Gálatas 3:9 - Printer Friendly

LBLA: Así que, los que son de fe son bendecidos con Abraham, el creyente.

NBLA: Así que, los que son de la fe son bendecidos con Abraham, el creyente.

NVI: Así que los que viven por la fe son bendecidos junto con Abraham, el hombre de fe.

RV1960: De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.

JBS: Luego los de la fe son los benditos con el creyente Abraham.

Pablo está argumentando que alcanzamos la salvación exclusivamente por medio de la fe, no de las obras. Un grupo conocido como los judaizantes estaba tratando de convencer a los cristianos de que debían circuncidarse y seguir la ley para ser verdaderamente salvos y ser incluidos en la familia de Dios (Gálatas 2:4). Pablo ha demostrado que incluso Abrahán fue justificado, lo cual significa que a ojos de Dios era una persona justa porque creyó en el Señor y no porque fuera circuncidado (Gálatas 3:6).

En este versículo, Pablo concluye esta parte de su argumento acerca de los hijos de Abrahán. Pablo afirma claramente que la bendición de Dios se comparte con los que creen en Dios, incluidos las personas que no son israelitas. Pablo dice que Abrahán era un "hombre de fe".

Es importante notar dos elementos importantes del argumento de Pablo: la bendición de Dios y la fe humana. La bendición de Dios sólo puede recibirse como un regalo, un regalo que no se puede alcanzar a través de ninguno de nuestros esfuerzos. De hecho, sólo se puede acceder a ella a través de la fe en Cristo.

Pablo, que parece aquí como si fuera un abogado presentando su argumento ante un tribunal, continuará hablando en los siguientes versículos para demostrar la razón por la que seguir los rituales que se contienen en la ley no puede salvar a nadie. Pablo está usando aquí parte de su entrenamiento como fariseo, quienes eran líderes religiosos judíos conocedores de la ley. Pablo está presentando sus argumentos en contra de los judaizantes basándose en las Escrituras y la lógica y estando a favor de las mismas verdades por las cuales él mismo persiguió a los cristianos (Gálatas 1:11–24).

Gálatas 3:1–9 comienza con Pablo llamando a los cristianos gálatas “insensatos”, aunque al mismo tiempo los seguía amando como siempre lo había hecho. Los gálatas habían comenzado a creer que debían seguir la ley de Moisés para ser incluidos en la familia de Dios. Pablo pregunta: ¿Recibieron el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? Claramente, el Espíritu les llegó en respuesta a su fe. Dios también declaró que Abrahán era justo gracias a su propia fe. Pablo insiste en que la promesa que Dios le dio a Abrahán de que todas las naciones serían bendecidas a través de él apuntaba al momento en que los gentiles alcanzarían la salvación a través de la fe en Cristo

Pablo dice que los cristianos de Galacia estaban siendo insensatos por el hecho de creer que necesitaban seguir la ley de Moisés para estar bien con Dios. Pablo les ofrece tres argumentos específicos para apoyar su idea. Primero, recibieron el Espíritu de Dios de una manera poderosa después de creer en Jesús, y no a través del cumplimiento de la Ley. En segundo lugar, las Escrituras mismas nos muestran que la bendición de Dios viene por la fe y que la maldición viene por la Ley. Cristo pagó el precio de esa maldición en la cruz. Tercero, el pacto que Dios hizo con Abrahán es como un documento legal y, por lo tanto, no puede ser revocado.

En Gálatas capítulo 2, Pablo dijo que solo podemos ser justificados a través de la fe en Cristo y no siguiendo la ley de Moisés. En el capítulo 3, Pablo nos ofrece tres argumentos para justificar la razón por la que esto es cierto. Pablo comparte un argumento usando la propia experiencia que tuvieron los gálatas, uno usando las Escrituras, y otro poniendo el ejemplo de un pacto legal. Finalmente, Pablo habla acerca de qué podría servir la ley si no puede salvarnos de nuestros pecados. En parte, la ley nos revela nuestra pecaminosidad y nos convence de la necesidad que tenemos de alcanzar la salvación a través de la fe en Cristo. El siguiente capítulo ampliará esta idea sobre lo que significa ser un ''heredero'' espiritual de las promesas de Dios.

A Gálatas a veces se le llama "la versión corta de Romanos" por los temas que trata, tales como la justificación y la santificación por medio de la fe. Un grupo de cristianos conocidos como los “judaizantes” estaban predicando un evangelio basado en el legalismo, en lugar de en la gracia. El propósito principal de Pablo al escribirles la carta a los Gálatas fue reiterar la verdadera naturaleza del evangelio: que somos justificados (hechos justos) y santificados (nos parecemos a más y más a Cristo) solo a través de nuestra fe en Jesucristo. Esta carta probablemente fue escrita poco antes de que los ancianos de la iglesia en Jerusalén dijeran que estaban en contra de las enseñanzas de los judaizantes, lo cual hicieron durante el llamado “Concilio de Jerusalén”.