¿Qué significa Génesis 31:16?
LBLA: Ciertamente, toda la riqueza que Dios ha quitado de nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos; ahora pues, todo lo que Dios te ha dicho, hazlo.
NBLA: Ciertamente, toda la riqueza que Dios ha quitado de nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos; ahora pues, todo lo que Dios te ha dicho, hazlo.”
NVI: Lo cierto es que toda la riqueza que Dios le ha quitado a nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos. Por eso, haz ahora todo lo que Dios te ha ordenado.
RV1960: Porque toda la riqueza que Dios ha quitado a nuestro padre, nuestra es y de nuestros hijos; ahora, pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.
JBS: Porque toda la riqueza que Dios ha quitado a nuestro padre, nuestra es, y de nuestros hijos; ahora pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.
Comentario del verso:
Raquel y Lea le están diciendo a Jacob la razón por la que lo apoyarán en su decisión de mudarse de manera urgente y secreta de vuelta a su tierra natal en Canaán (Génesis 31:3). Ambas sienten que su padre las había maltratado, en parte, al tratar tan mal a Jacob (Génesis 30:31–36). Desde su perspectiva, su padre más o menos las había vendido para que Jacob trabajara gratis para él (Génesis 29:20–28). Labán tampoco les había dejado ninguna ganancia, y había continuado engañando a su esposo, dañando así sus finanzas aún más. Quizás Labán podría haberse vuelto algo frío o antipático después de que se casaron con Jacob. Por lo tanto, ni Raquel ni Lea esperaban recibir ninguna herencia de su padre en este punto.
Finalmente, en este versículo, las dos declaran que ya habían recibido las riquezas de su padre de todos modos, y repiten lo que ya le habían dicho Jacob antes: Dios tomó las riquezas de Labán y se las había dado a Jacob. De hecho, dicen que la riqueza de su padre era "…de nosotras y de nuestros hijos" En otras palabras, tenían razones suficientes como para escaparse de su padre y no volver a casa nunca más.
Es interesante notar que tanto Raquel como Lea centraron su respuesta alrededor de cuestiones financieras. Esto podría ser algo deliberado: dado que sus intereses eran puramente económicos, las dos hermanas tenían razones suficientes como para irse de su casa, y culpar de todo esto la avaricia de su padre, Labán. Esto también podría estar revelándonos información sobre el poco apego emocional que sentían hacia su padre, hermanos, o incluso su patria. De hecho, ninguna de las hermanas ofreció ninguna razón para no apoyar a Jacob en la decisión de mudarse. De este modo, las dos concluyeron diciendo que Jacob debía hacer todo lo que Dios le había dicho que hiciera. Esta situación las hizo trabajar juntas, incluso más allá de la gran rivalidad que había entre ellas (Génesis 30:8).
¿Sintió Jacob que necesitaba su permiso para hacer lo que Dios le había dicho? En realidad, no nos queda claro, pero las esposas de Jacob sí que le dieron su apoyo, lo cual fue la gota que colmó el vaso.
Resumen de contexto:
Génesis 31:1–21 describe los eventos que impulsaron a Jacob a escabullirse de Labán y dirigirse hacia su tierra natal de Canaán. Primero, se enteró de que Labán y sus hijos estaban descontentos con él por haberse "llevado" bienes que en principio le pertenecían a Labán. Entonces Dios le ordena a Jacob que se fuera, y le promete que estaría con él. Después de asegurarse el apoyo de sus esposas, Jacob preparó su gran familia y sus propiedades y se marchó hacia Galaad y luego directamente se fue hacia su tierra.
Resumen del capítulo:
Génesis 31 describe la difícil separación que finalmente ocurrió entre Jacob y Labán, su suegro y el había sido su jefe durante veinte años. Durante ese tiempo, Jacob había sido maltratado y engañado de forma rutinaria. Después de que Dios le dijera que regresara a la tierra de Canaán, Jacob reunió a sus esposas, a sus hijos y todas sus posesiones y se fue sin decírselo a Labán. Labán pronto lo alcanzó con un gran séquito a sus espaldas. Finalmente, Labán y Jacob se enfrentaron amargamente. Sin embargo, finalmente hicieron un pacto de separación y se despidieron pacíficamente.
Contexto del capítulo:
En Génesis 30 Jacob se nos presenta como un hombre rico. Después de veinte años trabajando para Labán, había llegado el momento de que Jacob regresara con su propio pueblo. Intentó escabullirse sin decirle nada a Labán, pero Labán pronto lo alcanzó. Después de un amargo enfrentamiento, Labán y Jacob hicieron un pacto de separación pacífico. Jacob finalmente era libre para comenzar el próximo capítulo de su vida en la Tierra Prometida. Sin embargo, primero tenía que lidiar con su hermano Esaú, cuya ira fue la razón principal por la que Jacob se había escapado en primer lugar. Ese encuentro se nos describirá durante los dos próximos capítulos.
Resumen del libro:
El libro de Génesis establece verdades fundamentales sobre Dios. Entre estas verdades se encuentran Su papel como Creador, Su santidad, Su odio por el pecado, Su amor por la humanidad y Su disposición para proveer para nuestra redención. Gracias a Génesis, aprendemos no solo de dónde viene la humanidad, sino acerca de la razón por la que el mundo es de la manera que es en la actualidad. El libro también nos habla sobre la fundación de Israel, el pueblo elegido de Dios. Muchos de los principios que se ofrecen en otras partes de las Escrituras dependen de las ideas básicas que se nos presentan en el libro de Génesis. Dentro del marco narrativo de la Biblia, Génesis nos explica la historia del origen del universo, el cual nos conduce hacia el cautiverio de Israel en Egipto, lo cual hace las veces de trasfondo para el libro del Éxodo.
Accessed 11/22/2024 5:16:43 PM
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