Marcos 3:2 - Printer Friendly

LBLA: Y le observaban para ver si lo sanaba en el día de reposo, para poder acusarle.

NBLA: Y Lo observaban para ver si lo sanaba en el día de reposo, para poder acusar a Jesús.

NVI: Algunos que buscaban un motivo para acusar a Jesús no le quitaban la vista de encima para ver si sanaba al enfermo en sábado.

RV1960: Y le acechaban para ver si en el día de reposo le sanaría, a fin de poder acusarle.

JBS: Y le acechaban si en sábado le sanaría, para acusarle.

Si bien este versículo parece un poco ambiguo al principio, Marcos 3:6 identifica a las personas que vigilaban a Jesús como los fariseos. En Marcos 1:27, los fariseos están asombrados por las enseñanzas de Jesús. En Marcos 2:16, los fariseos cuestionan a sus seguidores acerca de su disposición a asociarse con pecadores que no siguen las reglas minuciosamente establecidas de los fariseos. En Marcos 2:24, confrontan a Jesús acerca de sus discípulos recogiendo espigas para comérselas durante el día de reposo. Gracias a esos encuentros, su animosidad está creciendo.

Ahora los fariseos tientan a Jesús a propósito, esperando que transgreda la Ley lo suficiente como para acusarlo de un crimen. Mateo 12:10 dice que le preguntan si sanar durante el sábado sería considerado como una transgresión de la Ley. Bajo la Ley de Moisés, trabajar durante el sábado es una ofensa capital (éxodo 31:14). La Ley Mosaica no prohibía específicamente la curación durante el sábado. Sin embargo, los rabinos enseñaban que la curación solo se permitía si la vida, la extremidad o la vista de la persona estuviera en grave peligro. Aunque la mano del hombre está atrofiada, los fariseos parecen creer que puede esperar hasta que se termine el sábado. Si Jesús podía sanarlo allí mismo, ciertamente podía sanarlo al día siguiente. La mano puede causar molestias, pero es una lesión duradera y puede esperar.

Los lectores deben tener en cuenta lo siguiente: los fariseos no dudan de la capacidad de Jesús para sanar al hombre, y aceptan plenamente Su poder milagroso. Sin embargo, no desean contemplar quién es Jesús y de dónde proviene Su poder. Para ellos, todo lo que importa es que el uso del poder de Jesús amenaza su autoridad y sus leyes (unas leyes que se añadieron a través de ellos mismos, y no a través de Dios).

Esto es algo que nos da que pensar: si la verdad de Dios se interpone en el camino de nuestra posición y poder mundanos, ¿cuál de las dos opciones elegiríamos?

Marcos 3:1–6 relata una historia de Jesús sanando a un hombre con una mano atrofiada durante el sábado. Continuando con el capítulo 2, este pasaje generalmente se agrupa como el &uactue;ltimo de los cinco eventos que muestran la autoridad de Jesús. Este incidente refuerza específicamente Su señorío sobre el sábado. Al mismo tiempo, este evento también puede considerarse como la primera de las cinco historias sobre las diferentes reacciones que las personas tienen acerca del ministerio temprano de Jesús, las cuales se pueden ver durante el capítulo 3. Desde el comienzo del ministerio de Jesús, el antagonismo de los fariseos ha crecido poco a poco. Ahora, las acciones provocativas de Jesús empujan a los maestros religiosos hacia el límite, y los fariseos se alían con los herodianos para planear el asesinato de Jesús. Mateo 12:9–14 y Lucas 6:6–11 registran relatos paralelos de estos eventos.

La mayor parte del capítulo 3 trata de cómo diferentes personas reaccionan a las enseñanzas de Jesús y el reconocimiento de Su propia autoridad. La confusión de los fariseos se transforma en una conspiración. Las multitudes que siguen continuamente a Jesús para sanarse, se vuelven más frenéticas y peligrosas. La propia familia de Jesús, temerosa de Su cordura, trata de alejarlo de todo, pero también se muestran a Sus verdaderos seguidores. Doce personas se unen para convertirse en Su grupo central, mientras que una multitud un poco más grande, más interesada en la enseñanza de Jesús que en los milagros, se gana el honor de ser considerada como Su verdadera familia.

El Evangelio de Marcos enfatiza tanto la servidumbre de Jesús como Su papel como el Mesías prometido: el Hijo de Dios. Esto se hace a través de un estilo conciso y lleno de acción. Marcos proporciona relativamente pocos detalles y, en cambio, se centra en acciones y declaraciones simples. Esto se relaciona con la autoría del Evangelio, que se cree que se basa en los recuerdos del apóstol Pedro. Estos incluyen muchos de los milagros de Jesús, en contraste con otros evangelios que incluyen muchas más enseñanzas y parábolas de Jesús. Marcos también menciona con frecuencia cómo otras personas malinterpretan el ministerio de Jesús.