Filipenses 1:7 - Printer Friendly

LBLA: Es justo que yo sienta esto acerca de todos vosotros, porque os llevo en el corazón, pues tanto en mis prisiones como en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia.

NBLA: Es justo que yo sienta esto acerca de todos ustedes, porque los llevo en el corazón, pues tanto en mis prisiones (mis cadenas) como en la defensa y confirmación del evangelio, todos ustedes son participantes conmigo de la gracia.

NVI: Es justo que yo piense así de todos ustedes porque los llevo en el corazón; pues, ya sea que me encuentre preso o defendiendo y confirmando el evangelio, todos ustedes participan conmigo de la gracia que Dios me ha dado.

RV1960: como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia.

JBS: como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del Evangelio, sois todos vosotros compañeros de mi gracia.

En el versículo 6, Pablo dice que tenía confianza en el hecho de que Dios seguiría santificando a los creyentes de la iglesia filipense. Esta convicción proviene de la confianza que Pablo había depositado en el poder de Jesucristo, y estaba respaldada por las experiencias que había tenido con los creyentes de Filipos. Pablo sabía que tenía razón debido a que tenía una relación personal con estos creyentes, ya que vivió con ellos durante un tiempo (Hechos 16) y, aparentemente, se había mantenido en comunicación con ellos desde entonces.

Curiosamente, la frase griega que se traduce al español "los llevo en mi corazón" también puede significar algo así como, "ustedes me llevan en su corazón". Dentro del contexto, parece estar claro que Pablo está hablando claramente de los sentimientos que tenía hacia la iglesia filipense. Sin embargo, esta frase nos muestra que la conexión que había entre ellos era recíproca.

Estos creyentes participaron en el ministerio de Pablo en dos áreas principales. En primer lugar, de algún modo formaron parte de su encarcelamiento, ya que, más allá de si Pablo estuviera libre o no para predicar el evangelio, los cristianos filipenses siempre le enviaron su amor y apoyo. Muchos otros hubieran abandonado a Pablo durante su ministerio, pero los filipenses le siguieron siendo fieles. Segundo, los filipenses compartieron su ministerio del evangelio, ya que se defendían (hablaban en contra de las falsas enseñanzas) y lo confirmaban con sus palabras y acciones (difundían el evangelio).

En Filipenses 1:3–11, Pablo expresa todo el agradecimiento y la gratitud que siente por los creyentes de Filipos. Estos creyentes no solo fueron generosos en la manera en que apoyaron a Pablo, sino que le fueron fieles incluso cuando estuvo en prisión. Pablo dice que le da las gracias a Dios por todos ellos en todas sus oraciones. Al mismo tiempo, Pablo sigue deseando y teniendo esperanza en que la iglesia de Filipos siguiera madurando y fortaleciendo su relación con Cristo.

En el capítulo 1, Pablo les da las gracias a los creyentes filipenses por haber apoyado su ministerio. Incluso aunque Pablo había sido perseguido y encarcelado, ellos siguieron siendo generosos y leales. Pablo anima a estos cristianos explicándoles que todo su sufrimiento había ocurrido por una buena causa. Mejor aún, incluso las persecuciones que Pablo estaba sufriendo provocaron que el Evangelio se extendiera aún más. Por eso, Pablo estaba agradecido. Pablo deseaba que lo liberaran para volver a ver a los creyentes de Filipos.

El capítulo 1 nos presenta los principales temas de la carta de Pablo. Pablo dedica gran parte de este pasaje a darle gracias a la iglesia filipense por todo el apoyo que le habían estado enviando. Pablo también los anima recordándoles que, ya sea bueno o malo, todo lo que experimenta un cristiano puede servir para glorificar a Dios, lo cual se convierte en una parte fundamental de esta carta, en la que Pablo seguirá insistiendo en la importancia de poner en práctica nuestra vida cristiana, lo cual empieza por tener una actitud y un enfoque adecuados y centrados en el evangelio.

En Filipenses, Pablo habla de la vida cristiana. Pablo destaca temas como la alegría y la gloria, y también hace hincapié en que la forma de pensar de un cristiano -su actitud- afecta la manera en que vive su fe. Pablo estaba muy agradecido por el apoyo que había recibido de la iglesia filipense, pero también estaba preocupado por la influencia que algunos falsos maestros estaban teniendo dentro de la iglesia. Esta carta es menos teológica que la mayoría de sus otros escritos, pero sí mucho más práctica.