Génesis 3:23 - Printer Friendly

LBLA: Y el SEÑOR Dios lo echó del huerto del Edén, para que labrara la tierra de la cual fue tomado.

NBLA: Y el SEÑOR Dios lo echó del huerto del Edén, para que labrara la tierra de la cual fue tomado.

NVI: Entonces Dios el SEÑOR expulsó al ser humano del jardín del Edén, para que trabajara la tierra de la cual había sido hecho.

RV1960: Y lo sacó Jehová del huerto de Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.

JBS: y lo sacó el SEÑOR del huerto de Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado.

Ahora llegamos al momento de la mayor pérdida de la humanidad, la verdadera y duradera consecuencia del pecado. Dios desterró a Adán y Eva de su presencia física hacia una vida que se caracterizaría por el dolor, la frustración, el trabajo difícil y una eventual muerte física. El destino de Adán es poético y desgarrador: formado a partir del polvo de la tierra, viviría sus días trabajando para sacar su sustento de la tierra hasta que muriera y regresara a esa misma tierra por la que trabajó durante toda su vida.

Dios ya había comenzado Su plan para redimir a su pueblo, y salvaría a todos aquellos que confiaran en Cristo ofreciéndoles la vida de Su propio hijo. Esta separación de Dios terminará algún día, y estaremos unidos con nuestro Padre en un hogar "edénico" por la eternidad.

Sin embargo, todavía no hemos llegado allí. Pablo describirá el gemido del anhelo cristiano de estar con nuestro Padre mientras esperamos ese día en el Nuevo Testamento (Romanos 8:18–25).

Génesis 3:8–24 describe las consecuencias que trajo consigo la rebelión del hombre contra Dios. Después de caer en la tentación, los humanos se avergüenzan e inútilmente intentan esconderse de Dios. Cuando se enfrentan a su pecado, el hombre y la mujer lo confiesan, pero también intentan echarles la culpa a otros. Adán incluso culpa a Dios. En respuesta, Dios emite tres "maldiciones" individuales que han afectado a la humanidad hasta el día de hoy. La humanidad ya no puede permanecer en el huerto y es desterrada. Aun así, Dios continúa proveyendo para Su creación.

Génesis 3 cuenta la historia del paraíso, el cual se perdió debido a la obstinación del pecado humano. Originalmente, la humanidad recibió todas las cosas que pudiera necesitar o desear, y prácticamente sin restricciones. A pesar de eso, Adán y Eva solo necesitaron una pequeña exhortación de una serpiente parlante para desobedecer a su buen Creador. Vencidos por la vergüenza y rápidamente maldecidos por Dios…es así como comienza la dolorosa historia de la humanidad con su salida del Jardín del Edén.

Génesis 2 terminó mostrándonos las últimas experiencias de un mundo sin pecado. Adán y Eva eran perfectos en sí mismos, en su propósito y dentro de su relación como esposo y esposa. El capítulo 3 nos cuenta la historia de ese paraíso perdido; el resultado del primer pecado humano que se cometió de forma voluntaria. Las consecuencias de esto fueron inmediatas: vergüenza y una separación perpetua del hogar que Dios había hecho para ellos para convivir junto con ellos allí dentro. El capítulo 4 describirá el comienzo de sus vidas juntos: el comienzo de la dolorosa historia de la humanidad.

El libro de Génesis establece verdades fundamentales sobre Dios. Entre estas verdades se encuentran Su papel como Creador, Su santidad, Su odio por el pecado, Su amor por la humanidad y Su disposición para proveer para nuestra redención. Gracias a Génesis, aprendemos no solo de dónde viene la humanidad, sino acerca de la razón por la que el mundo es de la manera que es en la actualidad. El libro también nos habla sobre la fundación de Israel, el pueblo elegido de Dios. Muchos de los principios que se ofrecen en otras partes de las Escrituras dependen de las ideas básicas que se nos presentan en el libro de Génesis. Dentro del marco narrativo de la Biblia, Génesis nos explica la historia del origen del universo, el cual nos conduce hacia el cautiverio de Israel en Egipto, lo cual hace las veces de trasfondo para el libro del Éxodo.

Accessed 11/21/2024 5:16:18 PM