Efesios 5:3 - Printer Friendly

LBLA: Pero que la inmoralidad, y toda impureza o avaricia, ni siquiera se mencionen entre vosotros, como corresponde a los santos;

NBLA: Pero que la inmoralidad, y toda impureza o avaricia, ni siquiera se mencionen entre ustedes, como corresponde a los santos.

NVI: Entre ustedes ni siquiera debe mencionarse la inmoralidad sexual, ni ninguna clase de impureza o de avaricia, porque eso no es propio del pueblo santo de Dios.

RV1960: Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos;

JBS: Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a los santos;

Tras animar a los efesios a que imitaran a Dios de forma positiva (Efesios 5:1–2), Pablo pasa a condenar tres pecados que son muy peligrosos para los creyentes, los cuales se agrupan como si formaran parte de un tema común. Si esto se entiende así, entonces el tema principal de Pablo en este pasaje sería la inmoralidad sexual.

Primero, Pablo habla sobre la inmoralidad sexual. Este término general puede incluir todo tipo de conducta sexual que sea perversa, entre la que se incluye el hecho de hablar inapropiadamente y la pornografía. Generalmente, tal y como se usa aquí, la inmoralidad se refiere a acciones sexuales físicas, incluyendo, entre otras, al sexo prematrimonial, el adulterio.

En segundo lugar, "la depravación" se refiere a cualquier tipo acción que sea impura o profana (Efesios 4:19). En el capítulo 4, Pablo analizó en detalle la manera en que los no creyentes se enredan y se atascan en diversos pecados (Efesios 4:17–19). Los cristianos pueden, y deben, esforzarse para liberarse de este tipo de corrupciones. Esto no solo se refiere a la "inmoralidad sexual" que es obvia, sino a cualquier tipo de acción, pensamiento o palabra que pueda empujarnos en la dirección equivocada en lo que respecta a la sexualidad.

En tercer lugar, Pablo habla sobre la "avaricia". Este concepto proviene directamente de los Diez Mandamientos (Éxodo 20:17), el deseo apasionado de tener algo que le pertenece a otra persona. En este contexto, la mayoría de las veces también se incluye el hecho de sentir deseos de tener al esposo/a de otra persona. Con esto, Pablo está siendo muy cauto y sutil a la hora de hablar del pecado sexual porque, de nuevo, el pecado sexual se puede cometer más allá del acto a través de lo que decimos y pensamos.

Pablo dijo que tales cosas no deben existir entre los creyentes. Al ser cristianos, somos capaces de pecar y cometer errores, pero nunca debemos quedarnos con los brazos cruzados al respecto. Cuando nos damos cuenta de que hemos pecado, al ser creyentes, debemos confesarlo y tratar de librarnos de él lo más rápido posible (1 Juan 1:9).

Los cristianos deben ayudarse los unos a los otros para evitar el pecado en sus vidas, y eso ayuda a la salud de toda la iglesia, porque la iglesia está formada por "santos". Pablo seguramente quería evitar el tipo de problemas que estaban ocurriendo en Corinto (1 Corintios 5), donde la inmoralidad sexual fue tolerada en la iglesia, y eso acabó causando muchos problemas en toda la congregación. Por tanto, lograr que haya un equilibrio entre el compañerismo y la pureza puede ser difícil, pero es necesario.

En Efesios 5:1–21, Pablo continúa compartiendo una serie de valiosas enseñanzas acerca de cómo deben vivir su fe los cristianos. En lugar de imitar al mundo o dejarse dominar por las cosas mundanas, los cristianos deben estar llenos del Espíritu. Pablo los anima a desechar la inmoralidad sexual, las palabras groseras y la pérdida de tiempo. En cambio, los creyentes deben someterse los unos a los otros debido al respeto que le tenemos Cristo, para así poder ofrecerle un poderoso testimonio al mundo sobre quién es Dios y lo que ha hecho.

El capítulo 5 comienza con Pablo pidiéndoles a los efesios que imiten a Cristo. Para ello, los cristianos deben evitar la inmoralidad sexual, el lenguaje vulgar, la necedad y otras actitudes inapropiadas. Pablo les advierte que los que persisten en este tipo de comportamientos no forman parte del reino de Dios. Después de esto, Pablo habla sobre la importancia de que los cristianos se sometan los unos a los otros en Cristo, lo mismo que deben hacer los maridos con sus esposas y viceversa. Las esposas deben someterse a sus maridos y respetarlos. Los maridos deben amar a sus mujeres tal y como nos amó Cristo, con sacrificio y humildad.

El capítulo 5 forma parte de la segunda mitad del libro de Efesios, donde Pablo habla sobre la manera práctica en la que los cristianos deben vivir sus vidas. Durante el capítulo 4, Pablo se centró en animar a los cristianos a no vivir como si fueran incrédulos, sino que vivieran de una manera digna que glorificara a Dios. En el capítulo 5, Pablo nos ofrece una aplicación aún más clara de estos principios. Pablo habla sobre una serie de actitudes y hábitos impuros que los cristianos deben rechazar a toda costa. Luego habla sobre cómo debe desenvolverse un matrimonio cristiano, el cual debe estar basado en una clara comprensión Evangelio. Pablo seguirá dando consejos de este tipo durante capítulo 6 también. Todos estos consejos de Pablo culminan con una famosa analogía que trata sobre la manera en que los cristianos deben aplicar estos principios en su vida, utilizando el simbolismo de la armadura de un soldado de su época para hacerlo.

Pablo trata uno de sus temas más comunes en Efesios: la importancia de conectar la teoría con la práctica. En este libro, sin embargo, profundiza más en esto antes de hacer esta transición. Debido a que Pablo probablemente les escribió esta carta a más de una iglesia, Pablo se centra en la manera en que las creencias cristianas deben ponerse en práctica a través de nuestras acciones. Los tres primeros capítulos nos hablan de ideas espirituales, y los tres últimos nos muestran cómo deben aplicarse estas verdades en la vida de los creyentes que hayan alcanzado la madurez espiritual. Pablo se centra en el amor, la uni-dad de la Iglesia cristiana y el increíble valor de la salvación que hemos recibido por medio de Cristo.