Hebreos 7:24 - Printer Friendly

LBLA: pero El conserva su sacerdocio inmutable puesto que permanece para siempre.

NBLA: pero Jesús conserva Su sacerdocio inmutable (intransferible) puesto que permanece para siempre.

NVI: pero, como Jesús permanece para siempre, su sacerdocio es imperecedero.

RV1960: mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable;

JBS: mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene el sacerdocio intransferible;

A diferencia de los sacerdotes del Antiguo Pacto, Jesús no verá Su sacerdocio terminar debido a la muerte. Los hombres que servían como sacerdotes y sumos sacerdotes solo podían interceder por el pueblo mientras que estaban vivos. Después de la muerte, su sacerdocio personal terminaba y sus responsabilidades sacerdotales tenían que pasar a otros. Este pasaje trata sobre las formas en que el sacerdocio de Jesús, al estilo de Melquisedec, es superior al sacerdocio levítico. Los versículos 23 y 24 destacan este tema de la mortalidad, que Jesús, de hecho, no sufre. A diferencia de los sacerdotes humanos, Jesús tiene una vida "indestructible" o una vida "eterna" (Hebreos 7:16). Esto no solo hace que el sacerdocio de Jesús sea superior, sino que le permite cumplir la promesa que Dios hizo en el Salmo 110 de establecer un sacerdote como Melquisedec "para siempre" (Salmo 110:1–4).

En este libro también se analizan otras limitaciones del sacerdocio levítico. Los sacerdotes son naturalmente pecadores (Hebreos 7:27), mientras que Cristo no lo es (Hebreos 4:15). Sus sacrificios son limitados (Hebreos 9:6–7), mientras que el sacrificio de Cristo es perfecto e infinito (Hebreos 9:11–12). Estas limitaciones impiden que la Ley del Antiguo Testamento nos salve por completo, ya que el sistema se basa en esfuerzos humanos. El propósito de estas leyes nunca fue salvarnos, sino señalar a Aquel que podía salvarnos completa y perfectamente, mediante Su rol como ser superior. Esta persona es Jesucristo.

Hebreos 7:11–28 amplía los argumentos anteriores relacionados con el sacerdocio de Jesucristo. Aquí, el autor muestra cómo el sacerdocio de Jesús es superior al de la Ley del Antiguo Testamento. Éste usa la figura de Melquisedec como modelo. El sacerdocio de Cristo es impecable, perfecto, interminable y como tal lo ha decretado Dios. El sacerdocio levítico era temporal, defectuoso, imperfecto y no podía durar para siempre. Esta mejor promesa, en Cristo, está ligada a la confianza que tenemos en Él como creyentes.

Cuando Abrahán se reunió con Melquisedec en el Antiguo Testamento, lo honró con diezmos. Esto muestra que Abrahán reconoció la superioridad de Melquisedec. Dado que el Antiguo Pacto no era perfecto, el cual estaba basado en sacerdotes y sacrificios de carácter limitado, es inferior al sacerdocio de Melquisedec, el cual es interminable. Jesucristo cumple la promesa de Dios de establecer un sacerdote "eterno" de una manera que satisfaga perfectamente nuestras necesidades.

Los capítulos 5 y 6 se desviaron del tema principal para presentar una advertencia sobre la infidelidad y la apostasía. El capítulo 7 vuelve al tema de Melquisedec, quien representa un momento misterioso pero importante en la historia del Antiguo Testamento. Aquí, el autor nos mostrará cómo Melquisedec era superior a Abrahán, y que el sacerdocio de Melquisedec es superior al de Aarón. Esto nos dirige hacia los siguientes capítulos, los cuales muestran cómo Jesucristo cumple perfectamente con nuestra salvación en formas que el Antiguo Pacto no podía hacerlo.

El libro de Hebreos está destinado a desafiar, animar y darles fuerza a los creyentes cristianos. Según esta carta, Jesucristo es superior a todos los demás profetas y a todas las demás afirmaciones que existen sobre la verdad. Dado que Dios nos ha dado a Cristo, debemos escuchar lo que Él dice y no retroceder. Las consecuencias de ignorar a Dios son espantosas. Hebreos es importante ya que se basa en muchas porciones del Antiguo Testamento para defender que Cristo es la máxima y perfecta expresión del plan que Dios tenía para la humanidad. Este libro presenta algunas ideas difíciles sobre la fe cristiana, algo que el autor enfatiza en varias ocasiones.