¿Qué significa Génesis 49?
Comentario del capítulo:
Antes de morir, Jacob quería tratar urgentemente sobre dos cosas importantes con sus doce hijos. Primero, quería darle un mensaje profético apropiado a cada uno de ellos. Aunque se les llama "bendiciones", no todos los mensajes fueron del todo positivos. Por eso, parecieron ser predicciones más que bendiciones. En segundo lugar, Jacob quería ordenarles que enterraran su cuerpo en Canaán y no en Egipto.

Las predicciones que se hacen aquí tienen un estilo que a menudo se le denomina "oráculo profético". Usando un lenguaje poético y metafórico, Jacob les reveló a sus hijos una pequeña parte del futuro que estaban a punto de experimentar. La familia de cada uno de sus hijos se convertiría en una de las tribus de Israel. Esta profecía tendrá muchos propósitos para el pueblo de Israel. Durante los siglos de esclavitud en Egipto (Éxodo 1:7–14), la profecía que Jacob hizo desde su lecho de muerte les describió el momento en que tomarían posesión de la Tierra Prometida de Canaán. Después, les serviría de recordatorio. Dios planeó todo esto desde el principio y Él le seguiría siendo fiel a Su pueblo (Génesis 49:1–2).

Jacob tuvo doce hijos con cuatro mujeres: sus esposas Lea y Raquel, y sus siervas Bilá y Zilpa (Génesis 35:23–26). En este pasaje, los cuatro primeros hijos y los últimos dos hijos aparecen en orden de nacimiento. Sin embargo, se puede observar algo curioso durante el discurso de Jacob. Los primeros seis hijos que se mencionan: Rubén, Simeón, Leví, Judá, Zabulón e Isacar, eran los hijos naturales de Lea. Los siguientes cuatro, Dan, Gad, Aser y Neftalí, fueron los hijos que nacieron a través de las siervas de Raquel y Lea. Los dos últimos, José y Benjamín, fueron los hijos naturales de Raquel, la esposa a la que Jacob amaba con locura.

Las tres primeras predicciones de Jacob fueron bastante duras. Jacob responsabilizó a Rubén, Simeón y Leví por los pecados que cometieron décadas antes. Como resultado, las tribus que descenderían de ellos no serían tan importantes. Jacob castigó a Rubén por haberse acostado con su sierva (Génesis 35:22). Esto hizo que perdiera su estimada posición como primogénito de la familia. La tribu de Rubén destacaría por su indecisión. Simeón y Leví estaban conectados por sus personalidades violentas y vengativas, y Jacob los condenó también. Esto se puede demostrar con la manera en que reaccionaron después de que violaran a su hermana Dina (Génesis 34:1–2, 13–15, 25–29). Al final, ninguna de las doce tribus llegaría a poseer una gran parte de la Tierra Prometida; la tribu de Leví se convertiría en sacerdotes, y no tendrían una zona propia (Génesis 49:3–7).

En cambio, la tribu de Judá crecería muchísimo. Este cuarto hijo de Jacob se convirtió en el antepasado desde el que vendrían la mayoría de los reyes y los gobernantes de Israel. De hecho, la realeza permanecería en la familia de Judá para siempre. Mucho más tarde en la historia, Jesús, el Mesías, quien era descendiente de Judá y del rey David, también será conocido como el León de Judá. Parte de la predicción de Jacob fue compartir una profecía sobre el Mesías y la naturaleza eterna de Su gobierno (Génesis 49:8–12).

Más tarde, se hacen breves menciones del futuro de las tribus de Zabulón, Isacar, Dan, Gad, Aser y Neftalí. Zabulón estará asociado, de alguna manera, con el comercio marítimo. Isacar será conocido por su trabajo duro y posiblemente por la esclavitud. Dan se describe crípticamente como una serpiente al acecho, posiblemente una referencia a la habilidad militar que desarrollaría. La profecía sobre Gad usa palabras hebreas que riman entre ellas, y comunican mensajes que hacen referencia a algún tipo de conflicto o batalla. La predicción de Aser mencionó algo relacionado con la comida. Neftalí estaría asociado con la independencia y la belleza. En medio de estas profecías, Jacob exclamó su deseo de ver la salvación de Dios (Génesis 49:13–21).

Jacob guardó su mayor bendición para José y el pueblo que vendría de él. Habiéndoles dado ya la bendición familiar a los dos hijos de José (Génesis 48:5–6), Jacob incluyó específicamente a José como parte de sus bendiciones. Su pueblo sería fructífero y lucharía contra sus atacantes con la fuerza del Poderoso de Jacob. De hecho, algunos guerreros importantes del Antiguo Testamento como Josué, Gedeón y Débora vendrían de las tribus de Efraín y Manasés. Además, también recibirían todas las bendiciones materiales que la tierra pudiera ofrecerles (Génesis 49:22–26).

La predicción final estaba destinada para el hijo menor de Jacob, Benjamín. Su pueblo se compara al de un depredador voraz y vicioso. Los benjaminitas serían conocidos por sus logros militares. También estarían asociados con un incidente horrible (Jueces 19:25–27) que desencadenó en una guerra civil (Jueces 20). El primer rey de Israel, Saúl, vino de esta tribu, y su gobierno estaría marcado por la violencia y la inestabilidad. Después del elogio tan grande que recibió José, este breve comentario podría parecernos un poco anticlimático (Génesis 49:27).

