Génesis 12:7 - Printer Friendly

LBLA: Y el SEÑOR se apareció a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Entonces él edificó allí un altar al SEÑOR que se le había aparecido.

NBLA: El SEÑOR se apareció a Abram y le dijo: “A tu descendencia daré esta tierra.” Entonces Abram edificó allí un altar al SEÑOR que se le había aparecido.

NVI: Allí el SEÑOR se le apareció a Abram y le dijo: «Yo le daré esta tierra a tu descendencia». Entonces Abram erigió un altar al SEÑOR, porque se le había aparecido.

RV1960: Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.

JBS: Y apareció el SEÑOR a Abram, y le dijo: A tu simiente daré esta tierra. Y edificó allí un altar al SEÑOR, que se le había aparecido.

Abrán creyó en las promesas que Dios le había hecho (Génesis 12:1–3). Obedeció el llamado de Dios de dejar su hogar y viajar hacia otra tierra (Génesis 12:1–5). Ahora, después de que Abrán y compañía han viajado hasta el corazón de la tierra de Canaán, el Señor se le aparece.

Aparentemente, esta conversación y la conversación que Dios tuvo con Abrán en el versículo 1 son diferentes. El Señor "se le apareció". Sin embargo, no se nos dice de qué forma. El Señor recibe el nombre de Yahvé en español, y el término que se usa para cuando Yahvé se le aparece físicamente a la gente es "teofanía". Esta es la primera de varias teofanías que los padres de Israel llegaron a experimentar.

Yahvé le hace una promesa breve y específica a Abrán: "A tu descendencia le daré esta tierra". Esta es la primera vez que Dios le ha prometido la tierra de Canaán al pueblo que llegaría a convertirse en Israel. Después de dejar su antigua vida y cultura, Abrán ahora estaba en casa. Sin embargo, el mismo Abrán no tomaría posesión de la tierra durante su propia vida. Incluso sus descendientes no poseerán completamente la tierra hasta varias generaciones después. No obstante, Dios se lo había prometido; por lo tanto, acabaría ocurriendo.

Abrán respondió de la manera que lo hacen muchas personas en las Escrituras después de que el Señor se les apareciera: acabó construyendo un altar. Bien pudo haber hecho un sacrificio de animal, aunque eso no se menciona. Es posible que el altar de Abrán en Siquén sirviera como recordatorio de esta visita del Señor para las futuras generaciones, lo cual ya sabemos que se llama "teofanía".

Génesis 12:1–9 es un pasaje histórico en la Biblia. Dios le dice a Abrán que deje atrás a su pueblo y su tierra. Dios también promete bendecir a Abrán y convertir a sus descendientes en una gran nación que algún día ocupará la tierra de Canaán. Aunque Abrán no tenía hijos y carecía de ideas y un camino obvio para convertirse en padre de toda una cultura, Abrán comienza a adorar al Señor en la tierra de Canaán, viajando a través de ella y construyendo altares para Dios.

Génesis 12 contiene uno de los momentos clave en la historia del mundo. Dios elige a Abrán como el primer paso para la edificación de Su pueblo, Israel. Abrán obedece el llamado de Dios y se dirige hacia la tierra de Canaán, territorio que Dios le promete a la descendencia de Abrán. Rápidamente, sin embargo, Abrán comete un error en mitad de una prueba de fe que ocurrió en la tierra de Egipto mientras buscaba comida durante una hambruna. Sin embargo, Dios interviene para salvar a la familia de Abrán y proteger el plan que Dios tenía para él.

El final de Génesis 11 nos cuenta la historia de Téraj, el padre de Abrán, y el viaje de la familia hacia un nuevo hogar en Harán. Génesis 12 cambia la historia y se centra en Abrán y su viaje hacia la tierra de Canaán. Dios prometió convertir a Abrán en el padre de una gran nación y darles a los descendientes de Abrán esa misma tierra. Abrán comenzó a adorar al Señor, pero rápidamente cometió un error a la hora de demostrar la fe que había depositado en Dios en Egipto. Entonces, Dios se mostró fiel de una manera milagrosa, preparando así a Abrán para lo que estaba por venir en el capítulo 13.

El libro de Génesis establece verdades fundamentales sobre Dios. Entre estas verdades se encuentran Su papel como Creador, Su santidad, Su odio por el pecado, Su amor por la humanidad y Su disposición para proveer para nuestra redención. Gracias a Génesis, aprendemos no solo de dónde viene la humanidad, sino acerca de la razón por la que el mundo es de la manera que es en la actualidad. El libro también nos habla sobre la fundación de Israel, el pueblo elegido de Dios. Muchos de los principios que se ofrecen en otras partes de las Escrituras dependen de las ideas básicas que se nos presentan en el libro de Génesis. Dentro del marco narrativo de la Biblia, Génesis nos explica la historia del origen del universo, el cual nos conduce hacia el cautiverio de Israel en Egipto, lo cual hace las veces de trasfondo para el libro del Éxodo.