Génesis 31:48 - Printer Friendly

LBLA: Y Labán dijo: Este montón es hoy un testigo entre tú y yo. Por eso lo llamó Galed;

NBLA: Entonces Labán dijo: “Este montón es hoy un testigo entre tú y yo.” Por eso fue llamado Galed,

NVI: ?Este montón de piedras —declaró Labán— nos servirá de testimonio. Por eso se le llamó Galaad a ese lugar,

RV1960: Porque Labán dijo: Este majano es testigo hoy entre nosotros dos; por eso fue llamado su nombre Galaad;

JBS: Porque Labán dijo: Este majano será testigo hoy entre mí y entre ti; por eso fue llamado su nombre Galaad;

Jacob y Labán están haciendo un pacto juntos para establecer una separación pacífica entre los dos. Labán había engañado a Jacob durante los últimos veinte años, pero pudo prosperar gracias a la intervención directa de Dios (Génesis 31:10–12). Incluso las propias hijas de Labán, las esposas de Jacob, estuvieron de acuerdo en que su padre solo estaba motivado por la codicia y en realidad no las quería (Génesis 31:14–16). Por mucho que Labán quisiera obligar a Jacob a quedarse, Dios le advirtió explícitamente que no interfiriera en la vida de Jacob (Génesis 31:24). Entonces, los dos clanes hicieron un acuerdo y construyeron unos pilares para conmemorarlo. Estos versículos nos explican los detalles de ese pacto.

Ambos grupos le pusieron al lugar de su reunión nombres que significaban "montón de testigos". Ahora Labán dice que este montón de piedras servirá como testimonio de su acuerdo. Galeed es un término hebreo que significa "montón de piedras", el cual es equivalente al nombre arameo que Labán le había dado durante el versículo anterior: Jegar-sahadutha. El siguiente versículo nos ofrecerá otro título hebreo para esta importante ubicación.

Génesis 31:43–55 describe el acuerdo final al que llegaron Jacob y Labán. Labán finalmente deja claro que no reclamará ninguna de las posesiones de Jacob. En cambio, él y Jacob acuerdan hacer un pacto de separación pacífico. Construyen un montón de piedras, hacen juramentos, realizan sacrificios y comen juntos. Finalmente, Labán se despidió de sus hijas y sus nietos con un beso y regresó a su casa. Jacob y su familia continuaron su camino hacia la Tierra Prometida.

Génesis 31 describe la difícil separación que finalmente ocurrió entre Jacob y Labán, su suegro y el había sido su jefe durante veinte años. Durante ese tiempo, Jacob había sido maltratado y engañado de forma rutinaria. Después de que Dios le dijera que regresara a la tierra de Canaán, Jacob reunió a sus esposas, a sus hijos y todas sus posesiones y se fue sin decírselo a Labán. Labán pronto lo alcanzó con un gran séquito a sus espaldas. Finalmente, Labán y Jacob se enfrentaron amargamente. Sin embargo, finalmente hicieron un pacto de separación y se despidieron pacíficamente.

En Génesis 30 Jacob se nos presenta como un hombre rico. Después de veinte años trabajando para Labán, había llegado el momento de que Jacob regresara con su propio pueblo. Intentó escabullirse sin decirle nada a Labán, pero Labán pronto lo alcanzó. Después de un amargo enfrentamiento, Labán y Jacob hicieron un pacto de separación pacífico. Jacob finalmente era libre para comenzar el próximo capítulo de su vida en la Tierra Prometida. Sin embargo, primero tenía que lidiar con su hermano Esaú, cuya ira fue la razón principal por la que Jacob se había escapado en primer lugar. Ese encuentro se nos describirá durante los dos próximos capítulos.

El libro de Génesis establece verdades fundamentales sobre Dios. Entre estas verdades se encuentran Su papel como Creador, Su santidad, Su odio por el pecado, Su amor por la humanidad y Su disposición para proveer para nuestra redención. Gracias a Génesis, aprendemos no solo de dónde viene la humanidad, sino acerca de la razón por la que el mundo es de la manera que es en la actualidad. El libro también nos habla sobre la fundación de Israel, el pueblo elegido de Dios. Muchos de los principios que se ofrecen en otras partes de las Escrituras dependen de las ideas básicas que se nos presentan en el libro de Génesis. Dentro del marco narrativo de la Biblia, Génesis nos explica la historia del origen del universo, el cual nos conduce hacia el cautiverio de Israel en Egipto, lo cual hace las veces de trasfondo para el libro del Éxodo.