Filipenses 2:5 - Printer Friendly

LBLA: Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús,

NBLA: Haya, pues, en ustedes esta actitud (esta manera de pensar) que hubo también en Cristo Jesús,

NVI: La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús,

RV1960: Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,

JBS: Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en el Cristo Jesús;

En este versículo, Pablo introduce un pasaje que contiene una descripción poética que va desde el versículo 6 hasta el 11. El mismo sentir al que se refiere Pablo aquí es la vida de Cristo, la cual se basó en la humildad. Pablo creía que los cristianos debían basar su fe en la manera en que Cristo vivió su vida en la Tierra. La actitud de los creyentes debe crecer y desarrollarse para parecerse más y más a la actitud de Cristo. Todo esto nos quedará más claro durante los siguientes versículos.

En el próximo pasaje, Pablo nos hablará sobre la manera en que Cristo, aunque es Dios, tomó la forma de siervo, nació como un ser humano, vivió de una manera obediente y murió en una cruz sin habérselo merecido (Filipenses 2:6–8). Esa humildad provocó que Dios lo exaltara (Filipenses 2:9). De manera similar, los creyentes deben vivir humildemente siguiendo el ejemplo de Jesús. Al hacerlo de esa manera, podemos agradar a Dios y eso traerá consigo beneficios de una naturaleza eterna. Pablo habla de este "mismo sentir" en varias ocasiones. Los filipenses debían tener un mismo sentir (Filipenses 1:27; 2:2), y no debían centrarse en las cosas terrenales (Filipenses 3:19). Además, la paz de Dios guarda sus corazones y mentes en Cristo Jesús (Filipenses 4:7). Cuando las personas siguen a Cristo con su mente y su corazón, también acaban obedeciendo a Cristo con sus vidas.

En Filipenses 2:1–5, Pablo hace una conexión entre las bendiciones que los cristianos reciben de Dios con los resultados que esas bendiciones traen en sus vidas. Los cristianos experimentamos consuelo, ánimo, amor y unidad una vez alcanzamos la salvación en Cristo. Como resultado, debemos expresarles consuelo, ánimo, amor y unidad a nuestros compañeros creyentes. Una vez más, Pablo enfatiza que la forma en que un cris-tiano piensa -la manera en que enmarca su actitud- es crucial para vivir la vida cristiana. Después de esto, Pablo hace una descripción clásica del sacrificio que Jesucristo hizo en nuestro favor, la cual comienza en el versículo 6.

Pablo dice que Jesucristo es alguien que está dispuesto a ser humilde y que siempre obedece a Dios Padre. Esa es la razón por la que Dios exaltará el nombre de Jesús sobre todos los demás. Algún día, de una manera u otra, todas las personas admitirán que Jesucristo es el Señor, y acabarán siguiéndolo. Pablo quiere que los creyentes filipenses vivan contentos y que estén unidos. Pablo les da instrucciones sobre dos personas. La primera era la persona que les iba a entregar esta carta, Epafrodito. El otro era Timoteo, el amigo de confianza de Pablo, quien tenía la esperanza de ir a visitarlos muy pronto.

En Filipenses 1, Pablo habla sobre la importancia de tener la perspectiva correcta. La vida de un cristiano, cuando la vive en Cristo, a veces es fácil y a veces es difícil, pero todo momento puede servirnos para glorificar a Dios. El capítulo 2 enmarca este concepto a través de la humildad que mostró el propio Jesucristo. Cristo siembre tuvo la voluntad de obedecer a Dios Padre, incluso hasta el punto de ser crucificado, lo cual nos demuestra claramente la increíble humildad que el Señor nos mostró a través de Su vida. A cambio de esto, Dios honrará Su nombre por encima de todo nombre. Las instrucciones que Pablo les ofrece a los filipenses acerca de Timoteo y Epafrodito también forman un puente que ayudan a conectar el capítulo 2 con el capítulo 3, donde Pablo hablará de estos hombres y los comparará con los peligros que provenían de los falsos maestros que estaban causando serios problemas en muchas iglesias de esa época.

En Filipenses, Pablo habla de la vida cristiana. Pablo destaca temas como la alegría y la gloria, y también hace hincapié en que la forma de pensar de un cristiano -su actitud- afecta la manera en que vive su fe. Pablo estaba muy agradecido por el apoyo que había recibido de la iglesia filipense, pero también estaba preocupado por la influencia que algunos falsos maestros estaban teniendo dentro de la iglesia. Esta carta es menos teológica que la mayoría de sus otros escritos, pero sí mucho más práctica.