Efesios 1:9 - Printer Friendly

LBLA: nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según el beneplácito que se propuso en El,

NBLA: nos dio a conocer el misterio de Su voluntad, según la buena intención que se propuso en Cristo,

NVI: Él nos hizo conocer el misterio de su voluntad conforme al buen propósito que de antemano estableció en Cristo,

RV1960: dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo,

JBS: descubriéndonos el misterio de su voluntad, por el buen querer de su voluntad, según lo que se había propuesto en sí mismo,

Parte de la sabiduría de Dios (Efesios 1:8) fue revelarnos o "darnos a conocer" a los creyentes "el misterio de su voluntad". Pablo usa el término "misterio" más veces en Efesios que en cualquier otro lugar de las Escrituras (Efesios 3:3, 4, 6, 9; 5:32; 6:19). Este concepto se malinterpreta a menudo. Pablo no está hablando de algo místico o contradictorio, sino de algo que simplemente no se sabía en el pasado. En este caso, ahora se nos ha revelado un misterio del pasado: el momento en que los gentiles llegaron a la fe mediante la muerte y la resurrección de Cristo (1 Corintios 15:3–11).

Este misterio revelado también tuvo lugar "según su beneplácito". Pablo ya habló sobre este "beneplácito" en el versículo 5 y lo mencionará nuevamente en el versículo 11. En Efesios 3:11 Pablo nos habla del "designio de su voluntad", mientras que en Efesios 6:22 Pablo habla de su propia voluntad diciendo que les envió a Tíquico para animarles. El propósito de Dios al que se refiere Efesios 3:9 se nos presentó "en Cristo". Por tanto, no fue una creación o el resultado de la sabiduría humana. Dios es el único que es capaz de diseñar e implementar un plan tan asombroso y bien orquestado para llevar a cabo Sus planes y, en última instancia, glorificarse al mismo tiempo.

En Efesios 1:3–14, Pablo alaba a Dios por las bendiciones que nos ofrecido. En un solo pasaje, Pablo une las ideas de la predestinación, la gloria de Dios, la salvación de Su pueblo y los derechos que hemos recibido al convertirnos en hijos de Dios. En particular, los creyentes somos bendecidos porque Dios nos eligió, antes de la creación, para salvarnos. Esa salvación tuvo un gran costo: la muerte de Jesucristo. Debido a que somos hijos de Dios, podemos estar seguros de que Dios nos dará lo que nos ha prometido: es decir, la eternidad con Él en el cielo.

El primer capítulo de Efesios contiene dos pasajes principales. El primero nos describe las bendiciones que los cris-tianos hemos recibido gracias a nuestra salvación, la cual hemos alcanzado a través de Cristo. Pablo habla de esas bendiciones mientras que también alaba a Dios Padre. Durante la segunda sección, Pablo se dedi-ca a elogiar a los efesios por su reputación y ora para que Cristo los ayude a tener una fe más plena y consciente.

Durante los tres primeros capítulos de Efesios, Pablo habla sobre doctrina, mientras que los tres últimos hablan sobre cómo poner en práctica esa doctrina. En el capítulo 1, Pablo habla sobre el valor que tiene nuestra salvación en Cristo y las bendiciones que recibimos de ella, y Pablo habla de esto mientras alaba a Dios y nos describe al detalle lo que significa tener una herencia en el cielo. Los capítulos siguientes se basarán en estas ideas, ya que Pablo relaciona lo que somos en Cristo con la forma en que debemos vivir debido a que somo cristianos.

Pablo trata uno de sus temas más comunes en Efesios: la importancia de conectar la teoría con la práctica. En este libro, sin embargo, profundiza más en esto antes de hacer esta transición. Debido a que Pablo probablemente les escribió esta carta a más de una iglesia, Pablo se centra en la manera en que las creencias cristianas deben ponerse en práctica a través de nuestras acciones. Los tres primeros capítulos nos hablan de ideas espirituales, y los tres últimos nos muestran cómo deben aplicarse estas verdades en la vida de los creyentes que hayan alcanzado la madurez espiritual. Pablo se centra en el amor, la uni-dad de la Iglesia cristiana y el increíble valor de la salvación que hemos recibido por medio de Cristo.