Efesios 1:7 - Printer Friendly

LBLA: En El tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia

NBLA: En El tenemos redención mediante Su sangre, el perdón de nuestros pecados según las riquezas de Su gracia

NVI: En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia

RV1960: en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,

JBS: en el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados por las riquezas de su gracia,

En este versículo, Pablo pasa a hablar sobre el pago que Jesús hizo por nosotros "por medio de su sangre". Pablo habla aquí de la muerte de Cristo en la cruz y dice que era la condición necesaria para pagar por los pecados de todos los que creen en Él. Entonces, ¿hasta qué punto se extiende esta redención? El sacrifico de Cristo nos permitió liberarnos de la pena eterna y del poder terrenal que nuestros propios pecados tienen sobre nosotros. Esta libertad no se nos ofreció "gratis" por así decirlo, ya que tuvo que pagarse con la muerte de Cristo, a quien sí le costó todo. Entonces, en lo que respecta al creyente, el precio final ya ha sido pagado. Esto es lo que se conoce como la gracia de Dios: la capacidad de llegar a convertirnos en hijos o hijas de Dios debido a que Dios nos ofreció una manera de conocerlo a través de la fe, de acuerdo con Su amor y propia voluntad, sin que nosotros nos mereciéramos nada de eso.

La gracia de Dios es una "riqueza". Con eso, Pablo quiere decir que esa gracia que tiene un valor tremendo. La gracia es lo que se requiere para que las personas puedan convertirse en hijos e hijas de Dios, "por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios" (Romanos 3:23). Debido a esto, Jesús es el único que nos ofrece una manera (Juan 14:6) de alcanzar la salvación (Hechos 4:12). Pablo nos explicará esta verdad en detalle en Efesios 2:8–9, y añadirá que la misma gracia de Dios, la cual nos ofrece la salvación, también impulsa a los creyentes a realizar las obras que Dios ha preparado para todos nosotros (Efesios 2:10).

En Efesios 1:3–14, Pablo alaba a Dios por las bendiciones que nos ofrecido. En un solo pasaje, Pablo une las ideas de la predestinación, la gloria de Dios, la salvación de Su pueblo y los derechos que hemos recibido al convertirnos en hijos de Dios. En particular, los creyentes somos bendecidos porque Dios nos eligió, antes de la creación, para salvarnos. Esa salvación tuvo un gran costo: la muerte de Jesucristo. Debido a que somos hijos de Dios, podemos estar seguros de que Dios nos dará lo que nos ha prometido: es decir, la eternidad con Él en el cielo.

El primer capítulo de Efesios contiene dos pasajes principales. El primero nos describe las bendiciones que los cris-tianos hemos recibido gracias a nuestra salvación, la cual hemos alcanzado a través de Cristo. Pablo habla de esas bendiciones mientras que también alaba a Dios Padre. Durante la segunda sección, Pablo se dedi-ca a elogiar a los efesios por su reputación y ora para que Cristo los ayude a tener una fe más plena y consciente.

Durante los tres primeros capítulos de Efesios, Pablo habla sobre doctrina, mientras que los tres últimos hablan sobre cómo poner en práctica esa doctrina. En el capítulo 1, Pablo habla sobre el valor que tiene nuestra salvación en Cristo y las bendiciones que recibimos de ella, y Pablo habla de esto mientras alaba a Dios y nos describe al detalle lo que significa tener una herencia en el cielo. Los capítulos siguientes se basarán en estas ideas, ya que Pablo relaciona lo que somos en Cristo con la forma en que debemos vivir debido a que somo cristianos.

Pablo trata uno de sus temas más comunes en Efesios: la importancia de conectar la teoría con la práctica. En este libro, sin embargo, profundiza más en esto antes de hacer esta transición. Debido a que Pablo probablemente les escribió esta carta a más de una iglesia, Pablo se centra en la manera en que las creencias cristianas deben ponerse en práctica a través de nuestras acciones. Los tres primeros capítulos nos hablan de ideas espirituales, y los tres últimos nos muestran cómo deben aplicarse estas verdades en la vida de los creyentes que hayan alcanzado la madurez espiritual. Pablo se centra en el amor, la uni-dad de la Iglesia cristiana y el increíble valor de la salvación que hemos recibido por medio de Cristo.