Hebreos 11:8 - Printer Friendly

LBLA: Por la fe Abraham, al ser llamado, obedeció, saliendo para un lugar que había de recibir como herencia ; y salió sin saber adónde iba.

NBLA: Por la fe Abraham, al ser llamado, obedeció, saliendo para un lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber adónde iba.

NVI: Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a dónde iba.

RV1960: Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.

JBS: Por la fe, Abraham siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir por heredad; y salió sin saber a dónde iba.

Hasta este punto en el capítulo 11, el escritor ha definido la "fe" como un tipo de confianza que se centra en el cumplimiento de las promesas de Dios en el futuro (Hebreos 11:1). Por lo tanto, todo lo que sabemos de Dios — la evidencia de las Escrituras, la historia y nuestras experiencias — debemos usarlo para "mantenernos firmes" en nuestra confianza de que Dios cumplirá Su palabra (Hebreos 10:23). Ese tipo de confianza, naturalmente, debería llevarnos a obedecerle incluso cuando no podamos ver completamente el final de la historia. Esta es la propiedad central de una fe salvadora: la confianza en que Dios finalmente será quien dice ser.

Abrahán ejemplifica perfectamente este tipo de fe. Aquí, el escritor menciona específicamente el momento en el que Dios llamó a Abrahán, entonces llamado Abrán, para que se fuera de su tierra natal (Génesis 12:1–4). Aunque Abrahán no sabía exactamente lo que le depararía el futuro, eligió obedecer a Dios. Esta sección de Hebreos se enfoca en el patrón general de la fe y en cómo Dios responde bendiciendo a los que finalmente le obedecen. Más tarde, se volverá a mencionar a Abrahán cuando se trate el tema de los héroes del Antiguo Testamento que se "mantuvieron firmes" en la fe a pesar de las circunstancias tan desafiantes a las que tuvieron que enfrentarse.

Hebreos 11:4–16 nos ofrece algunos ejemplos de figuras del Antiguo Testamento que demostraron tener una fe firme en Dios y fueron bendecidas en base a ello. Aquí se alaba la fe de personas como Abel, Noé, Abrahán y Sara por la confianza que depositaron en las promesas de Dios. En particular, este segmento del libro de Hebreos se enfoca en aquellos que escucharon a Dios, lo obedecieron y fueron bendecidos por hacerlo. Si bien sus acciones fueron importantes, todas estas personas tienen en común el hecho de que obedecieron a Dios incluso cuando el cumplimiento de Sus promesas parecía estar muy lejos en el futuro. El siguiente pasaje explorará una idea similar, pero en el contexto de aquellos que demostraron su fe frente a dificultades más inmediatas.

Es cierto que la fe piadosa se define como confianza, el hecho de confiar en Dios cuando miramos hacia el futuro y obedecer incluso cuando no comprendemos completamente todos los detalles. Las grandes figuras del Antiguo Testamento, como Abrahán, Moisés y David, vivieron según este tipo de fe. En última instancia, eso significa confiar en la intención que Dios tiene para cumplir Sus promesas desde una perspectiva eterna. El modelo de fe presentado por esas personas, a la luz de las luchas a las que se enfrentaron, debería inspirar a los cristianos a alcanzar una fe más segura y decidida.

Hasta este punto, el libro de Hebreos nos ha ofrecido bastante evidencia para demostrar que Jesucristo, y el nuevo pacto que Él trajo, representan el plan supremo de Dios para la salvación de la humanidad. El capítulo 10 nos proporcionó una advertencia adicional sobre el peligro de apartarse de esta verdad. El capítulo 11 comienza aclarando el significado de la palabra ''fe'', principalmente enumerando ejemplos de figuras del Antiguo Testamento que la ejemplifican. La máxima aplicación de este conocimiento debería ser una motivación para ''mantenerse firmes'' en el evangelio, a pesar de las dificultades. Ese ánimo es uno de los temas principales del capítulo 12.

El libro de Hebreos está destinado a desafiar, animar y darles fuerza a los creyentes cristianos. Según esta carta, Jesucristo es superior a todos los demás profetas y a todas las demás afirmaciones que existen sobre la verdad. Dado que Dios nos ha dado a Cristo, debemos escuchar lo que Él dice y no retroceder. Las consecuencias de ignorar a Dios son espantosas. Hebreos es importante ya que se basa en muchas porciones del Antiguo Testamento para defender que Cristo es la máxima y perfecta expresión del plan que Dios tenía para la humanidad. Este libro presenta algunas ideas difíciles sobre la fe cristiana, algo que el autor enfatiza en varias ocasiones.