Marcos 10:42 - Printer Friendly

LBLA: Y llamándolos junto a sí, Jesús les dijo: Sabéis que los que son reconocidos como gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que sus grandes ejercen autoridad sobre ellos.

NBLA: Llamándolos junto a El, Jesús les dijo: “Ustedes saben que los que son reconocidos como gobernantes de los Gentiles se enseñorean de ellos, y que sus grandes ejercen autoridad sobre ellos.

NVI: Así que Jesús los llamó y les dijo: ?Como ustedes saben, los que se consideran jefes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad.

RV1960: Mas Jesús, llamándolos, les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad.

JBS: Mas Jesús, llamándolos, les dice: Sabéis que los que se ven ser príncipes entre los gentiles, se enseñorean de ellos, y los que entre ellos son grandes, tienen sobre ellos potestad.

Jesús les ha enseñado a los discípulos muchas veces que el liderazgo en Su reino requiere humildad, la voluntad de someterse a Dios (Marcos 8:34–38) y servirles a los demás (Marcos 9:35). Jesús está caminando hacia Jerusalén. Una vez que llegue allí, será crucificado una semana después. Mientras tanto, Sus compañeros más cercanos compiten por puestos de autoridad e influencia. Jesús compara sus actitudes con las de los césares y reyes gentiles cuyo gobierno sobre los judíos se caracteriza por la injusticia y la violencia.

¿Por qué usó Jesús a los gobernantes gentiles como ejemplo? Si bien el Sanedrín tiene cierta influencia política y los fariseos acosan a la gente por su obediencia a la ley mosaica, los judíos son gobernados en última instancia por el Imperio Romano. Incluso los Herodes, quien tiene algo de sangre judía, gobierna sobre ellos tal y como lo hacen los romanos. Los discípulos esperan que Jesús establezca una nación judía independiente y que ellos formen parte de ese liderazgo civil. En cambio, Jesús establece la iglesia, la cual existe bajo un liderazgo civil secular pero que al mismo tiempo es independiente de él.

Jesús no niega el deseo de los Doce de tener puestos de liderazgo en Su reino, simplemente redefine la manera en la que tienen que entender el concepto de "liderazgo". Los líderes del reino de Dios deben ser pastores que siempre están dispuestos a ayudar, y que tienen una voluntad firme hacia el rebaño de Dios y su constante cuidado (1 Pedro 5:2–3). Deben ser morales, amables y respetados por los no cristianos. Deben ser fieles a sus esposas y buenos líderes en sus familias (1 Timoteo 3:2–7). Todo esto está en marcado contraste con los romanos, quienes amenazan a sus súbditos con la crucifixión, colocan sobre ellos a recaudadores de impuestos no regulados, se divorcian y vuelven a casarse a voluntad, y matan a sus propios familiares para mantener el poder.

Y, sin embargo, Jesús quiere que nos sometamos a gobernantes humanos e imperfectos (Romanos 13:1–7). El modelo de liderazgo de servicio que establece Jesús no está diseñado para un entorno civil, sino para una familia sometida a los gobernantes civiles. Dios establece gobernantes civiles para hacer cumplir el orden y la justicia (Génesis 9:6; 1 Corintios 14:33; Romanos 13:3) aunque no debería sorprendernos que algunos fracasen mientras cumplen esta misión. Independientemente, debemos seguir el ejemplo de Jesús, quien vino a servir realmente, no como los líderes seculares que sirven solo lo suficiente como para acumular dinero y poder para sí mismos.

En Marcos 10:35–45, Jacobo y Juan le piden a Jesús tener posiciones de poder y autoridad en Su reino venidero. Esto ocurre después de que se dieran cuenta de que Jesús valora más a las personas indefensas, como las mujeres y los niños (Marcos 10:1–16), que a aquellos que tienen poder y riquezas terrenales, ya que éstos últimos tienden a tener dificultades para seguir a Dios porque, para ellos, la riqueza lo es todo (Marcos 10:17–22). También se dan cuenta de que parte del plan de Jesús para Su reino era sufrir una muerte horrible (Marcos 10:32–34). Ni Lucas ni Juan registran este relato, pero Mateo añade que la madre de Jacobo y Juan está involucrada en la situación (Mateo 20: 20–28).

En este pasaje, Jesús vuelve a confrontar a los fariseos al aclarar los puntos de vista de Dios sobre el matrimonio y el divorcio. Les recuerda a los discípulos que no descarten la perspectiva espiritual de los niños. Este capítulo también registra el encuentro de Jesús con el joven rico, quien se convierte en una lección práctica de por qué la riqueza dificulta que la gente confíe en Dios. Después de esto, Jesús hábilmente deja a un lado una petición arrogante de Jacobo y Juan, y nuevamente predice Su inminente muerte. Justo antes de la entrada triunfal del capítulo 11, Bartimeo busca a Jesús, y Jesús finalmente lo cura de su ceguera.

Entre los capítulos 9 y 10, Jesús reanuda Su enseñanza pública mientras viaja hacia Jerusalén para la Fiesta de los Tabernáculos (Lucas 9:57–18: 14; Juan 7–10). Lo encontramos aquí al otro lado del Jordán en Perea y lo seguimos mientras se dirige hacia el oeste de nuevo hasta Jericó. Este capítulo rodea una tercera profecía de la muerte de Jesús (Marcos 10:32–34) con lecciones sobre el valor que le daba a las personas a quienes los hombres a menudo rechazaban: las mujeres (Marcos 10:1–12), los débiles (Marcos 10:13–16) los que valoran a Dios más que al mundo (Marcos 10:17–31), los líderes que tienen un corazón de sirviente (Marcos 10:35–45) y los que tienen una fe valiente (Marcos 10:46–52). A continuación, se produce la entrada triunfal y el inicio de la Semana de la Pasión.

El Evangelio de Marcos enfatiza tanto la servidumbre de Jesús como Su papel como el Mesías prometido: el Hijo de Dios. Esto se hace a través de un estilo conciso y lleno de acción. Marcos proporciona relativamente pocos detalles y, en cambio, se centra en acciones y declaraciones simples. Esto se relaciona con la autoría del Evangelio, que se cree que se basa en los recuerdos del apóstol Pedro. Estos incluyen muchos de los milagros de Jesús, en contraste con otros evangelios que incluyen muchas más enseñanzas y parábolas de Jesús. Marcos también menciona con frecuencia cómo otras personas malinterpretan el ministerio de Jesús.