Génesis 6:15 - Printer Friendly

LBLA: Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura y de treinta codos su altura.

NBLA: De esta manera la harás: de 135 metros la longitud del arca, de 22.5 metros su anchura y de 13.5 metros su altura.

NVI: Dale las siguientes medidas: ciento cuarenta metros de largo, veintitrés de ancho y catorce de alto.

RV1960: Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura.

JBS: Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura.

En este pasaje, Dios le ha informado a Noé sobre el plan que tenía para destruir a toda la raza humana, excepto a Noé y a su familia. Dios también ha comenzado a describir el "arca", una gran caja de madera que Noé usará para preservar a su familia y ciertos animales del diluvio.

Un codo es una medida de longitud equivalente a aproximadamente 18 pulgadas, o unos 46 centímetros. Tradicionalmente se pensaba que un codo era la longitud desde el codo de un hombre hasta la punta de los dedos con la mano extendida. Si bien eso puede sonar un poco ambiguo para la gente moderna, no era raro usar partes del cuerpo como instrumentos de medida en la antigüedad. El concepto de medidas universales y objetivas (tales como el metro moderno) simplemente no existía en ese momento de la historia de la humanidad.

Usando 1 codo = 18 pulgadas = 46 cm, el arca que Dios le describe a Noé tendría unos 450 pies (135 metros) de largo, 75 pies (22 metros y medio) de ancho y 45 pies (13 metros y medio) de alto. Esto haría que el arca fuera 1–1/2 veces más larga que un campo de fútbol americano, o un poco más larga que un campo de fútbol reglamentario de la FIFA. Habría sido tan alta como un edificio de 4–1/2 pisos. Incluso para los estándares modernos, si el arca hubiera sido un barco, ¡habría sido un barco grandísimo!

A pesar de su tamaño, no hay razón para pensar que Noé no tuviera la capacidad de construir esta arca. Dios no le prohibió a Noé pedir ayuda en ningún momento. Entonces, como con cualquier otro proyecto, es de sentido común asumir que Noé recibiera la ayuda de sus hijos, y probablemente de otros, para construir esta enorme arca. Hoy en día incluso, decimos cosas como que un contratista "construyó" algo, mientras que al mismo tiempo todos sabemos que lo hizo con la ayuda de otros.

Génesis 6:9–22 comienza otra sección nueva en Génesis llamada las "generaciones de Noé". Debido al poder y la maldad de la humanidad, la Tierra se había llenado de violencia y pecado. Por el contrario, Noé era un hombre justo y perfecto que anduvo con Dios. Dios elige contarle a Noé Su plan para acabar con toda la vida que habitaba en la tierra, pero también Su plan para salvar a Noé, a su familia y a una pareja de cada animal. Noé obedece la orden de Dios de construir el arca, la cual preservaría a la raza humana de la destrucción total durante el diluvio.

Dios sigue observando Su creación. En el primer capítulo del Génesis, Dios vio que todo lo que había hecho era bueno. Ahora, muchas generaciones después de que el pecado entrara en el mundo, Dios ve que todo lo que el hombre ha hecho y provocado era iniquidad y maldad. Los seres humanos han usado su poder para provocar violencia y la destrucción. Dios declara Su plan para acabar con toda la vida que habita sobre la faz de la tierra. Sin embargo, Dios preservará a la humanidad y la vida animal a través del único hombre justo que existía, Noé. Para ello, le pedirá a Noé construir un arca impresionante.

El capítulo anterior identificó a las generaciones que vinieron desde Adán hasta su hijo Set y Noé. Este capítulo nos revela que Noé sería el hombre a través del cual Dios preservaría a la humanidad, ya que Dios iba a eliminar a toda la vida que existía sobre la faz de la tierra. Dios le dijo a Noé que construyera una estructura enorme, un arca, y se preparara para recibir una pareja de representantes de todos los animales de la tierra. Noé hizo exactamente lo que Dios le había dicho que hiciera, y comenzó a prepararlo todo para el juicio cataclísmico que Dios iba a traer sobre el mundo muy pronto, el cual se nos describe durante el capítulo 7.

El libro de Génesis establece verdades fundamentales sobre Dios. Entre estas verdades se encuentran Su papel como Creador, Su santidad, Su odio por el pecado, Su amor por la humanidad y Su disposición para proveer para nuestra redención. Gracias a Génesis, aprendemos no solo de dónde viene la humanidad, sino acerca de la razón por la que el mundo es de la manera que es en la actualidad. El libro también nos habla sobre la fundación de Israel, el pueblo elegido de Dios. Muchos de los principios que se ofrecen en otras partes de las Escrituras dependen de las ideas básicas que se nos presentan en el libro de Génesis. Dentro del marco narrativo de la Biblia, Génesis nos explica la historia del origen del universo, el cual nos conduce hacia el cautiverio de Israel en Egipto, lo cual hace las veces de trasfondo para el libro del Éxodo.