¿Qué significa Hebreos 9:2?
LBLA: Porque había un tabernáculo preparado en la parte anterior, en el cual estaban el candelabro, la mesa y los panes consagrados ; éste se llama el Lugar Santo.
NBLA: Porque había un tabernáculo preparado en la parte anterior, en el cual estaban el candelabro, la mesa, y los panes consagrados (panes de la proposición). Este se llama el Lugar Santo.
NVI: En efecto, se habilitó un tabernáculo de tal modo que en su primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes consagrados.
RV1960: Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición.
JBS: Porque un Tabernáculo fue hecho: el primero, en que estaba el candelero, y la mesa, y los panes de la proposición, lo que llaman el santuario.
Comentario del verso:
En este pasaje, el escritor de Hebreos expone los elementos que había en el templo y los sacrificios del antiguo pacto. Hay dos objetivos principales que el autor quiere comunicar con esto: uno es explicar cómo estos componentes eran símbolos que apuntaban a diferentes características del nuevo pacto (Hebreos 9:23–24). El otro implica que estos elementos son inherentemente limitados y defectuosos (Hebreos 8:13). La intención aquí está claramente en el simbolismo de estos diversos objetos, no en su ubicación o arreglo exactos (Hebreos 9:5). La familiaridad del escritor con los componentes del templo es una de las razones por las que muchos eruditos creen que el autor era judío, como sería el caso de Pablo o Apolos.
Dios le ordenó al pueblo de Israel que construyera el tabernáculo que se menciona aquí después del éxodo de Egipto. Este versículo describe el área interior de este templo móvil; la primera división de esta sección se llama el "Lugar Santo" y era donde iban los sacerdotes para cumplir con sus deberes diarios (Números 28:1–8).
El candelero era una lámpara de aceite de oro con siete llamas (Éxodo 25:31–40). La mesa, conocida como la mesa de los panes de la proposición, era donde se guardaban doce panes. Cada sábado, estos doce panes se retiraban por otros nuevos, y los sacerdotes se comían los viejos (Éxodo 25:23–30; Levítico 24:5–9).
Detrás de una cortina adicional, dentro de este cuarto, había otro cuarto más pequeño, el "Lugar Santísimo", que estaba reservado para un solo ritual cada año, el cual solo el Sumo Sacerdote podía realizar (Levítico 16:11–19).
Resumen de contexto:
Hebreos 9:1–10 explica cómo las habitaciones y los artefactos del templo solo tenían el propósito de ser símbolos. De hecho, esos artículos estaban destinados específicamente a mostrar cómo el antiguo pacto no podía eliminar la barrera que existía entre Dios y el hombre. El uso de rituales externos solo puede aliviar los sentimientos de culpa, pero en realidad no puede eliminar el pecado o cambiar la naturaleza de una persona. La existencia de las cortinas, que separan a los hombres de los lugares santos, también es un símbolo de cómo el antiguo pacto nos separa de Dios. Esto establece una comparación, en el siguiente pasaje, que muestra cómo el sacrificio de Cristo "completa" esta simbología y logra la perfección en nuestra relación con Dios.
Resumen del capítulo:
El capítulo 9 de Hebreos explica cómo el antiguo pacto incluía varios lugares y rituales físicos. Estos, según el escritor de Hebreos, siempre fueron concebidos como símbolos. Todos sus detalles, y los inconvenientes que sufrieron, estaban destinados a apuntar hacia el medio "verdadero" de nuestra redención, que es Cristo. A diferencia de los sacrificios de animales, que deben repetirse y que no pueden cambiar a las personas por dentro, el sacrificio de Jesucristo ofrece una solución para el pecado de una vez por todas, permanente y completamente eficaz. El hecho de que Cristo murió por el pecado solo una vez y para siempre también significa que la próxima vez que Cristo venga, no vendrá como un sacrificio, sino para cumplir finalmente el plan de Dios.
Contexto del capítulo:
El capítulo 9 continúa la explicación del escritor sobre la superioridad de Cristo. En el capítulo 8, esto se centraba en la idea de que Dios nos había prometido un nuevo pacto, incluso cuando el antiguo pacto todavía estaba en vigor. Esto no solo significa que el nuevo pacto debe ser diferente, sino que el antiguo pacto tenía algunas debilidades. Aquí, en el capítulo 9, el escritor se enfoca en el hecho de que el antiguo pacto presentaba aspectos que estaban pensados solo como símbolos del "perfecto" sumo sacerdocio de Cristo. Dado que el sacrificio de Cristo es más poderoso y se realiza en un lugar mejor, es más eficaz para asegurar nuestra salvación que los sacrificios de animales. El capítulo 10 continuará esta discusión al concluir estas diversas ideas sobre la superioridad del nuevo pacto.
Resumen del libro:
El libro de Hebreos está destinado a desafiar, animar y darles fuerza a los creyentes cristianos. Según esta carta, Jesucristo es superior a todos los demás profetas y a todas las demás afirmaciones que existen sobre la verdad. Dado que Dios nos ha dado a Cristo, debemos escuchar lo que Él dice y no retroceder. Las consecuencias de ignorar a Dios son espantosas. Hebreos es importante ya que se basa en muchas porciones del Antiguo Testamento para defender que Cristo es la máxima y perfecta expresión del plan que Dios tenía para la humanidad. Este libro presenta algunas ideas difíciles sobre la fe cristiana, algo que el autor enfatiza en varias ocasiones.
Accessed 11/22/2024 6:26:59 AM
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