Colosenses 4:3 - Printer Friendly

LBLA: orando al mismo tiempo también por nosotros, para que Dios nos abra una puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también he sido encarcelado,

NBLA: Oren al mismo tiempo también por nosotros, para que Dios nos abra una puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo (el Mesías), por el cual también he sido encarcelado,

NVI: y, al mismo tiempo, intercedan por nosotros a fin de que Dios nos abra las puertas para proclamar la palabra, el misterio de Cristo por el cual estoy preso.

RV1960: orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso,

JBS: orando también juntamente por nosotros, que el Señor nos abra la puerta de la palabra, para que hablemos el misterio del Cristo, (por el cual aun estoy preso),

Además de pedirles que oraran continuamente, Pablo les pide a los cristianos colosenses que oren por él y por las personas que estaban con él. Pablo era muy honesto acerca de la necesidad que tenía de que oraran por él, especialmente porque en ese momento estaba bajo arresto domiciliario. Es interesante notar que Pablo no les pide específicamente a los cristianos de Colosas que oraran por su libertad. En cambio, Pablo les pide que oraran para que Dios les brindara oportunidades para compartir el evangelio. Pablo también habla de un concepto similar durante la predicación del ministerio tanto en 1 Corintios 16:9 como en 2 Corintios 2:12. El "misterio" del que habla es el mismo que se menciona en Colosenses 2:2.

Aunque durante este encarcelamiento en particular Pablo solo estaba bajo arresto domiciliario, Pablo no podía salir ni viajar libremente. La razón de su encarcelamiento fue la predicación del evangelio. Pablo había sido arrestado en Jerusalén por las personas que se le oponían y permaneció encarcelado hasta que apeló al César para así evitar un intento de asesinato. En el momento de escribir esta carta, Pablo se encontraba a la espera de juicio en Roma.

Colosenses 4:2–6 completa la parte principal de la carta de Pablo. Este pasaje comienza con Pablo pidiéndoles que oraran, y luego pasa a enseñarles sobre la manera en que deben hablar los cristianos. Pablo usa la metáfora de la sal. En los días de Pablo, la sal se valoraba bastante, se usaba como moneda de cambio, y todo el mundo la quería por la capacidad que tiene para conservar y darles sabor a los alimentos. De la misma manera, el discurso de un cristiano debe ser útil y valioso, debe tener "un sabor diferente" a la manera de hablar que tiene los no creyentes, y debe centrarse en preservar el mensaje de Cristo.

El primer versículo del capítulo 4 forma parte de las enseñanzas que Pablo estaba compartiendo sobre los siervos y los amos durante el capítulo 4. Después de esto, Pablo nos habla sobre la manera en que los cristianos deben tener conversaciones con las personas. La forma en que los creyentes hablan tiene un gran impacto en la eficacia con la que se recibe y se entiende nuestro mensaje. Luego, Pablo termina su carta compartiendo noticias y mensajes sobre varios ministros cristianos. Entre ellos se encuentran personas que Pablo también menciona en otras cartas, como Tíquico, Epafras, Arquipo y Onésimo.

Durante los capítulos anteriores de esta carta, Pablo estableció la supremacía de Cristo, abordó las debilidades que sustentan las falsas enseñanzas que estaban amenazando a la iglesia de Colosas y les ofreció una serie de instrucciones y conductas que son necesarias en la vida cristiana. En el capítulo 4, Pablo completa todo esto añadiendo un comentario más sobre la manera en que los cristianos deben conversar. Pablo termina la carta compartiendo noticias y comentarios sobre varios creyentes cristianos. Esta carta sigue el patrón de escritura de Pablo, dentro del cual se pueden discernir el siguiente orden: introducción, teoría, aplicación, noticias personales y despedida.

En el libro de Colosenses, Pablo dice que Cristo es superior a todos los demás maestros, credos y filosofías del mundo. En esta carta, la cual escribió desde la cárcel, Pablo aborda una vez más el tema de las falsas enseñanzas. Algunos andaban diciendo que los cristianos debían renunciar a todos los placeres físicos, que debían adorar a los ángeles y que debían confiar en la sabiduría de una élite reducida que se caracterizaba por seguir filosofías humanas. En realidad, todos estos problemas coinciden con los fundamentos de una antigua herejía llamada gnosticismo. En respuesta a eso, Pablo dice que Cristo es supremo y suficiente para nuestra salvación.