¿Qué significa Marcos 10:24?
LBLA: Y los discípulos se asombraron de sus palabras. Pero Jesús respondiendo de nuevo, les dijo: Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios !
NBLA: Los discípulos se asombraron de Sus palabras. Pero Jesús respondiendo de nuevo, les dijo: “Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios!
NVI: Los discípulos se asombraron de sus palabras. ?Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! —repitió Jesús—.
RV1960: Los discípulos se asombraron de sus palabras; pero Jesús, respondiendo, volvió a decirles: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!
JBS: Y los discípulos se espantaron de sus palabras; mas Jesús respondiendo, les volvió a decir: ¡Hijos, cuán difícil es entrar en el Reino de Dios, los que confían en las riquezas!
Comentario del verso:
Jesús y los discípulos acaban de conocer a un joven rico que desea la vida eterna, pero que en última instancia ama sus posesiones más que a Dios. Los discípulos asumen que cualquier persona con tanto dinero está tan bendecida por Dios que debería tener la garantía del cielo.

El asombro de los discípulos refleja su comprensión cultural. El estándar del Antiguo Testamento es que Dios recompensa a los espiritualmente fieles con bendiciones terrenales (Job 1:10; 42:10; Salmo 128:1–2; Isaías 3:10). Parte de la ley mosaica es que si Israel, en general, como nación, obedece los mandamientos de Dios, Dios les bendecirá sus ciudades, sus campos, la agricultura e incluso la fertilidad del pueblo (Deuteronomio 28:1–6).

Sin embargo, con el tiempo, la gente llegó a juzgar si una persona individual era buena o mala considerando lo rica o lo pobre que era. De hecho, asumían que Dios les concede universalmente prosperidad y salud a quienes le obedecen. Esto los llevó a concluir dos cosas. Primero, que todas las personas que eran ricas y estaban sanas debían ser justas. Segundo, que todas las personas que eran pobres o estaban enfermas debían ser pecadores. Dios refuta rotundamente esta última suposición en el relato de Job: un hombre justo que sufre mucho y lo pierde todo.

Aquí, Jesús refuta la primera suposición: que la riqueza y la salud son un signo del favor personal de Dios. O, al menos, pone esa afirmación dentro de una perspectiva adecuada. Obedecer la ley de Dios en una sociedad que valora la ley de Dios nos ayuda a tener éxito en esa sociedad. Pero, irónicamente, se puede obedecer a Dios por razones egoístas. El joven rico ama a Dios lo suficiente como para obedecerlo, pero no lo suficiente como para valorar a Dios por encima de cualquier riqueza material que Dios pueda ofrecerle.

Esta perspectiva egoísta, y la reacción de los discípulos, contrastan con la situación del hombre desconocido que vieron en Cafarnaún (Marcos 9: 38–41). Ese hombre estaba expulsando demonios en el nombre de Jesús, pero como los discípulos no lo conocían, intentaron detenerlo. Por lo tanto, los discípulos todavía tenían que aprender que la fidelidad es más importante que el honor mundano a la hora de evaluar quien está siguiendo realmente a Jesús.

Esta es la única vez que Marcos nos dice que Jesús se dirigió a los discípulos diciéndoles "hijos". Algún tiempo antes, cuando los discípulos estaban tratando de mantener a los niños alejados de Jesús, Jesús les dice: "de cierto les digo que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él" (Marcos 10:15). Aquí, Jesús puede estar identificando a los discípulos como aquellas personas que siguen y se someten a su maestro, enfatizando que necesitan escuchar sus palabras; también puede estar recordándoles que cuando se trata de heredar la vida eterna, no pueden hacer nada para merecérsela.
Resumen de contexto:
Marcos 10:17–31 comienza cuando Jesús está tratando de enseñarles a los discípulos que el reino de Dios valora a los indefensos (Marcos 9:36–37), a los fieles (Marcos 9:38–41), a las mujeres (Marcos 10:1–12) y a los niños (Marcos 10:13–16). Los discípulos, quizás, están distraídos por las muchas personas que quieren arrestar o matar a Jesús (Juan 7:32–52; 8:58–59; 10:22–39; 11:45–54; Lucas 13:31). Un joven rico le pregunta a Jesús acerca de la vida eterna y recibe una respuesta inesperada a cambio, y su respuesta a la respuesta de Jesús muestra que su interés en Dios está limitado por una cosa: su dinero. A lo largo de toda la historia, se ha asumido que la riqueza sugiere el favor de Dios, pero Jesús revela que aquellos a quienes Dios bendice a menudo valoran los regalos más que al Dios que se los está dando. Esta historia también se encuentra en Mateo 19:16–30 y Lucas 18:18–30.
Resumen del capítulo:
En este pasaje, Jesús vuelve a confrontar a los fariseos al aclarar los puntos de vista de Dios sobre el matrimonio y el divorcio. Les recuerda a los discípulos que no descarten la perspectiva espiritual de los niños. Este capítulo también registra el encuentro de Jesús con el joven rico, quien se convierte en una lección práctica de por qué la riqueza dificulta que la gente confíe en Dios. Después de esto, Jesús hábilmente deja a un lado una petición arrogante de Jacobo y Juan, y nuevamente predice Su inminente muerte. Justo antes de la entrada triunfal del capítulo 11, Bartimeo busca a Jesús, y Jesús finalmente lo cura de su ceguera.
Contexto del capítulo:
Entre los capítulos 9 y 10, Jesús reanuda Su enseñanza pública mientras viaja hacia Jerusalén para la Fiesta de los Tabernáculos (Lucas 9:57–18: 14; Juan 7–10). Lo encontramos aquí al otro lado del Jordán en Perea y lo seguimos mientras se dirige hacia el oeste de nuevo hasta Jericó. Este capítulo rodea una tercera profecía de la muerte de Jesús (Marcos 10:32–34) con lecciones sobre el valor que le daba a las personas a quienes los hombres a menudo rechazaban: las mujeres (Marcos 10:1–12), los débiles (Marcos 10:13–16) los que valoran a Dios más que al mundo (Marcos 10:17–31), los líderes que tienen un corazón de sirviente (Marcos 10:35–45) y los que tienen una fe valiente (Marcos 10:46–52). A continuación, se produce la entrada triunfal y el inicio de la Semana de la Pasión.
Resumen del libro:
El Evangelio de Marcos enfatiza tanto la servidumbre de Jesús como Su papel como el Mesías prometido: el Hijo de Dios. Esto se hace a través de un estilo conciso y lleno de acción. Marcos proporciona relativamente pocos detalles y, en cambio, se centra en acciones y declaraciones simples. Esto se relaciona con la autoría del Evangelio, que se cree que se basa en los recuerdos del apóstol Pedro. Estos incluyen muchos de los milagros de Jesús, en contraste con otros evangelios que incluyen muchas más enseñanzas y parábolas de Jesús. Marcos también menciona con frecuencia cómo otras personas malinterpretan el ministerio de Jesús.
Accessed 11/21/2024 6:02:10 PM
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