¿Qué significa Gálatas 3:17?
LBLA: Lo que digo es esto: La ley, que vino cuatrocientos treinta años más tarde, no invalida un pacto ratificado anteriormente por Dios, como para anular la promesa.
NBLA: Lo que digo es esto: la Ley, que vino 430 años más tarde, no invalida un pacto ratificado anteriormente por Dios, como para anular la promesa.
NVI: Lo que quiero decir es esto: La ley, que vino cuatrocientos treinta años después, no anula el pacto que Dios había ratificado previamente; de haber sido así, quedaría sin efecto la promesa.
RV1960: Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios para con Cristo, la ley que vino cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.
JBS: Esto pues digo: Que el Pacto previamente ratificado de Dios para con el Cristo, la ley que fue hecha cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa.
Comentario del verso:
Pablo está construyendo un caso legal para demostrarnos la razón por la que las personas que llegan a Cristo por la fe, incluso las personas que no son judías (gentiles), se convierten en descendientes de Abrahán y reciben las bendiciones que Dios le prometió. Antes de esto, Pablo dijo que incluso un pacto humano, o la "voluntad" de una persona, no puede cambiarse una vez que haya sido ratificado. Cuando ese tipo de documento se aprueba oficialmente por todas las partes y se presenta legalmente, es irrevocable.

Ahora Pablo intenta aclarar lo que está comunicando. Dios hizo un pacto con Abrahán. Ese pacto fue una promesa unidireccional de Dios para bendecir a Abrahán y a su descendencia de una manera específica. Los judaizantes, aparentemente, le estaban diciendo a la gente que la ley reemplazó las promesas del pacto que Dios hizo con Abrahán (Gálatas 2:4). Pablo, por otro lado, rechaza rotundamente esa idea. Aunque la ley fue instituida 430 años después, bajo Moisés, no anuló las promesas anteriores que Dios le hizo a Abrahán, porque nada puede revocar el pacto que Dios hizo con Abrahán.

Durante el versículo anterior, Pablo dijo que Dios también le hizo esta promesa a la descendencia "en singular" de Abrahán, no a un grupo a una serie de personas. El judaísmo siempre había creído que las promesas que Dios le dio a Abrahán se acabarían cumpliendo a través de una sola persona: el Mesías.

Jesús, debido a que fue el descendiente más importante de Abrahán, recibió esas promesas que Dios le hizo a Abrahán. Esa es la razón por la que todas las personas que confían en la muerte de Cristo por sus pecados y ponen su propia vida "en Cristo", también reciben las bendiciones que le fueron prometidas a la descendencia de Abrahán. De hecho, Jesús vivió una vida sin pecado y pagó por nuestros pecados en la cruz. Por lo tanto, al creer en Jesús, también somos partícipes de las bendiciones que Jesús recibió una vez resucitó de entre los muertos.
Resumen de contexto:
Gálatas 3:15–22 comienza con Pablo presentando un argumento legal que trata sobre el pacto que Dios hizo con Abrahán, el cual permanecía vigente incluso durante el pacto posterior que la ley de Moisés representó. Pablo continúa hablando sobre cuál fue el objetivo de la ley. La ley nos demuestra qué es el pecado y lo pecadores que somos. A través de la ley, nos damos cuenta de que no podemos cumplir con el estándar que Dios ha establecido, por lo que debemos alcanzar la salvación de otra manera: la fe en Cristo. Una vez que Cristo llegó, esta salvación estuvo disponible para todas las personas, incluidos los gentiles, las personas que no son judías
Resumen del capítulo:
Pablo dice que los cristianos de Galacia estaban siendo insensatos por el hecho de creer que necesitaban seguir la ley de Moisés para estar bien con Dios. Pablo les ofrece tres argumentos específicos para apoyar su idea. Primero, recibieron el Espíritu de Dios de una manera poderosa después de creer en Jesús, y no a través del cumplimiento de la Ley. En segundo lugar, las Escrituras mismas nos muestran que la bendición de Dios viene por la fe y que la maldición viene por la Ley. Cristo pagó el precio de esa maldición en la cruz. Tercero, el pacto que Dios hizo con Abrahán es como un documento legal y, por lo tanto, no puede ser revocado.
Contexto del capítulo:
En Gálatas capítulo 2, Pablo dijo que solo podemos ser justificados a través de la fe en Cristo y no siguiendo la ley de Moisés. En el capítulo 3, Pablo nos ofrece tres argumentos para justificar la razón por la que esto es cierto. Pablo comparte un argumento usando la propia experiencia que tuvieron los gálatas, uno usando las Escrituras, y otro poniendo el ejemplo de un pacto legal. Finalmente, Pablo habla acerca de qué podría servir la ley si no puede salvarnos de nuestros pecados. En parte, la ley nos revela nuestra pecaminosidad y nos convence de la necesidad que tenemos de alcanzar la salvación a través de la fe en Cristo. El siguiente capítulo ampliará esta idea sobre lo que significa ser un ''heredero'' espiritual de las promesas de Dios.
Resumen del libro:
A Gálatas a veces se le llama "la versión corta de Romanos" por los temas que trata, tales como la justificación y la santificación por medio de la fe. Un grupo de cristianos conocidos como los “judaizantes” estaban predicando un evangelio basado en el legalismo, en lugar de en la gracia. El propósito principal de Pablo al escribirles la carta a los Gálatas fue reiterar la verdadera naturaleza del evangelio: que somos justificados (hechos justos) y santificados (nos parecemos a más y más a Cristo) solo a través de nuestra fe en Jesucristo. Esta carta probablemente fue escrita poco antes de que los ancianos de la iglesia en Jerusalén dijeran que estaban en contra de las enseñanzas de los judaizantes, lo cual hicieron durante el llamado “Concilio de Jerusalén”.
Accessed 6/17/2025 4:16:13 AM
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