Marcos 12:18 - Printer Friendly

LBLA: Y algunos saduceos (los que dicen que no hay resurrección) se le acercaron, y le preguntaban, diciendo:

NBLA: Algunos Saduceos, los que dicen que no hay resurrección, se acercaron a Jesús, y Le dijeron:

NVI: Entonces los saduceos, que dicen que no hay resurrección, fueron a verlo y le plantearon un problema:

RV1960: Entonces vinieron a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron, diciendo:

JBS: Entonces vienen a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron, diciendo:

Los saduceos son una secta del judaísmo, como los fariseos, los esenios y los zelotes. Creen en una interpretación extremadamente literal del Antiguo Testamento y niegan la existencia del espíritu, el juicio después de la muerte o el más allá. Esto claramente afecta su estilo de vida. El jefe y los sumos sacerdotes son saduceos, al igual que gran parte de la aristocracia judía. Los saduceos tienden a ser helenistas, y le dan la bienvenida a la cultura griega. Mientras tanto, los fariseos se adhieren a las tradiciones artificiales de los escribas judíos. Sin una resurrección y una vida futura con Dios que esperar, es razonable que los saduceos buscaran tener autoridad y riqueza en la tierra.

Los Saduceos todavía no le han mostrado demasiada atención a Jesús. Hasta este momento, la mayor parte de la controversia de Jesús se debe a Su rechazo de las leyes extra-bíblicas de los escribas y fariseos (Marcos 2:18–28; 7:7–13). Como los herodianos, la única preocupación de los saduceos es el efecto que Jesús pueda tener sobre los gobernantes romanos. Si él, como otros antes que él, incitara a la gente a la rebelión, los romanos podrían enviar un ejército para recuperar el control. Como mínimo, esto perturbaría la posición de los saduceos y, en el peor de los casos, destruiría Jerusalén. El miedo de los saduceos se haría realidad en el año 70 d.C., pero no de la mano de Jesús.

A pesar de sus teologías divergentes, el consejo gobernante judío, el Sanedrín, incluye miembros tanto de los saduceos como de los fariseos. De hecho, Pablo usa sus diferencias doctrinales cuando es juzgado, y eso acaba salvándole en ese momento. Pablo declara que ha sido entrenado como fariseo y comparte sus creencias sobre la resurrección. Los saduceos y los fariseos comienzan a discutir sobre lo que Pablo ha dicho con tal intensidad que el juicio se detiene y la guardia romana debe rescatar a Pablo del tumulto de personas que lo atosigaba (Hechos 23:6–10).

Marcos 12:18–27 describe el inútil ataque de los fariseos y herodianos contra Jesús. Anteriormente, le plantearon una pregunta política, tratando de obligarlo a elegir entre los gobernantes romanos y los zelotes (Marcos 12:13–17). Esto finalmente no funcionó. Ahora, los saduceos le plantean una cuestión teológica que parece presentar una única elección entre Su propia interpretación de las Escrituras, una que es estrictamente literal, y las creencias más abiertas de los fariseos. Estos líderes religiosos no comprenden que Jesús no necesita alinearse con ninguno de ellos. Si Jesús está del lado de alguien, Jesús está del lado de Dios. Este "acertijo" también se encuentra en Mateo 22:23–33 y Lucas 20:27–40.

Jesús enseña varias lecciones en este capítulo. Jesús habla sobre la eventual destrucción del judaísmo tradicional, la relación que debe existir entre los deberes seculares y los sagrados, la naturaleza de la resurrección y el mandamiento más importante de Dios. Jesús habla sobre declaraciones mesiánicas en el Antiguo Testamento, y también condena la superficialidad de los escribas, quienes buscan su propia gloria. Jesús, más tarde, ensalza las virtudes de tener una generosidad sincera, una que está basada en la fe.

Días antes, Jesús había entrado en Jerusalén, aclamado como un héroe por el pueblo (Marcos 11:1–11). Mientras enseña en el patio del templo, Jesús muestra una comprensión superior de las Escrituras que la de los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos (Marcos 12:27–33), los fariseos y herodianos (Marcos 12:13), los saduceos (Marcos 12:18), y los escribas nuevamente (Marcos 12:35, 38). Lamentablemente, incluso en el caso en que un escriba entiende las Escrituras, eso no es garantía de que las seguirá hasta llegar a su conclusión lógica: Jesús (Marcos 12:28–34). En contraste, una viuda humilde ejemplifica la fidelidad y piedad que los mismos líderes no tienen (Marcos 12:41–44). Jesús sale del templo por última vez para enseñarles a los discípulos en el monte de los Olivos (Marcos 13). En Marcos 14, se prepara para la crucifixión.

El Evangelio de Marcos enfatiza tanto la servidumbre de Jesús como Su papel como el Mesías prometido: el Hijo de Dios. Esto se hace a través de un estilo conciso y lleno de acción. Marcos proporciona relativamente pocos detalles y, en cambio, se centra en acciones y declaraciones simples. Esto se relaciona con la autoría del Evangelio, que se cree que se basa en los recuerdos del apóstol Pedro. Estos incluyen muchos de los milagros de Jesús, en contraste con otros evangelios que incluyen muchas más enseñanzas y parábolas de Jesús. Marcos también menciona con frecuencia cómo otras personas malinterpretan el ministerio de Jesús.