenía que seguir defendiendo la fe, a pesar de los falsos maestros, porque Pablo ya no podría hacerlo por sí mismo.

2 Timoteo es la última carta del Nuevo Testamento que escribió Pablo mientras esperaba a que el sistema legal de Roma lo ejecutara. En ese momento, alrededor del año 67 d.C., Timoteo dirigía la iglesia de Éfeso. Pablo le escribe a Timoteo para animarlo. Pablo se estaba enfrentando a la peor de todas sus dificultades: su propia muerte, la cual iba a ocurrir de manera inminente. Por eso, Pablo anima a Timoteo a mantenerse firme en su fe confiando en la Palabra escrita de Dios. En esta carta, Pablo habla de muchos temas que mencionó en muchas otras de sus cartas.