Gálatas 6:14 - Printer Friendly

LBLA: Pero jamás acontezca que yo me gloríe, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo.

NBLA: Pero jamás acontezca que yo me gloríe, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo.

NVI: En cuanto a mí, jamás se me ocurra jactarme de otra cosa sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo ha sido crucificado para mí, y yo para el mundo.

RV1960: Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo.

JBS: Mas lejos esté de mí gloriarme, sino en el madero del Señor nuestro Jesús, el Cristo, por quien el mundo me es muerto a mí, y yo al mundo.

Pablo está denunciando una vez más a los judaizantes debido a las falsas enseñanzas que estaban intentando forzar en los creyentes gálatas, ya que decían que tenían que circuncidarse para estar verdaderamente bien con Dios (Gálatas 2:4). Pablo ha revelado parte de la razón por la que estaban diciendo esto: querían vanagloriarse del número de personas que podían convertir. En otras palabras, estos falsos maestros realmente se preocupaban por el pueblo de Galacia, ni siquiera por servirle a Dios, sino que estaban tratando de ganarse el derecho a alardear de su habilidad para vender sus falsas creencias en círculos gentiles.

Ahora, Pablo da a entender que él también podría jugar a ese juego si fuera como los judaizantes. Después de todo, él mismo había contribuido decisivamente a la hora de convertir a muchísimas personas a la fe en Cristo. Sin embargo, Pablo dice claramente que se niega a hacer tal cosa, que él nos quiere jactarse de lo que Dios había logrado hacer través de él. Pablo dice que él se iba a jactar de una sola cosa: la cruz de Cristo. Todo lo que Pablo tiene, y lo que cualquier creyente en Cristo tiene, solo lo recibe porque Jesús murió en esa cruz por nuestros pecados para liberarnos.

De hecho, gracias a la cruz de Jesús, dice Pablo, el mundo fue crucificado para él y él fue crucificado para el mundo. En otras palabras, debido a que había sido justificado por la fe en Cristo y lo que Cristo logró cumplir en la cruz, Pablo ya no necesitaba la aprobación del mundo de ninguna manera. El mundo no tenía nada que ofrecerle, del mismo modo que el mundo, en general, ciertamente no quería lo que Pablo tenía para ofrecerle. Gracias a la cruz, Pablo había encontrado la libertad, mientras que los judaizantes siguieron estando esclavizados debido a sus pecados (Gálatas 3:23-29).

En Gálatas 6:11–18, Pablo concluye aquí su carta para los Gálatas. Al parecer, tomó la pluma de su escriba y escribió estas palabras, con su propia mano, en letras grandes. Esta es una de las razones por las que algunos eruditos piensan que Pablo podría haber tenido un problema de vista. Una vez más, Pablo revela los motivos que los falsos maestros tenían para presionar a los gálatas para que decidieran circuncidarse: solo querían vanagloriarse en su nombre. Sin embargo, ya que Cristo había venido, la circuncisión no servía para nada. En cambio, los gálatas debían confiar en Cristo para que Él hiciera de sus vidas algo nuevo.

Gálatas 6 incluye una serie de instrucciones sobre cómo deben tratarse entre sí las personas que son libres en Cristo y caminan en el Espíritu de Dios. Los cristianos debemos restaurar a las personas que están atrapadas en el pecado y debemos ayudarnos los unos a los otros. Por tanto, las personas que siembran el fruto del Espíritu de Dios, a través de la fe en Cristo, cosecharán la vida eterna. ¡Los creyentes no deben cansarse de hacer el bien entre sí! La razón es porque la cosecha está cerca. Pablo concluye la carta escribiendo en letras grandes que la circuncisión no significa nada, sino que lo que verdaderamente importa es convertirse en una nueva creación a través de la fe en Cristo.

Gálatas 5 concluye su carta enfocándose en lo que significa que Dios nos guíe a través de Su espíritu. Gálatas 6 comienza describiendo la manera en que los cristianos, quienes son guiados por el Espíritu, se deben servir los unos a los otros restaurando a los que están atrapados en el pecado y ayudándose a llevar las cargas de la vida. Tal y como lo dice Pablo, solo las personas que plantan el Espíritu de Dios en esta vida, mediante la fe en Cristo, cosecharán la vida eterna. Pablo concluye la carta escribiendo en letras grandes que la circuncisión ya no importa, y que solo importa convertirse en una nueva creación a través de la fe en Cristo.

A Gálatas a veces se le llama "la versión corta de Romanos" por los temas que trata, tales como la justificación y la santificación por medio de la fe. Un grupo de cristianos conocidos como los “judaizantes” estaban predicando un evangelio basado en el legalismo, en lugar de en la gracia. El propósito principal de Pablo al escribirles la carta a los Gálatas fue reiterar la verdadera naturaleza del evangelio: que somos justificados (hechos justos) y santificados (nos parecemos a más y más a Cristo) solo a través de nuestra fe en Jesucristo. Esta carta probablemente fue escrita poco antes de que los ancianos de la iglesia en Jerusalén dijeran que estaban en contra de las enseñanzas de los judaizantes, lo cual hicieron durante el llamado “Concilio de Jerusalén”.