Marcos 14:36 - Printer Friendly

LBLA: Y decía: ¡Abba, Padre ! Para ti todas las cosas son posibles; aparta de mí esta copa, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que tú quieras.

NBLA: Y decía: “¡Abba, Padre! Para Ti todas las cosas son posibles; aparta de Mí esta copa, pero no sea lo que Yo quiero, sino lo que Tú quieras.”

NVI: Decía: «Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú».

RV1960: Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.

JBS: Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son a ti posibles; traspasa de mí este vaso; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.

Abba significa "padre" en arameo. Al llamarle a Dios "Padre", Jesús reconoce dos aspectos principales de Su relación con Dios. Primero, Dios ama a Jesús como a un hijo y quiere lo mejor para él. En segundo lugar, Jesús le debe a Dios una obediencia sumisa como la que un hijo debe tener por su padre.

Efesios 1:4 dice que Dios "…nos escogió antes de la fundación del mundo, para que en su presencia seamos santos e intachables". Dios ciertamente sabía que Adán y Eva pecarían en el jardín, y sabía que sus descendientes serían incapaces de elegir obedecerle. Cuando la Trinidad creó el mundo, sabían que el Hijo tendría que sacrificar Su vida por Su creación.

Para ser un sustituto de los humanos, el Hijo tenía que volverse humano. Es decir, tuvo que asumir la naturaleza humana además de la naturaleza de Dios: su parte humana sabe lo que la su parte divina había planeado. Jesús sabe que el sufrimiento será horrible, pero no durará mucho; y también sabe que Su sufrimiento glorificará a Dios enormemente y les dará a las personas la oportunidad de salvarse.

El lado humano de Jesús también tiene Su propia voluntad. Si pudiera haber elegido, habría preferido no pasar por la crucifixión. Sin embargo, lo que Jesús teme con más horror es beber de la "copa". En esa cultura, la "copa" de una persona se refería al destino que uno tenía en la vida, ya fuera un destino que uno anhelara o uno que se quisiera evitar. Cuando Jesús les ofrece la copa a los discípulos durante la Cena del Señor, ellos están formando parte de la vida que Su sangre provee, tanto la persecución que viene para Sus seguidores (Marcos 10:38–39) como la vida eterna en el paraíso (Marcos 14:23– 24).

La Biblia también usa el concepto de "la copa" como una metáfora espiritual de la ira de Dios. Apocalipsis 14:10 describe el destino de aquellos que aceptan la marca de la bestia: "también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en la copa de su ira…" Esta es la "copa" que Jesús toma en la cruz por los creyentes. Es lógico que quisiera evitarlo,

Durante ese pasaje de Marcos 14:32–42, Jesús está en el huerto de Getsemaní esperando a que se lo lleven. Aquí se nos presenta un contraste entre la actitud de Jesús y el catastrófico fracaso de los discípulos a la hora de obedecerlo. Mientras que Jesús está despierto, vigilando y orando, los discípulos se duermen. Jesús vuelve tres veces para decirles que sigan orando y no se duerman, pero los discípulos están cansados física y espiritualmente (Marcos 13: 35–36). Los discípulos no se toman el tiempo, tal y como lo hace Jesús, para prepararse para las dificultades que estaban a punto de experimentar. De hecho, los discípulos están tan concentrados en el hecho de que Jesús va a vencer a los ocupantes romanos que no pueden prepararse para la guerra espiritual que sufrirían mientras Jesús estaba en la cruz. Esta historia también se encuentra en Mateo 26:36–46 y Lucas 22:39–46.

Jesús es ungido en una anticipación simbólica de Su muerte. Judas decide cooperar en secreto con los líderes religiosos locales para arrestar a Jesús en secreto. Durante la comida de la Pascua, Jesús predice la traición por parte de Judas y la negación de Pedro. Jesús también instituye la Cena del Señor, también conocida como la comunión. Después de orar en el Monte de los Olivos, Jesús es capturado cuando Judas lo identifica junto a una muchedumbre hostil enviada por las autoridades judías. Jesús aguanta un juicio corrupto y prejuicioso que termina en una condena por blasfemia. Pedro, temiendo por su vida, miente acerca de conocer a Jesús, y más tarde recuerda la predicción de Jesús y rompe a llorar.

Jesús ha terminado Su ministerio de enseñanza pública y ahora se prepara para la crucifixión; Su lealtad y sacrificio proporcionarán los medios a través de los que Sus discípulos podrán ser perdonados por haberlo abandonado. A continuación, los romanos, como representantes de los gentiles a lo largo de la historia, se unirán a los judíos y matarán a Jesús. Jesús será sepultado, pero resucitará con la promesa de que Su sacrificio redimirá al mundo. Mateo 26 y Lucas 22 siguen más de cerca a Marcos 14, mientras que Juan 13:1–18:27 registra más información sobre la enseñanza de Jesús en el aposento alto.

El Evangelio de Marcos enfatiza tanto la servidumbre de Jesús como Su papel como el Mesías prometido: el Hijo de Dios. Esto se hace a través de un estilo conciso y lleno de acción. Marcos proporciona relativamente pocos detalles y, en cambio, se centra en acciones y declaraciones simples. Esto se relaciona con la autoría del Evangelio, que se cree que se basa en los recuerdos del apóstol Pedro. Estos incluyen muchos de los milagros de Jesús, en contraste con otros evangelios que incluyen muchas más enseñanzas y parábolas de Jesús. Marcos también menciona con frecuencia cómo otras personas malinterpretan el ministerio de Jesús.