Colosenses 3:18 - Printer Friendly

LBLA: Mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.

NBLA: Mujeres, estén sujetas a sus maridos, como conviene en el Señor.

NVI: Esposas, sométanse a sus esposos, como conviene en el Señor.

RV1960: Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.

JBS: Casadas, estad sujetas a vuestros propios maridos, como conviene en el Señor.

En este versículo, Pablo inicia una nueva sección que se extiende hasta el versículo 1 del capítulo 4. En este pasaje, Pablo les ofrece una serie de instrucciones específicas y prácticas a las personas que forman los hogares cristianos.

En primer lugar, Pablo se dirige a las esposas cristianas y, como cabe esperarse en la actualidad, la palabra “respeten”, la cual también se traduce “sométanse”, ha generado mucha controversia. Esta palabra proviene del término griego hypotassesthe, la cual tiene significados ligeramente diferentes según se use en un sentido militar o no militar. Cuando se utiliza dentro del contexto militar, esta palabra se refiere al momento en el que un líder organiza su ejército. En un contexto no militar, esta palabra se refiere al hecho de tener una actitud de cooperación, de asumir responsabilidades y de obediencia. En la Biblia, las esposas no son personas inferiores a sus maridos, sino ayudantes que cooperan en el matrimonio. Los esposos también tienen obligaciones espirituales para con sus esposas, y deben mostrarles el mismo amor desinteresado y sacrificado que Cristo mostró por la Iglesia (Efesios 5:25).

Este tipo de compromiso, el que debe mostrarle una esposa a su esposo, se considera "apropiado" a ojos de Dios. En otras palabras, es apropiado que una mujer cristiana viva en una relación de afecto hacia su esposo, y esto incluye el hecho de permitirle dirigir a la familia. Tristemente, hay muchos ejemplos de hombres cristianos que no han dirigido bien a sus familias. Sin embargo, en el contexto de la manera en que Dios quiere que funcione la familia, lo apropiado es que el esposo ame a su esposa y sea amable con ella (Colosenses 3:19). Ella, a su vez, debe ser bondadosa y apoyar el papel que su esposo desempeña como líder de su familia.

En Colosenses 3:18–4:1, Pablo nos ofrece una serie de instrucciones específicas para las personas que forman hogares cristianos: los esposos, las esposas, los hijos y los siervos. Pablo les recuerda de nuevo a los creyentes que no deben limitarse hacer lo mínimo que estén obligados a hacer. Más bien, debemos servir sabiendo que Cristo es nuestro verdadero juez. Pablo también les pide a los ''amos'' sean bondadosos y justos, tal y como se lo pidió a los esclavos y los siervos, ya que, a ojos de Cristo, los dos son iguales.

En este capítulo, Pablo les ofrece una serie de instrucciones claras a los cristianos sobre cómo deben vivir su fe en Cristo. Puesto que Cristo ha salvado a los creyentes, ya no deben participar en los pecados que controlan las vidas de los incrédulos. La inmoralidad sexual, los celos, la calumnia y la venganza no deben formar parte de la vida de los cristianos. En cambio, los creyentes deben demostrar compasión, humildad, paciencia y perdón. Por encima de todo, los seguidores de Cristo deben mostrar amor. Pablo también ofrece instrucciones específicas para las personas que viven en hogares cristianos, incluyendo los maridos, las esposas, los hijos y los sirvientes.

Durante los capítulos anteriores de Colosenses, Pablo hizo hincapié en la supremacía de Jesús y la inferioridad de las enseñanzas mundanas. La explicación de Pablo de que Cristo es la máxima autoridad y la única fuente de verdad es clave para entender la diferencia que existe entre la sabiduría que procede de Dios y los engaños que surgen del mundo. En este capítulo, Pablo se dedica a poner en práctica todo lo que ha estado enseñando durante los dos primeros capítulos, lo cual se extiende hasta el principio del capítulo 4, el cual termina con Pablo compartiendo varias noticias sobre algunos de sus compañeros cristianos que estaban trabajando en el ministerio junto a él.

En el libro de Colosenses, Pablo dice que Cristo es superior a todos los demás maestros, credos y filosofías del mundo. En esta carta, la cual escribió desde la cárcel, Pablo aborda una vez más el tema de las falsas enseñanzas. Algunos andaban diciendo que los cristianos debían renunciar a todos los placeres físicos, que debían adorar a los ángeles y que debían confiar en la sabiduría de una élite reducida que se caracterizaba por seguir filosofías humanas. En realidad, todos estos problemas coinciden con los fundamentos de una antigua herejía llamada gnosticismo. En respuesta a eso, Pablo dice que Cristo es supremo y suficiente para nuestra salvación.