Efesios 4:7 - Printer Friendly

LBLA: Pero a cada uno de nosotros se nos ha concedido la gracia conforme a la medida del don de Cristo.

NBLA: Pero a cada uno de nosotros se nos ha concedido la gracia conforme a la medida del don de Cristo.

NVI: Pero a cada uno de nosotros se nos ha dado gracia en la medida en que Cristo ha repartido los dones.

RV1960: Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.

JBS: Pero a cada uno de nosotros es dada la gracia conforme a la medida del don del Cristo.

En los versículos 4, 5 y 6 Pablo nos ofrece una increíble descripción de la unidad que las personas pueden experimentar una vez están en Cristo. Todo creyente alcanza la salvación a través de la misma gracia, mediante la misma fe, la cual nos la ha ofrecido el mismo Salvador, que es el Señor y el Dios de todos. Aquí, Pablo vuelve hablar del tema de la gracia, esta vez centrándose en los dones espirituales. Si bien nuestra fe está unificada bajo un solo Dios, Dios le brinda a cada persona exactamente lo que necesita, dependiendo de quién es y dónde se encuentre.

En otras palabras, Dios nos ofrece Su gracia de manera personal. Dios sabe exactamente lo que necesitamos y cómo satisfacer esa necesidad. Esta gracia se nos da en distintos niveles según Dios lo considere adecuado "según la medida del don de Cristo". Los dones espirituales implican una gran variedad de habilidades (Efesios 4:11; Romanos 12:4–6; 1 Corintios 12:4–6), sin embargo, todos nuestros dones deben trabajar juntos al servicio del "único Dios" (Efesios 4:6 ).

En Efesios 3:8 Pablo dice que "recibió el privilegio" de predicarles a los gentiles. Dios lo llamó para convertirse en un apóstol, pero no recibió todos y cada uno de los diversos dones de la gracia que Dios nos proporciona en el momento de la salvación. Pablo no estaba preocupado por los dones que no tenía, sino que Pablo se centró en aprovechar al máximo lo que Dios le había dado.

1 Pedro 4:10 dice: "ponga cada uno al servicio de los demás el don que haya recibido, y sea un buen administrador de la gracia de Dios en sus diferentes manifestaciones". Pablo enseñó que la salvación solo se alcanza a través de la gracia (Efesios 2:8–9), vivimos a través de la gracia y operamos de acuerdo con nuestros dones espirituales a través de la misma gracia.

En Efesios 4:1–10 Pablo habla de la importancia de la unidad cristiana. Todos los creyentes, independientemente de su talento o habilidad, judíos o gentiles, hombres o mujeres, han alcanzado la salvación por la misma fe en el mismo Dios. Por tanto, cada cristiano forma parte de una única familia universal de creyentes en Jesucristo. Al mismo tiempo, Dios les da diferentes dones a diferentes personas para que puedan desempeñar las muchas funciones que son necesarias para cumplir Sus propósitos aquí en la Tierra. En lugar de preocuparnos por los dones que nos puedan faltar, los cristianos deben alegrarse de la unidad que existe en el cuerpo de Cristo y centrarse en servir a Dios lo mejor que puedan.

Comprender verdaderamente la gracia salvadora de Dios, tal y como Pablo la explicó durante los capítulos anteriores, es algo que debe motivar a los cristianos a vivir una vida piadosa. En este capítulo, Pablo anima a los creyentes a vivir de tal manera que honren ese don. Todos los cristianos forman parte de una única familia unificada, forman parte del "cuerpo" de Cristo. Al mismo tiempo, los creyentes reciben diferentes talentos. Dios llama a algunas personas a desempeñar cargos de liderazgo y autoridad. Todos los cristianos debemos alejarnos del ''viejo yo'' que éramos antes de alcanzar la salvación. Mientras Pablo habla sobre el "nuevo yo", comparte algunas ideas prácticas para ayudarnos a entenderlo.

La primera mitad de Efesios se centra sobre todo en la doctrina, estableciendo ideas que se relacionan con la cristiana. Durante la segunda mitad de la carta, la cual comienza en el capítulo 4, Pablo se centra en poner en práctica esas teorías. Pablo comienza haciendo hincapié en la unidad que debe existir entre los cristianos, independientemente de los dones espirituales individuales que cada uno haya recibido. Pablo también comienza a explicar la manera en que el conocimiento de las verdades de Dios debe verse a través de la manera en que nos comportamos. En los capítulos 4, 5 y 6, Pablo habla sobre la manera en que los cristianos deben vivir sus vidas.

Pablo trata uno de sus temas más comunes en Efesios: la importancia de conectar la teoría con la práctica. En este libro, sin embargo, profundiza más en esto antes de hacer esta transición. Debido a que Pablo probablemente les escribió esta carta a más de una iglesia, Pablo se centra en la manera en que las creencias cristianas deben ponerse en práctica a través de nuestras acciones. Los tres primeros capítulos nos hablan de ideas espirituales, y los tres últimos nos muestran cómo deben aplicarse estas verdades en la vida de los creyentes que hayan alcanzado la madurez espiritual. Pablo se centra en el amor, la uni-dad de la Iglesia cristiana y el increíble valor de la salvación que hemos recibido por medio de Cristo.