Efesios 3:21 - Printer Friendly

LBLA: a El sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.

NBLA: a El sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén.

NVI: ¡a él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos! Amén.

RV1960: a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén.

JBS: a él sea gloria en la Iglesia por el Cristo Jesús, por todas las generaciones de los siglos de los siglos. Amén.

Pablo termina aquí su oración con una breve doxología en los versículos 20 y 21. Pablo también habla sobre la gloria a Dios, además de señalar dónde debe verse esa gloria: tanto en los creyentes como en Jesús. La iglesia debe ser pura, ya que existe para promover la gloria de Dios. 1 Timoteo 3:15 dice: "para que, si me tardo, sepas cómo conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad". La iglesia, es decir, el conjunto de todos los creyentes que han alcanzado la salvación, es la familia en la que debe residir y verse claramente la gloria de Dios.

Por último, la gloria de Dios debe extenderse más allá de las personas a través del tiempo y el espacio. Estas palabras se hacen eco de muchas de las expresiones que aparecen en los Salmos (Salmo 33:11; 45:17; 61:6). Cuando María supo que daría a luz a Jesús, dijo: "pues se ha dignado a mirar a su humilde sierva, y desde ahora me llamarán dichosa por todas las generaciones" (Lucas 1:48). María reconoció que la gloria de Cristo se extendería a través de los siglos. Pablo también deseó que la gloria de Dios, por medio de Cristo, se diera a conocer entre todas las naciones del mundo hasta el fin de los días. Pablo quería que la esperanza de Jesús se extendiera a través de todas las personas del mundo (Mateo 28:18–20).

En Efesios 3:14–21 Pablo ora en nombre de los cristianos de Éfeso. Esta oración inicia una transición desde la primera mitad de su carta, la cual se centra en ideas doctrinales, a la segunda mitad, donde Pablo pone esas ideas en práctica. Durante esta transición, Pablo le pide a Dios que les de fuerza espiritual. En particular, Pablo le pide a Dios que ayude a los efesios a mostrar una fe que fuera más allá del conocimiento (doctrina) y se convirtiera en acción (aplicación).

El capítulo 3 de Efesios nos resume la enseñanza doctrinal de Pablo y comparte una aplicación práctica de la misma. Pablo habla tanto de su encarcelamiento como de su vocación espiritual. Esta vocación incluía la proclamación del hecho de que todas las personas, tanto judíos como gentiles, pueden ahora formar parte de la misma familia espiritual. Pablo también ora por la fortaleza espiritual de la iglesia de Éfeso, y nos explica que, al ir aprendiendo nuevas cosas sobre Cristo, también debemos actuar en consecuencia en la manera en que vivimos por y para Cristo.

Los tres primeros capítulos de Efesios se centran en la doctrina, y los tres últimos nos hablan sobre temas más prácticos. El capítulo 3 inicia la transición que va desde la manera en que debemos comprender la salvación, la gracia y el poder de Cristo, hasta la manera en que los cristianos deben vivir sus vidas. Para hacer la transición, en este capítulo, Pablo habla sobre el momento en el que Dios lo llamó y ora por la fortaleza espiritual de la iglesia de Éfeso. Los primeros versículos del capítulo 4 tratan sobre el propio encarcelamiento de Pablo.

Pablo trata uno de sus temas más comunes en Efesios: la importancia de conectar la teoría con la práctica. En este libro, sin embargo, profundiza más en esto antes de hacer esta transición. Debido a que Pablo probablemente les escribió esta carta a más de una iglesia, Pablo se centra en la manera en que las creencias cristianas deben ponerse en práctica a través de nuestras acciones. Los tres primeros capítulos nos hablan de ideas espirituales, y los tres últimos nos muestran cómo deben aplicarse estas verdades en la vida de los creyentes que hayan alcanzado la madurez espiritual. Pablo se centra en el amor, la uni-dad de la Iglesia cristiana y el increíble valor de la salvación que hemos recibido por medio de Cristo.