Génesis 1:26 - Printer Friendly

LBLA: Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza ; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra.

NBLA: Y dijo Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo): “Hagamos al hombre a Nuestra imagen, conforme a Nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra.”

NVI: y dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes, y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo».

RV1960: Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

JBS: Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, y en las aves de los cielos, y en las bestias, y en toda la tierra, y en toda serpiente que se anda arrastrando sobre la tierra.

La semana de la creación llega ahora a su punto culminante con la creación de los seres humanos. Este versículo es impresionante por sus implicaciones, y desconcertante al mismo tiempo por las preguntas que plantea.

Dios decreta: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza", usando una palabra hebrea, ē'nu, que está inconfundiblemente en plural. ¿Por qué habla Dios de sí mismo como si fuera más de una persona? Los eruditos han ofrecido una amplia variedad de ideas a lo largo de los siglos. Normalmente se ofrecen tres explicaciones para intentar arrojar luz sobre este tema.

Primero, Dios puede estar refiriéndose a sí mismo y a los ángeles. Esto parece poco probable debido a la manera en la que se describe a los ángeles en las Escrituras. Estos seres se presentan como seres servidores y mensajeros, no como creadores o gobernantes.

En segundo lugar, esto podría ser lo que los eruditos llaman un plural de auto-exhortación o auto-estímulo, lo que significa que está refiriéndose solo a sí mismo. Esto también se denominaría "el 'nosotros' real", algo que vemos utilizado por los reyes y gobernantes humanos al hacer decretos o leyes.

La tercera posibilidad es que Dios está hablando como una Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo. De acuerdo con las Escrituras, la Trinidad estuvo presente en la creación desde el principio. Génesis 1:2 describe al Espíritu de Dios flotando sobre las aguas, y Juan 1:1–3 revela que el Verbo (la Palabra), Cristo, participó activamente en la creación de todas las cosas.

A continuación, este versículo plantea la cuestión de qué significa ser hecho a imagen de Dios o a Su semejanza. Sin lugar a duda, esta frase no significa que Dios creó a los humanos para que se parecieran a Él físicamente (Juan 4:24). Más bien, esto parece apoyar la idea de que Dios dotó a los humanos de un cierto tipo de conciencia, que no se les dio a los animales, a las aves ni a los peces. En otras palabras, los humanos poseen la capacidad de razonar, son seres morales, se comunican a través del lenguaje, y tienen una personalidad y propósitos específicos. En particular, la capacidad de utilizar la moralidad y la espiritualidad es algo exclusivo de los seres humanos. Tal y como lo hace Dios, tenemos la capacidad de experimentar y comprender el amor, la verdad y la belleza (aunque no a Su nivel).

Los seres humanos están hechos a imagen de Dios de otra manera: son como un modelo o una representación de Dios en la tierra. Dios es el Hacedor y toda la creación le pertenece, y Él es el Señor sobre todo la creación. Sin embargo, en el momento de la creación, Dios le da a la humanidad la responsabilidad de dominar sobre todas las demás formas de vida que ha creado en la tierra. En ese sentido, los humanos son la imagen de Dios, los representantes de Dios en la tierra mientras gobernamos y administramos todo el resto de Su creación.

Génesis 1:26–31 describe el origen de los seres humanos, la más singular de todas las creaciones de Dios. Al igual que con otros aspectos del relato de creación, se dan muy pocos detalles al respecto. La información que se nos da, sin embargo, es inconfundible. El hombre fue creado de forma única "a imagen" de Dios, investido de autoridad sobre la tierra y con la orden de reproducirse. Cada una de estas ideas establece aspectos críticos de la cosmovisión cristiana y una actitud adecuada cuando consideramos al resto de la humanidad. Al igual que con otras partes de este capítulo, los debates que existen sobre ciertos detalles del texto no anulan la verdad central: el hombre es la creación deliberada del Único Dios Verdadero y, como resultado, representa algo especial dentro de Su universo.

Génesis 1 es el primer capítulo de lo que se conoce como el Pentateuco: los primeros cinco libros de la Biblia. Probablemente escrito por Moisés, Génesis 1 comienza la historia de Dios y Su relación con el pueblo Israel, Su pueblo. El papel de Dios como Creador no solo es importante a la hora de establecer Su obra durante los capítulos posteriores, sino que también lo es para establecer Su supremacía y autoridad sobre todas las demás palabras que aparecen en las Escrituras. Dios primero tiene la intención de ser conocido por todos los pueblos como el Creador de todas las cosas, desde el sol, la luna y las estrellas, hasta la vida humana misma; y como Creador, todo lo que ha creado debe adorarlo, especialmente los seres humanos.

El libro de Génesis establece verdades fundamentales sobre Dios. Entre estas verdades se encuentran Su papel como Creador, Su santidad, Su odio por el pecado, Su amor por la humanidad y Su disposición para proveer para nuestra redención. Gracias a Génesis, aprendemos no solo de dónde viene la humanidad, sino acerca de la razón por la que el mundo es de la manera que es en la actualidad. El libro también nos habla sobre la fundación de Israel, el pueblo elegido de Dios. Muchos de los principios que se ofrecen en otras partes de las Escrituras dependen de las ideas básicas que se nos presentan en el libro de Génesis. Dentro del marco narrativo de la Biblia, Génesis nos explica la historia del origen del universo, el cual nos conduce hacia el cautiverio de Israel en Egipto, lo cual hace las veces de trasfondo para el libro del Éxodo.