En los momentos previos a su muerte, Jacob les ordenó con urgencia a sus hijos que no lo enterraran en Egipto. En su lugar, debían llevarse sus restos a la cueva funeraria de la familia. Este lugar estaba cerca de Mamre y fue el mismo Abrahán quien lo había comprado, uno de los pocos lugares en Canaán que era propiedad absoluta del pueblo de Dios. Allí estaban enterrados Abrahán y Sara, Isaac y Rebeca, y Lea, la primera esposa de Jacob. Sus hijos debían enterrarlo allí junto a ellos (Génesis 49:28–32).

Después de terminar de decir todo lo que tenía que decir, Jacob falleció (Génesis 49:33).
Resumen de contexto:
Génesis 49:1–7 inicia los comentarios proféticos de Jacob sobre sus hijos, comenzando con Rubén, Simeón y Leví. Estos aparecen en el contexto de una "bendición" familiar, aunque no todas las predicciones son positivas. La bendición principal ya se les había otorgado a los dos hijos mayores de José (Génesis 48:5–6). Aquí, los tres hijos mayores de Jacob son castigados por los pecados que cometieron anteriormente. Rubén perdió sus derechos de primogénito, y Jacob predijo que Levi y Simeón acabarían formando parte de las otras tribus de Israel.
Génesis 49:8–12 contiene las bendiciones y predicciones de Jacob acerca de su cuarto hijo, Judá. En parte, esta es una profecía mesiánica. La nación de Israel (Génesis 35:10–11) eventualmente será gobernada por descendientes de la tribu de Judá. En última instancia, esto incluirá el reinado terrenal del Prometido, Jesucristo.
Génesis 49:13–21 registra las profecías que Jacob compartió desde su lecho de muerte, esta vez con respecto a seis de sus hijos: Zabulón, Isacar, Dan, Gad, Aser y Neftalí. Estas profecías son relativamente breves y no son del todo positivas. Si bien Jacob se dirige a los primeros cuatro (Génesis 49:3–12) y los últimos dos (Génesis 49: 22–27) de sus hijos en orden de nacimiento, no hay una clasificación obvia dentro de sus comentarios en este pasaje. En comparación con las otras tribus, estas tribus jugarían un papel menos importante en el futuro de Israel.
Génesis 49:22–27 incluye los comentarios proféticos finales de Jacob sobre sus hijos. Sus últimos dos hijos son los más pequeños, los únicos hijos naturales que le nacieron de Raquel, su esposa favorita. Los hijos de José ya se habían incluido en la bendición familiar (Génesis 48:5–6). Esta es, sin duda, la profecía más positiva de todas las profecías de Jacob. De Benjamín, al contrario, se predice que se convertiría en una tribu notablemente violenta.
Génesis 49:28–33 contiene las últimas palabras que Jacob dijo antes de morir. Primero, les ordenó a sus hijos que enterraran su cuerpo en Canaán en la tumba familiar, la cual era una de las pocas propiedades que la familia poseía en la Tierra Prometida. Abrahán se la compró a los hititas. Él y Sara estaban enterrados allí, al igual que los padres de Jacob, Isaac y Rebeca, y Lea, la primera esposa de Jacob. Sus hijos debían transportar su cuerpo hasta allí para que descansara junto al de los demás miembros de la familia que ya habían fallecido. Después de decir esto, Jacob, a quien Dios le había puesto el nombre de "Israel" (Génesis 35:10-1) murió en presencia de toda su familia.
Resumen del capítulo:
Génesis 49 contiene los últimos comentarios proféticos de Jacob. En forma de poesía, Jacob pronuncia "bendiciones" positivas y negativas sobre cada uno de sus 12 hijos y las personas que vendrían de ellos. Rubén, Simeón y Leví deben rendir cuentas por sus pecados pasados. Judá se describe como un león; la línea real vendría de su pueblo. A José y a su descendencia se les ofrecen muchas bendiciones. Una vez que se completa el oráculo, Jacob les ordena a sus hijos que lo entierren con sus padres en Canaán. Finalmente, Israel (Génesis 35:10–11) exhala su último suspiro y muere.
Contexto del capítulo:
Después de una vida de lucha y controversia, la familia de Jacob se asentó finalmente en Egipto. Génesis 48 nos habla de la bendición que Jacob puso sobre los dos hijos mayores de José: Efraín y Manasés. En Génesis 49, Jacob hizo algunas predicciones tanto positivas como negativas acerca de cada uno de sus hijos uno por uno. Jacob luego les ordenó a sus hijos que lo enterraran en Canaán. Después de eso, Jacob falleció. El capítulo final de Génesis nos describirá el luto de la familia y la muerte de José. Los versículos iniciales del libro del Éxodo avanzaron unos 400 años en el tiempo, un momento en que los israelitas se convirtieron en esclavos de los nuevos gobernantes egipcios (Éxodo 1:8–14).
Resumen del libro:
El libro de Génesis establece verdades fundamentales sobre Dios. Entre estas verdades se encuentran Su papel como Creador, Su santidad, Su odio por el pecado, Su amor por la humanidad y Su disposición para proveer para nuestra redención. Gracias a Génesis, aprendemos no solo de dónde viene la humanidad, sino acerca de la razón por la que el mundo es de la manera que es en la actualidad. El libro también nos habla sobre la fundación de Israel, el pueblo elegido de Dios. Muchos de los principios que se ofrecen en otras partes de las Escrituras dependen de las ideas básicas que se nos presentan en el libro de Génesis. Dentro del marco narrativo de la Biblia, Génesis nos explica la historia del origen del universo, el cual nos conduce hacia el cautiverio de Israel en Egipto, lo cual hace las veces de trasfondo para el libro del Éxodo.
Accessed 11/23/2024 7:40:43 AM
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