¿Qué significa Marcos 11:15?
LBLA: Llegaron a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo, volcó las mesas de los cambistas y los asientos de los que vendían las palomas;
NBLA: Llegaron a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; volcó las mesas de los que cambiaban el dinero y los asientos de los que vendían las palomas,
NVI: Llegaron, pues, a Jerusalén. Jesús entró en el templo y comenzó a echar de allí a los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas,
RV1960: Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas;
JBS: Vienen, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el Templo; y trastornó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas;
Comentario del verso:
El templo en sí constituye una pequeña parte del Monte del Templo, el cual se sitúa en el lado oeste, ligeramente hacia el norte. De oeste a este están el Lugar Santísimo, el altar y luego el Patio de las Mujeres. Una pared rodea esta área. Alrededor del edificio del templo está el atrio de los gentiles, específicamente apartado para que los gentiles puedan adorar al Dios judío. Los pórticos bordean el monte, el más grande está en el lado sur, donde los maestros religiosos hablan y debaten (Lucas 2:41–52). Cuando el texto dice que algo sucede en "el templo", lo más probable es que incluya alguna de estas áreas en el Monte del Templo.

Cuando Israel promulga un censo, se requiere que los hombres de veinte años o más le traigan medio siclo a Dios como expiación por sus vidas (éxodo 30:11–16). Como los judíos viven por todo el Imperio Romano, no siempre llevan monedas judías, por lo que los cambistas se instalan en la Corte de los Gentiles para cambiar dinero por una pequeña tarifa. Algunos sacrificios requieren un par de tórtolas o palomas (Levítico 1:14; 5:7; 12:8; 14:22; Lucas 2:22–24). Un cordero (Levítico 4:32), un carnero (Levítico 5:18) o una cabra (Levítico 3:12) puede hacer el viaje desde una ciudad lejana sin problemas, pero probablemente es más difícil viajar con pájaros, por lo que los lugareños emprendedores también venden aves para que los viajeros pudieran sacrificarlas.

Estos puestos, profetizados en Zacarías 14:21, eran rivales para los mercados más grandes del Monte de los Olivos, los cuales el Sanedrín sancionaba. Los eruditos postulan que estos puestos habían comenzado a aparecer recientemente, y fue Caifás quien permitió que se establecieran en el templo alrededor del año 30 d.C. Los eruditos no saben qué tipo de rencor tendría Caifás contra los comerciantes del Monte de los Olivos para que algo así se pudiera justificar. Estos negocios cubrían una necesidad real, pero el problema es que los negocios cubrían esa necesidad mientras que convertían el Monte del Templo en un mercado. Lo peor es que estos puestos y el tráfico continuo de clientes obstruían el espacio que estaba reservado específicamente para los seguidores gentiles de Dios que habían venido a orar (Marcos 11:17).

Aproximadamente doscientos años antes, el rey griego Antíoco Epífanes profanó el templo usándolo para sacrificar cerdos a Zeus. Judas Macabeo dirigió a los judíos a través de una revuelta exitosa y finalmente purificó el templo. Aproximadamente una década antes del nacimiento de Jesús, Herodes el Grande renovó el templo de manera que finalmente llegó a tener un aspecto más extravagante que el templo original que Salomón construyó. El templo se había convertido tanto en un símbolo del nacionalismo judío, como en una manera de ganar dinero para los residentes de Jerusalén, ya que les ofrecían a los judíos visitantes, que venían de todo el Imperio Romano, todo lo que necesitaban para hacer los sacrificios.

Esto hace que los líderes judíos lleguen a odiar a Jesús aún más. Cuando Jesús condena la compra-venta que existe dentro del templo, se rebela contra la aristocracia, la cual se beneficia de los rituales del templo (Marcos 11:27–33) y profetiza la destrucción del templo mismo (Marcos 13:1–2), Jesús se muestra a sí mismo como una amenaza, no sólo contra el judaísmo corrupto de los fariseos, sino para todo el estilo de vida de Jerusalén y el templo.

Los líderes religiosos y civiles consideran que ésta es una razón convincente para matar a Jesús, más aún que el hecho de que afirmara ser el Hijo de Dios.
Resumen de contexto:
Marcos 11:15–19 muestra a Jesús expulsando a los comerciantes corruptos de los terrenos del templo. Los relatos de Mateo, Marcos y Lucas sobre el ministerio de Jesús coinciden, pero varían según los detalles que se mencionan y en el orden en el que aparecen. El evangelio de Juan fue escrito mucho más tarde y sigue una estructura diferente. Juan menciona a Jesús limpiando el templo tres años antes (Juan 2:13–17). Mateo y Lucas infieren que Jesús limpió el templo justo después de la entrada triunfal, mientras que Marcos podría estar insinuando que fue al día siguiente. Los eruditos creen que la historia de Juan es un evento completamente separado. La aparente discrepancia de Mateo se debe a que Mateo agrupó las dos mitades de la historia de la higuera en una sola historia. Lucas no menciona el incidente de la higuera en absoluto. Los pasajes paralelos a éste se pueden encontrar en Mateo 21:12–17 y Lucas 19:45–48.
Resumen del capítulo:
Jesús y los discípulos llegan a Jerusalén una semana antes de la crucifixión, y Jesús comienza los últimos días de Su ministerio público. Pasan sus noches en el Monte de los Olivos y sus días en Jerusalén (Lucas 21:37). Jesús acepta elogios que usualmente se usan para un rey (Marcos 11:1–11), ataca la tradición materialista que impide que las personas adoren a Dios (Marcos 11:15–19), da una lección objetiva sobre el destino de una Jerusalén infructuosa (Marcos 11:12–14, 20–25), y revela la hipocresía de los líderes religiosos judíos (Marcos 11:27–33). A pesar del apoyo de la multitud, Jesús está "animando" a los líderes a pensar más y más en la crucifixión.
Contexto del capítulo:
Los pasajes anteriores incluyeron varios milagros y lecciones de Jesús, y prepararon el camino para los últimos y dramáticos días de Su ministerio terrenal. En este capítulo, Jesús entra en Jerusalén con gran fanfarria y confronta abiertamente a los líderes religiosos locales por su hipocresía. Durante los próximos capítulos, Marcos continuará registrando algunas enseñanzas controvertidas, que condujeron hacia el arresto de Jesús y hacia los primeros juicios falsos, los cuales se registran en el capítulo 14.
Resumen del libro:
El Evangelio de Marcos enfatiza tanto la servidumbre de Jesús como Su papel como el Mesías prometido: el Hijo de Dios. Esto se hace a través de un estilo conciso y lleno de acción. Marcos proporciona relativamente pocos detalles y, en cambio, se centra en acciones y declaraciones simples. Esto se relaciona con la autoría del Evangelio, que se cree que se basa en los recuerdos del apóstol Pedro. Estos incluyen muchos de los milagros de Jesús, en contraste con otros evangelios que incluyen muchas más enseñanzas y parábolas de Jesús. Marcos también menciona con frecuencia cómo otras personas malinterpretan el ministerio de Jesús.
Accessed 11/21/2024 7:23:06 PM
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